Encadenemos: hubo un pueblo, según relato de unos historiadores, que sin embargo otros niegan, cuyos habitantes, en plena Horta o huerta de València, laboraban, vivían y saludaban desde la margen derecha del río Túria. Atendía al nombre de Benàger. En todo caso, formó cauce artificial y también comunidad de regantes. El asunto es que ‘les caigudes’ (las caídas) de Benàger y parte del agua de Quart de Poblet alimentan desde entonces la acequia de Faitanar.
Esta, que riega lugares como Paiporta, el ‘cap i casal’ o Alfafar, posee cauce propio desde 1848 y, desde las ordenanzas de 1740, comunidad de regantes con un síndico en el Tribunal de las Aguas: la de Benàger i Faitanar. Pues bien, los desagües de esta canalización desembocan en uno de los pulmones que vivifican l’Horta: la acequia de Favara.
Ordenanzas con solera
Hablamos de bastante tiempo. Las ordenanzas de los regantes de Benàger i Faitanar pueden ser de mucho antes, hasta el punto de considerarse las más antiguas en valenciano. Y las que rigen la acequia común, de 1732, superan en ítems a todas las demás del intrincado laberinto acuoso que riega la València metropolitana. Pero el meollo lo tenemos finalmente en la acequia de Favara.
Posiblemente la más caudalosa, la de mayor longitud en su acequia madre, la que alimenta mayor número de huertas en este laberinto de líquido, elemento interconectado con el canal del río Túria, construido entre 1822 y 1839. Y aunque sus ordenanzas no se aprobaron hasta 1701, sabemos de su existencia en fecha tan temprana como 1094 gracias a una crónica andalusí.
Sus ordenanzas se aprobaron finalmente en el año 1701
Significados varios
‘Favara’, de hecho, es un vocablo árabe, muy usado en la hoy Comunitat Valenciana. Así, la Font o fuente de la Favara en La Nucía (Marina Baixa), la población de Favara o Favareta (Ribera Baixa), el barrio del distrito número ocho o de Patraix de la València capitalina o la partida de Pego (Marina Alta) que fue parroquia entre los siglos XV y XX.
Resulta un tanto polisémico (con varios significados) lo de ‘favara’. Quedémonos con que puede designar a una fuente, natural o no, a un manantial o a un surtidor o fontanal de piedra que ha sido erosionado por efecto del agua. Y también con que figurar en un texto en árabe hispánico o andalusí (se habló por estos lares entre los siglos IX y XVII) denota veteranía.
Hay constancia escrita de su existencia desde 1094
Aguas públicas
Esta acequia posee, lógicamente, su propio síndico en el Tribunal de las Aguas, elegible, al igual que los demás (que representan a las de Benàger i Faitanar, Mestalla, Mislata, Quart, Rascanya, Rovella, Tormos y Xirivella, cada una con su correspondiente comunidad de regantes), como presidente de esta institución de jurisdicción exenta o privilegiada, independiente de la vía ordinaria general, aunque de sentencia ejecutiva.
Al contrario que en el Derecho Romano o ‘Ius Romanum’, el que regía en la Antigua Roma, donde las aguas eran públicas, en la jurisdicción española, pese a basarse casi totalmente en el anterior, las ‘aguas corrientes’ pasan a depender del Estado, tal y como sancionaban las leyes de 1866 y 1879, por ejemplo. Pero las comunidades de regantes pudieron hacerse al menos con su gestión.
Uno de los significados de ‘favara’ es fuente o manantial
Azudes y sifones
La acequia de Favara posee hoy elementos imprescindibles para su funcionamiento, como l’assut del Repartiment (literalmente, el azud del Reparto) o La Cassola (la Cazuela), creado para el llamado Plan o Solución Sur (1965-1973) del nuevo cauce del Túria, heredero en cierta forma del histórico azud de Alfafar (donde hoy está el puente del azud d’Or), construido para el canal propuesto en 1822 por regantes de esta localidad, Benetússer, Llocnou de la Corona y Sedaví.
Pero centrémonos en la acequia de Favara, que por su antigüedad y su tamaño posee un riquísimo patrimonio de arquitectura del agua, por ejemplo en molinos y partidores, además de un sifón subterráneo (de los pocos que hay en el acuoso sistema circulatorio de l’Horta), aunque la Solución Sur dejó enterrados o simplemente borró algunos de estos elementos, como su propio azud, por Quart de Poblet, lindando con Mislata.
Arroces y cítricos
En la actualidad, con el azud preservado bajo toneladas de tierra gracias a su declaración como Bien de Interés Cultural desde el 7 de octubre de 2004, la acequia de Favara todavía sigue arrancando, como desde el Plan Sur, en el azud del Repartiment, en Quart de Poblet. Hay tramos donde se cambió el trazado original, pero continúa discurriendo por los términos de Quart de Poblet, donde arranca; y por Alfafar, Benetússer, Massanassa y Catarroja.
Eso en su ramal derecho, que en el izquierdo toca Mislata y la ciudad de València (en modo soterrado), que la llegó a usar como alcantarillado para las barriadas extramuros. Buena parte de su caudal sirve para saciar los arrozales (791 hectáreas, según un estudio de la Universitat Politècnica de València de 2008) y casi otros tantos con destino hortícola (510), además de cítricos (119). Un encadenado de aguas para bombear el alma de un vergel.