A sus noventa y cinco años, José María Almira tiene una vitalidad fuera de lo común. Sigue conduciendo su coche, continúa saliendo con su barco a pescar en Santa Pola, donde eligió vivir hace años, y sobre todo tiene una mente privilegiada para su edad.
Él cree que la razón está en que su cabeza no descansa, y que siempre está pensando en qué inventar y como conseguirlo. Numerosos estudios han demostrado que, a mayor agilidad y estabilidad mental, más posibilidades hay de conseguir y mantener un cuerpo sano.
Con veinticinco patentes a sus espaldas, este inventor autodidacta donde los haya dedicó cuarenta años a trabajar como oficinista en la banca, pero su pasión por inventar siempre estuvo presente y lo sigue estando.
Reconocimientos
Acaba de recibir el reconocimiento de Cruz Roja Elche, y el alcalde Pablo Ruz anunció a este periódico su intención de hacerle un homenaje muy pronto.
Su invento más fructífero, y que le ha generado grandes beneficios económicos, fue el pincho de la sombrilla de playa, que permite fijarla en la arena y que tuvo la buena idea de patentar. Desde entonces ha vendido millones de esos pinchos.
Sus inventos siempre obedecen a algún motivo, y en este caso fue porque un día en la playa su sombrilla salió volando y le dio a una niña. De eso han pasado ya más de treinta años, y sigue recibiendo beneficios. El famoso pincho revolucionó el mercado.
‘El soporte de mi abuelo’
Así se llama su último invento. ‘El soporte de mi abuelo’ es un soporte de aluminio con pinzas, que ayuda a las personas de movilidad reducida a cambiarse la ropa interior, los pañales y los pantalones, sin necesidad de agacharse (elsoportedemiabuelo.com).
Una tarea que se vuelve más complicada con el paso de los años, y que una vez más obedece a un buen motivo. Su esposa se rompió la rótula tras una caída, y quería que una tarea tan íntima como el vestirse pudiera hacerla sin ayuda de nadie.
Su nieta Claudia le ayuda a desarrollar su comercialización, y la Universidad Miguel Hernández le acaba de comunicar su intención de colaborar en este invento para perfeccionarlo.
¿Se esperaba tanto éxito y reconocimiento a estas alturas de su vida?
Estoy muy sorprendido y muy agradecido. Están siendo unos días maravillosos. Primero, el homenaje de Cruz Roja; ese mismo día Pablo Ruz me dijo que el ayuntamiento me iba a hacer otro homenaje, y me llamó el otro día mi nieta y me dijo que le habían llamado de la universidad interesándose por mi último invento.
Sinceramente no me esperaba todo esto, y estoy inmensamente satisfecho.
«Si en esta vida no haces nada por ayudar a los demás, mal vamos»
¿Cómo despertó en usted su inquietud inventora?
A mí la Guerra Civil me pilló siendo un niño, y si no había apenas para comer, mucho menos para juguetes, así que agudicé el ingenio. Me construí un pequeño avión con materiales de la calle, con su hélice y un mecanismo que lo hizo volar. Fue mi primer invento. La guerra y sus necesidades te hacen pensar mucho.
Recuerdo que iba a Dolores, donde vivía mi abuela, a recoger alguna verdura para comer, y recorría el camino de ida y vuelta corriendo. Ahora lo pienso y me parece increíble.
«El móvil es un gran invento, pero no podemos depender de él»
¿Todos sus inventos vienen motivados por sus propias vivencias?
Las mías y las de los demás. Si en esta vida no haces por ayudar a los demás, mal vamos. Hay muchas cosas que podemos hacer y que nos hacen sentir bien con nosotros mismos. Una sensación que no se puede comparar con nada.
Por mi edad y por el accidente de mi mujer, pretendo ayudar a que la vida de los más mayores sea más fácil con mis inventos. Tengo en proyecto alguno más en este sentido que te contaré cuando sean una realidad.
«Pretendo con mis inventos ayudar a que la vida de los más mayores sea más fácil»
Hablando de inventos que han calado en la sociedad, ¿qué le parece el teléfono móvil?
Yo he conocido la evolución del teléfono prácticamente en todas sus fases. El móvil es un gran invento que te da autonomía y la posibilidad de comunicarte en todo momento. Lo que no me parece bien es la dependencia que se ha impuesto y que tiene a los más jóvenes totalmente obsesionados.
Me parece un despropósito tanta dependencia, porque no te deja pensar en otra cosa y deberían ocuparse más en pensar y formarse, que en estar todo el día pendiente de su teléfono móvil.
Cuéntenos sus secretos para conservarse tan bien
No hay ningún secreto. Yo creo que es porque nunca dejo de pensar y de inventar, y mantengo la mente ágil. No me gusta quedarme en mi casa viendo pasar el tiempo.
En cuanto a la alimentación, tomo dos infusiones de rabo de gato al día: una por la mañana y otra por la tarde. Es muy bueno para mantener en buen estado los órganos. Como de todo porque no hay nada que me lo impida, y no me falta mi vasito de vino tinto en mis comidas y cenas.