Crear una nueva playa de la nada no es una tarea sencilla. De hecho, incluso cuando la nueva zona de baño está aparentemente terminada y ha sido utilizada por miles de turistas durante su primer verano de existencia, como ha sucedido con el arenal de El Bol de Altea durante la pasada temporada alta, sigue siendo imperativo darle unos últimos retoques para asentarla y evitar que los cada vez más frecuentes y duros temporales que azotan la costa se la lleven literalmente por delante.
Y eso es exactamente lo que va a hacer la Villa Blanca antes de que acabe el año mediante una operación que se prolongará a lo largo de tres meses y que dejará cifras realmente astronómicas, comenzando con los 25.000 metros cúbicos de canto rodado que se verterán sobre la zona a razón de cuatrocientas toneladas al día hasta completar las 40.000 toneladas que permitirán unir el tramo ya existente de El Bol con la playa de La Roda.
Cuando finalicen las obras, la playa tendrá una anchura mínima de treinta metros
Más de cinco millones
Así, al menos, lo ha explicado el subdelegado del gobierno en Alicante tras una reciente visita al frente litoral alteano, cuya remodelación está a punto de concluirse por completo gracias a una última fase que supondrá una inversión de algo más de 1,1 millones de euros.
A esa cantidad, ha subrayado Carlos Sánchez, hay que sumarle los “algo más de cuatro millones de euros que en su día ya aportó el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para la creación de la nueva playa de El Bol”, una obra enmarcada, a su vez, “dentro de la segunda fase de la regeneración del frente litoral de Altea”.
Dos playas nuevas
Cabe recordar que el total de la obra de renovación del frente litoral alteano, que se ha prolongado a lo largo de casi una década, ha supuesto la creación de dos nuevas playas en el tramo comprendido entre el puerto de la Villa Blanca y la desembocadura del río Algar.
A la de El Bol, que antes de la Nochevieja de este año debe quedar totalmente terminada, hay que sumar la de l’Espigó, que se generó tras la primera fase de este macroproyecto y que ya forma parte del paisaje tradicional alteano, donde una generación entera de vecinos, los más jóvenes, jamás conocieron otra cosa que ese arenal.
Los trabajos supondrán una inversión de más de un millón de euros
Protección costera
Aunque la playa de El Bol se inauguró el pasado mes de diciembre y, por lo tanto, ha pasado ya su primer verano de servicio a Altea, el subdelegado de gobierno ha resaltado la importancia de ejecutar ahora esos trabajos que, ha asegurado Sánchez, permitirán “generar el ancho de playa seca suficiente que garantice una adecuada protección costera”.
En cualquier caso, los trabajos que se llevarán a cabo durante los próximos tres meses no han sido ninguna sorpresa para los responsables del gobierno local, que ya dejaron de manifiesto en el momento de la inauguración del nuevo arenal que para poder dar la obra por finalizada, iba a ser necesario verter esos 25.000 metros cúbicos de cantos rodados que ahora se va a acometer.
Un retraso ‘ecológico’
La de la renovación del frente litoral alteano ha sido una intervención que siempre ha estado muy influenciada por el impacto ecológico que sobre la bahía de la Villa Blanca podía tener la creación de esas dos nuevas playas. Y no sólo por ese futurible, sino también por las consecuencias que pudieran derivarse de la extracción de canto rodado del río Algar para las nuevas playas.
De hecho, el retraso que ha arrastrado el final de la creación de El Bol llegó motivado, precisamente, por un factor ecológico como fue el agotamiento de las reservas de material en el río que atraviesa Altea.
El Ministerio actuará en la playa del Cap Negret en 2024 para evitar su regresión a causa de los temporales
Piedras valencianas
Desde aquel momento, los responsables del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se pusieron manos a la obra para encontrar el canto rodado que, tanto en tipología como cantidad, pudiera permitir la finalización de la obra, una solución que ha llegado desde una cantera en el municipio valenciano de Turís.
En concreto, la jefa provincial de Costas, Rosa de los Ríos, ha explicado que las 40.000 toneladas de canto rodado son un material proveniente del río Magro, un afluente del Júcar que nace en la sierra de Mira y entronca con el Júcar en Algemesí tras 126 kilómetros de recorrido.
Actuación en Cap Negret
De los Ríos también ha especificado que con la obra que ahora se inicia, el ancho de playa seca se elevará “a un mínimo de treinta metros”, lo que se considera suficiente para no sólo proteger la primera línea de la Villa Blanca de los temporales, sino también para poder instalar en el arenal todos los servicios previstos.
Además de todo ello, el subdelegado del gobierno ha adelantado que el Ministerio también tiene previsto actuar en la playa del Cap Negret para evitar su regresión “por la acción de los temporales”. Se trata, en este caso, de unos trabajos que “comenzarán en 2024”.