Nacido en Petrer y residente en Alicante, Francisco José Fernández Vicedo es uno de nuestros músicos más destacados. Catedrático en la especialidad de clarinete en el Conservatorio Superior de Música ‘Óscar Esplá’ de Alicante, ha recorrido toda España con algunas de las más importantes bandas y orquestas de nuestro país.
Ha actuado en templos musicales como el Auditorio Nacional de Madrid, el Palau de la Música de Valencia, el Auditorio Manuel de Falla de Granada, o el ADDA de la capital alicantina.
Además, también ha triunfado en el extranjero realizando exitosos conciertos en países como Gran Bretaña, Italia, Suecia y Rumanía.
Tesis fundamental sobre el clarinete
Numerosas investigaciones musicológicas centradas en este instrumento llevan su firma, tanto en revistas españolas como internacionales, pero de entre todas ellas destaca su tesis doctoral ‘El clarinete en España: historia y repertorio hasta el siglo XX’, una referencia y una contribución fundamental al estudio de este instrumento de viento en nuestro país.
Es músico en la banda de la Unión Musical, a la que considera su familia y a la que lleva ligado prácticamente toda su vida y, aunque no se considera compositor, también ha escrito música festera. Muy cercana es su vinculación con las Fiestas de Moros y Cristianos de nuestra localidad, siendo cabo de la fila Felipe II de la comparsa Tercio de Flandes.
El viernes 3 de noviembre fue el protagonista en el Centro Cultural de Petrer, dentro del ciclo del XXXVI Otoño Cultural, con la conferencia ‘El movimiento popular bandístico y la educación musical en la España de los últimos cuarenta años: vasos comunicantes, salidas profesionales y perspectivas de futuro’.
«Cuando entré en la Unión Musical solo quería aprender a tocar el oboe»
¿Cuál ha sido el tema sobre el que ha girado tu conferencia?
Hablé sobre la relación que existe entre el movimiento bandístico y la enseñanza musical. Es una revisión histórica por fases, desde el origen de las bandas, centrándome sobre todo en el país valenciano, y su relación a lo largo del tiempo con la enseñanza musical, y cómo ha ido variando desde sus inicios hasta el momento actual.
Además de intérprete, has escrito una tesis de referencia centrada en el clarinete. ¿Crees que faltan estudios de este tipo en nuestro país sobre este instrumento de viento?
Sí, totalmente. Mi carrera profesional no empezó como clarinetista, sino que hice magisterio y comencé como maestro de primaria. Estuve un año en Petrer y otros dos en Elche. Luego, me fui a Granada porque saqué mis oposiciones de clarinete. La música clásica es mi pasión, pero siempre he sido muy inquieto y también me gusta estudiar la historia de la música.
Cuando llegué a Granada realicé una investigación sobre el origen del clarinete en España hasta principios del siglo XX, lo que supone la primera investigación académica en profundidad que se ha hecho sobre este instrumento. Está mal que yo lo diga, pero sigo siendo una referencia (risas).
«Dar clase a una persona es descubrir un mundo totalmente nuevo»
Vayámonos a tus comienzos. ¿Qué es lo que te atrapó del clarinete?
Desde muy niño quería ser músico, aunque ni siquiera se me pasaba por la cabeza dedicarme a ello profesionalmente. Mi padre es un gran aficionado a la música clásica y seguramente me transmitió esa pasión, aunque en mi casa no querían que estudiara música, porque decían que si me dedicaba a ello me iba a morir de hambre (risas).
Tengo una hermana mayor que entró en la Unión Musical antes que yo y eso también me llamó la atención. Yo entré después como educando en el año 1985.
Era muy cabezón y lo único que quería era tocar el oboe. El director de la banda de aquel entonces me tuvo que engañar y decirme que el oboe era tan difícil que primero había que saber tocar el clarinete. Gracias a eso es como empecé a tocar un instrumento con el que he hecho carrera y sigo expresándome musicalmente.
¿Y al final aprendiste a tocar el oboe?
No. Solo sé tocar el clarinete.
Eres catedrático de clarinete en el Conservatorio Superior de Música Óscar Esplá de Alicante, ¿qué cosas descubres cada día enseñando a los chavales?
Para mí la enseñanza es un reto. Lo primero que descubres cuando das clase a un alumno es un mundo totalmente nuevo y diferente a todo lo que has conocido anteriormente, ya que cada persona es distinta. Lo que más me gusta es la gran variedad de personas que te encuentras. Lo que menos, tener que evaluar.
«La música clásica y la festera tienen puntos en común»
¿Qué tal la experiencia como músico en la Unión Musical?
La Unión Musical es mi casa, mi familia y mi vida entera. De hecho, a mi mujer, que es de Sax, la conocí en un acto en el que coincidimos las dos bandas. Para mí, por detrás de la familia, está la banda.
También has escrito música festera, ¿cómo es de diferente su lenguaje con respecto a la música clásica?
Son cosas distintas, pero a veces comparten técnicas y cosas comunes. Al final es según el uso que le des a los instrumentos. Una banda puede hacer música clásica, pop o festera, pero si entiendes la música como una expresión de sentimientos, la música festera también lo es.
Soy cabo de la fila Felipe II de la comparsa Tercio de Flandes y escribir música festera lo vivo como algo más cerca de mi faceta lúdica que profesional, aunque realmente no me considero compositor, porque no es esa mi formación profesional.