¿Les prestamos la atención que necesitan los pies? Por fortuna, ahora mucho más: esa es la primera conclusión que extraemos de la charla que mantuvimos con la podóloga Marta Samper, quien nos recalca que en “muchas ocasiones el pie es el reflejo de otras patologías”, procedentes de enfermedades subyacentes.
Lamenta, asimismo, el intrusismo en la profesión y que no estén incluidos dentro de la Seguridad Social, siendo “una labor muy solitaria”, antes de apuntar que debemos tener mucho cuidado a la hora de escoger un calzado, especialmente ahora con el running, tan de moda, y especialmente cuando se trata de niños.
“Los podólogos tenemos que estar actualizándonos continuamente”, expresa. Una de las patologías más comunes es la fascitis plantar, tan habitual en deportistas, entre otros muchos por aspectos como el impacto que recibe el pie en el suelo y sus consecuentes fuerzas reactivas.
¿Cada cuánto se debería acudir al podólogo?
Depende del rango de edad, porque no es lo mismo un niño que una persona adulta. Habitualmente recomendamos una revisión anual, al igual que cualquier especialidad médica, aunque casi nadie lo cumple.
«Un podólogo bien formado previene muchas patologías, con el apoyo de un equipo multidisciplinar»
¿Qué es la biomecánica de la pisada?
Lo más difícil a lo que nos enfrentamos los podólogos en nuestro día a día, porque entran muchísimos factores, como el peso del paciente, su edad, la actividad deportiva que practique, el tipo de trabajo que desarrolle, el estrés…
Hacemos primero un estudio de baropodometría, sobre presiones plantares -tanto en estática como en dinámica-, para ver el centro de progresión de las presiones durante las tres fases de apoyo del pie.
¿Cuándo finaliza el proceso?
Realizamos seguidamente una serie de test para valorar ciertos movimientos, articulares y musculares, del paciente cuando carga o apoya. Por último, se hace una valoración completa en camilla.
El estudio se lleva a cabo como un conjunto, porque no podemos aislar el pie. Las dolencias que se manifiestan en el pie muchas veces no vienen de él, sino de la rodilla o la cadera, por ejemplo.
¿Hoy estáis mucho más formados?
Es cierto que la podología ya no es lo que era, siendo además una especialidad médica que está en auge. Nos formamos, dejando de ser el callista de hace años, y estamos perfectamente preparados para diagnosticar y tratar cualquier tipo de lesión en el pie.
Un podólogo con una buena formación, e interés, puede prevenir muchas patologías, teniendo el apoyo de un equipo multidisciplinar.
«Siempre la cirugía debería ser la última opción, debido a que puede provocar rigidez»
Hablemos de los famosos juanetes.
El problema reside en que muchas veces nos operamos tarde. Habitualmente los problemas y las deformaciones articulares se producen en edades avanzadas.
En ocasiones nos dicen que los pies no quedan bien cuando se operan, al igual que la cadera o la rodilla, porque llevan el desgaste de los años (muchas veces no lo asumimos). Siempre la cirugía del pie estaría indicada cuando un tratamiento más conservador ha fracasado.
¿Las personas mayores son las que más sufren en los pies?
Sin duda. Afortunadamente el rango de edad de los pacientes ha bajado, el podólogo ya no atiende solo a las personas mayores: hemos interiorizado que hay que cuidarse el pie antes. La mitad de mis pacientes están entre los treinta y sesenta años.
¿Cómo atañe a los diabéticos?
Los pacientes con diabetes no controlada piensan que van a perder dedos, pero no es así. Les remarco que únicamente deben tener algo más de cuidado.
A un diabético -que debería ser más precavido- se le puede hacer casi todo en el pie, aunque siempre les recalcamos que son pacientes de riesgo. Una uña encarnada, uno de sus principales problemas, siempre debe ser tratada por un podólogo.
«A un diabético se le puede tratar cualquier aspecto del pie; únicamente hay que ser más cuidadosos»
¿Las plantillas de silicona son eficaces?
Realmente no hacen nada, aunque siempre debemos estudiar al paciente. No todos pueden llevar una plantilla personalizada (de resina) realizada por un podólogo.
Debemos ser muy cuidadosos con la elección de materiales, en función del objetivo terapéutico que buscamos.
¿De qué modo afecta la sudoración excesiva en los pies?
Repercute muchísimo en otros aspectos, principalmente a nivel estético, porque suele venir acompañado de olor. Se puede controlar a día de hoy con exhaustivas medidas de higiene diaria y formulaciones específicas pautadas por el profesional.
Finalmente, ¿qué son las grietas y escamas que se forman?
La descamación del pie está asociada a otras enfermedades dermatológicas y se debe hacer un buen diagnóstico (diferencial). No nos podemos quedar con que el paciente tiene sequedad, si no valorar dónde afecta y si mejora con tratamiento de hidratación de urea, hoy en día lo más efectivo. Suele darse en personas más mayores.