Ya estamos todos. Tras un año intenso de elecciones y de cambios, y con los gobiernos establecidos tanto a nivel local, autonómico como nacional, toca ponerse a trabajar.
Incongruencia
Llevamos meses con una cierta parálisis en algunos temas fundamentales. Ahora, pese al cabreo de las ya desahuciadas del Gobierno Irene Montero e Ione Belarra, que se han ido con la misma actitud con la que estaban, esa soberbia que les ha caracterizado y que ha provocado no solo errores gravísimos, sino el no poder corregirlos a tiempo, hay un nuevo consejo de ministros y toca trabajar.
Por cierto, que es curioso ver como aquellos que odiaban a la ‘casta’ porque, decían, eran personas más preocupadas por su sillón que por el bien social, han peleado hasta el último momento, incluso impidiendo a un compañero ser ministro, para que el sillón lo ocupara Irene Montero. Y el bochorno de ver que por un lado votan a favor de la investidura de Pedro Sánchez pero que, al no ser nombrada, arremeten contra él con fiereza. Eso es congruencia, sí señor.
Reivindicaciones necesarias
En cualquier caso, si algo hay que aprender es que las reivindicaciones políticas, sean las que sean por parte de cada uno, no deben parar; pero tampoco deben ponerse por encima de la gestión. Porque las Administraciones públicas están para eso, para gestionar, para atender las necesidades de los ciudadanos en su día a día.
Por ello, es el momento de coger la mochila y marchar a Madrid. Hay mucho que pedir. Por un lado la condonación de deuda que nos corresponda, sobre la deuda con el Estado, en la equivalencia a lo que se va a perdonar a Cataluña.
Actualmente la deuda total de las autonomías con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) es de 191.747 millones de euros; y de 313.252 millones si contamos la deuda total.
Dudas con la quita
Es evidente que la quita a la que se ha comprometido el Estado es una especie de ajuste contable, como decía Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo. Pero no es menos cierto que hay que aprovechar la ocasión.
Todavía hay muchas incógnitas y pocas certezas sobre lo que se va a condonar. Unos hablan de un total de 58.000 millones de euros y otros de 88.000. Algunas fuentes señalan que la quita para la Comunitat Valenciana sería de 9.750 millones de euros (periódico Cinco Días) y otros que será similar a la catalana llegando a los 14.093 millones (Onda Cero radio).
En cualquier caso es el momento de pelear, pero no es por lo único que hay que luchar en estos momentos en Madrid.
Presupuestos Generales del Estado
Se están preparando los Presupuestos Generales del Estado 2024 y, ante la posibilidad de que consigan sacarlos adelante, hay que estar los primeros de la fila. Llevamos ya demasiados años de infrafinanciación en nuestra comunidad autónoma, motivo por el que nos hemos ido endeudando y que nos pone al límite de no poder obtener financiación externa.
El modelo de financiación autonómico, que se modificó en 2009, hizo que cayésemos a los últimos puestos y nuestra comunidad autónoma sufriera un escandaloso agravio comparativo entre lo que percibe por habitante y lo que reciben -o se ejecuta- en otras como Cantabria o La Rioja, por poner algún ejemplo. Ese desequilibrio se ha mantenido en el tiempo y es hora de luchar por corregirlo.
Llevamos demasiado tiempo no ya sin grandes inversiones, si no directamente sin que aparezcan como opción en los Presupuestos Generales del Estado, cuya presencia en los mismos además no garantiza su cumplimiento. Por eso hay que plantarse en la puerta y no pedir, si no exigir lo que nos corresponde por derecho.
Crímenes contra la humanidad
Pero fuera del ámbito de la política local no se pueden ignorar los crímenes contra la humanidad que se están cometiendo en el mundo. Por un lado Rusia, aunque ya no parezca noticia, porque como los niños cuando hay algo nuevo se olvida lo anterior, que sigue machacando a Ucrania sin cesar.
Por otro lado está la brutalidad israelí. El 90% de los palestinos son gente inocente, como cualquiera de nosotros, y se les está exterminado sin piedad; da igual niños, enfermos, mujeres, ancianos… todo vale en nombre de acabar con el terrorismo de Hamás.
Las matanzas de unos asesinos no pueden ser excusa para que las cometan otros, por muchos que estos últimos se basen en que lo hacen en nombre de unas leyes que ellos mismos crean. La barbarie se ha apoderado de la zona de Gaza y duele oír a personas disculpando que se mate indiscriminadamente; imagino que no pensarían igual si fuera familiares suyos, inocentes que simplemente han tenido la desgracia de vivir en el sitio equivocado.
Insisto en lo que decía en la editorial anterior. Nadie en su sano juicio habría justificado ni disculpado una matanza en el País Vasco porque allí se escondieran los terroristas de ETA.
Estado palestino
La declaración del canciller israelí Eli Cohen asegurando que «condenamos las falsas afirmaciones de los primeros ministros de España y Bélgica que dan apoyo al terrorismo» están fuera de tono y de lugar.
Además, manifestar que hay que declarar el reconocimiento del estado palestino es algo que ya se debería haber producido hace mucho tiempo y que podría haber evitado gran parte de los conflictos.
En 2012 la ONU ya aprobó un primer reconocimiento de Palestina, pero la oposición del gran aliado occidental de Israel, EE.UU., ha impedido que eso haya evolucionado y le ha permitido tener bajo su yugo a toda la franja de Gaza.
Es evidente que eso jamás podrá justificar los atentados terroristas de Hamás, pero también lo es que todo este conflicto, generado especialmente por la compensación a los judíos tras la Segunda Guerra Mundial, cuando Israel no era todavía un estado, debe acabar ya.