Entrevista > Juan Amorós / Utillero del CD Eldense (Elda, 20-diciembre-1963)
Parece que no están, que no se les oye, pero por supuesto que están, con un peso determinante en el devenir de los vestuarios. Se trata de los utilleros y el de nuestro equipo es Juan Amorós, con más veinte años de experiencia en el club -donde ha desarrollado infinidad de funciones- y cerca de once en la primera plantilla.
Entre sus funciones: tener el equipamiento de cada uno de los jugadores cuando llegan al vestuario y disponer de todo lo que les reclama el cuerpo técnico. Pero en muchas ocasiones hacer también de psicólogo, hablar con los chicos y ser incluso el pasto de sus bromas, porque “no dejamos de ser como una familia”.
Se enorgullece de la notable trayectoria del equipo, con resultados excepcionales, y rememora la diferencia respecto a otras temporadas. “Hemos tenido que dar un salto de calidad, los jugadores, los técnicos y, obviamente, yo”, dice, antes de apuntar con una sonrisa que también ha subido la nómina.
¿Cuánto tiempo llevas en el club?
Más de veintiún años. Empecé por culpa de mi mujer Inés (ríe); una tarde llegó a casa y me dijo que había apuntado a nuestro hijo, Cristian, al Eldense. Comencé a ir a los entrenamientos en el campo de tierra anexo y un día el entrenador me pidió si podía hacer de delegado.
Al principio dije que no, pero me convencieron, estando Germán Torregrosa de presidente. He pasado por todas las categorías por las que pasó mi hijo, incorporándome al primer equipo hace casi once años.
«Llegué al club por medio de mi mujer, Inés, que había apuntado a nuestro hijo Cristian»
¿Exactamente cuáles son tus funciones?
Me encargo de que los futbolistas y técnicos tengan todo listo. Ahora que es invierno preparo, en cada ubicación, las camisetas térmicas, sudaderas, pantalones, calcetines, botas, espinilleras…
El material debe estar perfectamente limpio -lavo yo mismo la ropa-, además de los balones, bien hinchados. Todo esto lo hago el día antes de los partidos o la propia mañana.
¿Incluso cuando jugáis fuera?
En ese caso voy con ellos en el bus, aunque estoy antes en el estadio para ‘montar el vestuario’ y que tengan todo lo que precisan de cara al encuentro.
¿Ha cambiado tu trabajo en Segunda División?
Por supuesto. Han cambiado muchas cosas y ahora cobro un poco más (ríe). La Liga nos obliga a que el vestuario esté listo tres horas antes de los partidos, porque van las televisiones y hacen un barrido con la cámara.
He tenido también que dar un salto de calidad, al igual que todos los demás: jugadores, entrenadores, ojeadores y el propio club. Es mucho más profesional.
«Me encargo de que los jugadores y el cuerpo técnico tengan todo preparado para el partido»
Debes tener mucha empatía con los jugadores.
Claro, porque paso muchas horas con ellos. Cuando entro al estadio y sobre todo al vestuario, me tengo que olvidar de mis problemas personales y mostrarles a todos mi mejor cara.
Al final le sirvo a casi cuarenta personas y me piden de todo, las botas, el hielo, las pelotas…
¿Qué principales manías tienen?
La ropa interior es sagrada para ellos y tiene que ser esa para los partidos, aunque esté vieja y desgastada. Igual que las botas o las espinilleras.
Anécdotas te habrán pasado muchas.
Carlitos -Carlos López Huesca-, que jugó con nosotros media temporada en la 2015-2016, siempre se quejaba de que los calcetines estaban viejos. Eran otros tiempos y no contábamos con la cantidad de ropa que tenemos ahora.
Me amenazaba con que me los iba a quemar y un día que me despisté, olí a humo, me acerqué y había quemado los treinta o cuarenta pares de calcetines. Tuve, por lo tanto, que pedir que compraran nuevos (ríe).
«La ropa interior es sagrada para los chicos, aunque esté desgastada e incluso medio rota»
¿Por qué te cuesta a veces darles la ropa?
Porque empiezan a pedir sudaderas y térmicas en pleno mes de octubre, cuando aún estamos a más de veinte grados y no hace frío (ríe). Siempre les digo la semana que viene, debido a que cuanta más ropa les dé, más tengo que lavar luego.
Al final siempre se las doy, aunque tengo un ‘pique’, una broma, con ellos. Les miento y les comento “es imposible, el convenio de utilleros no me permite daros tan pronto las sudaderas”, por ejemplo.
¿Qué sensaciones te transmite el equipo?
Son una piña, es una de las claves de los buenos resultados. Sí es verdad que tengo que ejercer a veces de psicólogo, pero en esta categoría ya menos, son mucho más profesionales.
Intento hablar con los que están jugando menos, para que tengan más paciencia.
El sueño no acaba.
Sí, pero debemos tener los pies en el suelo. El objetivo no es otro que la permanencia.