Entrevista > María de la Fe Mínguez / Traumatóloga infantil (Alboraya, 8-octubre-1968)
Como padres queremos que nuestros hijos, durante su infancia, disfruten y lo hagan con sus amigos, fuera de casa (algo menos habitual a día de hoy, desafortunadamente). El simple hecho de jugar y saltar provoca caídas y accidentes, que deberán ser tratados por traumatólogos infantiles.
Mari Fe Mínguez, con una amplia experiencia en este segmento, quiso desde pequeña estudiar algo vinculado con la sanidad, posiblemente enfermería, pero sus buenas aptitudes le condujeron a tener metas más importantes, como ha demostrado las últimas décadas.
Nos desvelará cuáles son las fracturas más habituales entre los más pequeños y cómo afectó el confinamiento a nivel óseo, “porque salían a la calle acelerados, provocando numerosos incidentes”.
¿Por qué te decantaste por la traumatología?
En un primer momento quería hacer una especialidad quirúrgica. Las prácticas de traumatología me habían llamado la atención, porque es un área de la medicina en la que ves los resultados de lo que haces muy rápidamente.
Tienes una fractura, la tratas -con un yeso o una intervención-, y en el plazo máximo de dos o tres meses esa persona ya está curada.
«El mejor resultado lo dan las técnicas poco invasivas con la menor agresión quirúrgica»
Seguidamente te especializas en infantil.
Me apasionan los niños, tratar con ellos, y después de hacer seis meses de rotatoria por ortopedia infantil -obligatorio en la formación del MIR- me di cuenta de que lo mío era la traumatología aplicada a los infantes. Ahora cada día me gusta más tratar con niños.
¿Tan diferente es respecto a la traumatología en adultos?
Sí, en todos los sentidos: desde la importancia de investigar los antecedentes familiares hasta la exploración física. No es lo mismo explorar un adulto que un niño, y más si son pequeños.
A un adulto le dices “levanta el brazo” y lo hace, mientras que un bebé no lo entiende todavía. Por esta razón debo emplear trucos o maniobras para que lo mueva, como ponerle una pegatina en la nariz, para que se la quite porque le molesta, jugar con una pelota…
¿Cómo ha evolucionado en los últimos años?
Muy rápidamente, sobre todo hoy en día, intentamos hacer técnicas mínimamente invasivas, para obtener el mejor resultado con la menor agresión quirúrgica.
En niños muchas fracturas, que en un adulto son indicación de tratamiento quirúrgico, pueden llevarse a cabo de una forma conservadora. Sus huesos tienen unas características muy diferentes a las de un adulto, mostrando una mayor facilidad para unir -consolidar-, sin tener posteriormente rigideces articulares ni osteoporosis por desuso.
«Otro de los retos actuales de la traumatología infantil son los tumores óseos»
¿Otros retos que tenga la traumatología infantil?
Los tumores infantiles músculo-esqueléticos, que pueden ser benignos o malignos. Afortunadamente en los niños suelen ser benignos.
Los malignos son difíciles de diagnosticar en estados iniciales, pues los síntomas pueden ser confundidos con procesos banales como los dolores por el crecimiento. Lo ideal es diagnosticarlos lo más precozmente posible, aunque puede ser complicado, como he señalado anteriormente.
¿Qué consecuencias tuvo la pandemia a nivel óseo?
Se ha hecho un estudio de los niños que vinieron a urgencias durante los periodos en los que se les dejó salir de casa, y se ha visto que en este tiempo hubo un aumento de la proporción de fracturas.
Es difícil determinar las causas; una de ellas puede ser que, como iban acelerados -hartos de estar encerrados en casa- se cayeran más. Además, el sedentarismo pudo provocar que estuvieran torpones.
¿Cuáles son los casos más frecuentes en los infantes?
Las fracturas más comunes se producen alrededor de la muñeca, porque al caer apoyan la mano y se lastiman. Las siguientes serían las de codo.
«Las fracturas más habituales están alrededor de la muñeca, donde se apoyan al caer»
¿Qué metodología de trabajo empleas?
Me llevo los niños a mi terreno, teniendo la suerte de que no me suelen tener miedo en la consulta. Lo más importante es hablarles con naturalidad, explicarles todo lo que les vas a hacer y tranquilizarles.
También es clave no engañarles nunca, porque ellos deben confiar plenamente en ti. Normalmente los niños se portan superbién, a veces mejor que los padres.
Debes tener mucha psicología y paciencia, sobre todo con los padres.
Sin duda, pero como yo soy madre, les entiendo perfectamente. Antes no les comprendía, pero ahora me pongo en su lugar, tengo empatía con ellos y digo “deben estar pasándolo mal”.
No me molesta que, si no confían del todo en mí, hagan cualquier tipo de consulta con otros especialistas en traumatología infantil. Deben acudir a la persona que piensen que mejor va a tratar a su hijo.
¿Eres partidaria de la cirugía en casi todos los casos?
Opto por el tratamiento más adecuado para lograr el mejor resultado. Algunos casos necesitan un tratamiento conservador (yeso), mientras otros precisan cirugía, buscando el menor sufrimiento para el niño.