Entrevista > Sergio Egea / Entrenador del CF La Nucía (Buenos Aires, Argentina, 1957)
Nadie dijo que la temporada fuera a ser sencilla, pero tampoco nadie podía pensar, hace apenas cuatro meses, cuando echó a andar la presente campaña liguera, que La Nucía iba a llegar al parón navideño en la última posición de la clasificación y tan lejos de la salvación.
Es cierto que las cosas vinieron mal dadas, muy mal dadas, desde antes incluso de ponerse el balón en juego. Una profundísima crisis institucional que comprometió la existencia misma de la entidad provocó que La Nucía iniciara su pretemporada casi mes y medio después que el resto de sus rivales, con lo que eso supuso de falta de preparación en el primer tercio liguero.
Tres entrenadores
En cualquier caso, todo aquello ya pasó y La Nucía acaba de estrenar en el banquillo a Sergio Egea, su tercer entrenador en lo que va de temporada. El banquillo del Camilo Cano se ha convertido en una auténtica silla eléctrica en los últimos meses. Desde que la pasada temporada arrancara con César Ferrando como ‘míster’, el argentino Egea es el sexto entrenador que ha dirigido a los rojillos, una media de un entrenador cada dos meses.
Es evidente que en Sergio Egea, de 66 años, se ha buscado un perfil de entrenador con amplísima experiencia no sólo internacional, sino también y sobre todo en el fútbol valenciano. A pocas fechas de arrancar la segunda vuelta de la competición en la Segunda RFEF, a los nucieros no les queda opción al fallo. De hecho, y tomando como referencia las dos últimas temporadas, tendrán que sumar el 60% de los puntos que se pongan en juego.
Asume la dirección del CF La Nucía con el equipo en la última posición, habiendo sumado apenas diez de los 45 puntos posibles y con la salvación a siete puntos. Menudo reto.
Se trata de un desafío muy lindo. La vida misma es para eso, para tener desafíos constantes. Y bueno, llego a La Nucía con una ilusión y una alegría muy grandes. Me han recibido bárbaro, tanto la dirección como los futbolistas, y estoy absolutamente convencido de que vamos a lograr la remontada y la mejora.
«Dentro de la situación de puntos que tiene el equipo, he encontrado bien a la plantilla; con una gran predisposición a escuchar y trabajar»
Después de esta mala primera parte de la temporada y de haber tenido tres inquilinos, contándole a usted, en el banquillo, ¿cómo se ha encontrado a la plantilla en lo anímico?
Dentro de la situación de puntos que tiene el equipo, la he encontrado bien; con una predisposición muy grande a escuchar y trabajar en la cancha. Con una dinámica muy buena.
Los veo bien. Me he encontrado con un vestuario sano y en el que, por lo tanto, los veteranos no han dejado que se caiga el grupo en general. Todavía hay bastante tiempo para recuperarnos. Los he encontrado con fuerzas. Con esa forma de entrenar y esa mentalidad que tienen, se transmite ilusión y la esperanza de que saldremos de la situación en la que estamos.
Le voy a citar una frase suya: “entrenen, compitan y cállense la boca”. Si esta fuese su tarjeta de presentación, convendrá conmigo en que denota un entrenador de los de mano dura.
Bueno, eso fue una frase que salió en mi etapa al frente del Oviedo, donde tuve un momento de carácter fuerte con los futbolistas y, en realidad, era entrenamiento, competir y callarse la boca en algunos momentos. Pero bueno, no suelo utilizar esa frase, solamente que fue el momento y la situación.
«En los días que llevo de entrenamiento, los chicos me han demostrado que quieren salir, mejorar, competir, ganar partidos»
O sea, que en lo poco que lleva en La Nucía, no ha habido que llegar todavía a ese extremo.
En los días que llevo de entrenamiento, los chicos me han demostrado que quieren salir, mejorar, competir, ganar partidos. Llegué con una propuesta, una idea en la cual hay que correr, hay que meter piernas, hay que sacrificarse por el compañero… Una idea de desarrollar un fútbol muy grupal.
Y veo los trabajos durante las semanas que han sido muy buenos y sólo resta esperar a poder reflejarlo el día del domingo, que es el test, que es el día más importante de la semana.
Los futbolistas son los que tienen que traducir su idea al campo.
Estoy muy ilusionado. Yo llego con una alegría muy grande. Es verdad que este juego es de los futbolistas y que nosotros somos gestores, orientadores, y que después los que ejecutan son ellos. Pero la idea la han agarrado bien, hay una gran predisposición y, por lo tanto, tengo mucha ilusión por verlo reflejado cada domingo en la cancha.
«Este juego es de los futbolistas. Nosotros somos gestores, pero los que ejecutan son ellos»
Pocas horas después de conocerse su nombramiento como técnico, llegó el primer refuerzo del mercado de invierno. ¿Ha sido a petición suya durante las negociaciones?
No. Jorge Valín estaba apalabrado anteriormente a que yo pudiera incluso empezar las negociaciones. Ese fichaje lo hizo la dirección y, por lo tanto, yo en este caso no pedí ningún refuerzo en concreto.
¿Harán falta más refuerzos?
Yo llego a la dirección queriendo ver el plantel, queriendo ver cómo actúan, cómo se comportan, qué compromiso tienen y si quieren estar en la institución o no. Todas esas cosas debo analizarlas y a partir de ahí tomar decisiones.
Hoy por hoy hay algunos lesionados y sancionados, pero insisto en que me he encontrado con un plantel con muchas ganas de revertir la situación, así que nos centramos en el presente. Iremos partido a partido y después de la vuelta de Navidad veremos las cosas como están.
«Yo soy vocacional. Toda la vida he sido un loco del fútbol, como jugador y ahora como entrenador»
En este caso, no solamente se ha sentado en un banquillo nuevo, sino que lo hizo, ya en el primer partido, ejerciendo como local. Después de tantos años como entrenador y tanta experiencia acumulada, ¿estas cosas siguen despertándole mariposas en el estómago?
¡Muchas! Yo soy vocacional. He sido un loco del fútbol toda la vida, como jugador y ahora como entrenador. Es mi forma de vida: los banquillos, tener la experiencia de estar en la cancha, de vivirla.
¿Tenía más opciones sobre la mesa?
Había ofertas de afuera, pero yo no quería volver a salir. Estuve mucho tiempo en México, Guatemala, Costa Rica… Ha llegado un momento en el que ya quería quedarme en España, donde vivo, en San Juan.
Por ello, agradezco a esta dirección la oportunidad que me dan, y voy a trabajar para no defraudar.
«He estado trabajando en muchos lugares y todos me han aportado algo»
Conoce bien el fútbol de la zona porque jugó, entre otros, en equipos de la región como el Hércules, Elche y Orihuela. Luego, en su etapa como entrenador, también ha acumulado mucha experiencia en el fútbol valenciano. Pero después de estar en grandes ligas o, incluso, en la selección de México, ¿uno puede volver a ilusionarse en un equipo de categoría mucho más modesta como es La Nucía?
El fútbol es fútbol y, por lo tanto, se reduce a las dimensiones de cancha, que son de 105 por 70, y una pelota. Así pues, las metodologías son siempre parecidas y dependen sólo del grupo que te encuentres para trabajar.
Lo que cambia muchas veces es la ejecución, que es distinta algunas veces. Ya sabes que empecé en Sax, Villena, Pinoso, Elda, después fui al Madrid, Toledo, Hércules, Oviedo, México, Pumas, Guatemala… He estado trabajando en muchos lugares y todo me ha aportado algo, me he adaptado mucho a los lugares, en el sentido de que la cultura futbolística no es la misma en España que, por ejemplo, en Centroamérica, México o Guatemala. Pero, en definitiva, te encuentras con futbolistas.
¿Son ellos los que marcan esas diferencias?
Ahí está la diferencia, que algunos quieren crecer y quieren más, y otros son un poquito más conformistas. Pero en realidad, todo me ha aportado. Yo jugué en Inglaterra y asociaba mucho la velocidad con la precisión. Siempre fui un enamorado de la velocidad, que está peleada muchas veces con la precisión. Era una idea futbolística mía, donde la pelota había que moverla muy rápido, porque en los años míos de futbolista venía de un fútbol inglés y ellos ya jugaban así y tenía técnicos ingleses que buscaban la ejecución rápida.
Eso es lo que he intentado implementar. Como siempre, los entrenadores dependemos de los resultados, y en algunos sitios ha ido bien y en otros no tan bien. En algunos, incluso, faltó tiempo por nerviosismo. En el fútbol hay mucha impaciencia, pero en líneas generales tengo las ideas claras, sé lo que quiero y voy a intentar implementarlas acá en La Nucía.
«Siempre fui un enamorado de la velocidad, que está peleada muchas veces con la precisión»
Las ideas, usted lo ha dicho, sólo sirven si vienen acompañadas de resultados. Le doy unos datos. La salvación en la temporada 21-22 estuvo en los 43 puntos. El año pasado, en 45 puntos. Si hacemos la media, La Nucía necesita sumar cerca del 60% de los puntos posibles a lo largo de toda la segunda vuelta. Personalmente, se me antoja un puerto de montaña de esos que en el ciclismo se catalogan como de categoría especial.
Sí, pero hay que afrontarlo. Hay que tener ilusión y mucha fe en lo que haces y los futbolistas tienen que entender eso, la situación, porque son ellos los que van a llevar a cabo el plan.
Estamos muy confiados. Yo soy muy positivo. Sumo y multiplico, siempre. Nunca resto ni divido. Así que, soy tan, tan optimista, que sé que si los futbolistas me acompañan o entienden la idea, podemos salir adelante, que es lo que todos esperamos.
Tras una primera vuelta liguera tan mala, la afición tiene todo el derecho a estar muy desencantada con el equipo, pero, a la vez, supongo que ustedes y, sobre todo, los futbolistas necesitarán de su aliento cada domingo en el Camilo Cano.
Así es. La afición siente los colores y estará enojada. Es normal. Estará decepcionada por cómo va en este momento el equipo, pero necesitamos su apoyo. Esto es un camino largo hasta junio y nos necesitamos. Nosotros siempre realizamos las cosas para satisfacción, muchas veces de la afición, que es la que siente los colores y padece mucho cuando el equipo no compite o no gana partido.
Tenemos que cambiar esta dinámica y tenemos que pensar en lo que hacemos con honradez para darle alegría a nuestra gente y al club, que es una maravilla. Las herramientas que nos da para trabajar. Mira que yo he andado por el mundo y he visto cosas, pero La Nucía… ¡Chapó por lo que han hecho aquí!