Entrevista > Raquel Romero / Locutora (València, 15-enero-1972)
Puede que sea una de las voces femeninas más reconocibles de las ondas valencianas. Raquel Romero se colaba en nuestras casas, vehículos y lugares de ocio y trabajo a través de la radio durante casi dos décadas.
Desde entonces, su recorrido laboral ha explorado multitud de campos: publicidad, ‘e-learning’, doblaje, radio, pódcast, narración de audiolibros y formación en dicho sector docente. Todas estas áreas con el hermoso timbre de su voz como denominador común.
Que no se me entienda mal, pero ¿sería posible tener tu voz como despertador de móvil?
(Ríe) Nada es imposible. Déjame que consulte las tarifas.
¿Cuál es el ‘piropo’ recibido que te ha producido mayor orgullo a nivel profesional?
Esta profesión es muy amplia y subjetiva. En publicidad, por ejemplo, tu trabajo está bien en relación con las expectativas de quien te contrata. Así que cuando el cliente te dice que es justo eso lo que quería en una cuña, un vídeo o un spot, es un buen piropo.
Es verdad que es muy típico que me digan “tienes una voz muy bonita”, cosa que agradezco un montón, porque es como tu tarjeta de presentación laboral. Pero luego, cuando alguien que sabe de la profesión te dice “no te he reconocido” o “me ha costado adivinar que eras tú”, sobre todo en doblaje, es un piropo enorme; porque es señal de que te has pegado tanto al personaje, a la actriz que doblas, que no se te escuchaba a ti, sino a ella.
«Entender bien lo que tienes que decir es un buen truco para locutar adecuadamente»
¿En cuántos idiomas has locutado?
Castellano y valenciano. En algún audiolibro me han salido frases o palabras en alemán, inglés, francés, ruso y seguro que algún idioma más, pero son cosas superpuntuales.
Cuentas en tu sitio web que llegaste a la radio por azar. ¿Qué sucedió?
Hice un curso de animación sociocultural en primero de carrera, Filología, y la madre de mi amiga trabajaba como profesora en la cárcel de mujeres (cuando aún estaba en la avenida del Cid); hicimos ahí las prácticas organizando la fiesta de la Mercè a las presas.
A mí me parecía la bomba, y que la gente debía saber lo que dos estudiantes estábamos preparando. A través de contactos de mi padre llamé a varias emisoras, y en una, Radio Minuto, nos entrevistaron; bueno, solo hablé yo, porque mi amiga se puso muy nerviosa. Aquello derivó en “tienes una voz muy bonita, ¿quieres hacer una prueba para trabajar en la radio?”. Al mes estaba haciendo antena. Y así casi veinte años.
¿En qué momentos de la vida cambia la voz?
La voz creo que es de lo que menos envejece de una persona. Y es muy agradecida. Yo no he fumado nunca, soy de poco gritar, intento no enfriarme demasiado y dosificarme… Hay que cuidarla, obviamente, porque es mi herramienta de trabajo.
¿Es un músculo que se puede trabajar para embellecerlo (la voz)?
Trabajar para ¿embellecerla? Yo diría para ser versátil, maleable, ser capaz de hacer voces de niños, jovencitas, abuelitas… Registros diferentes que te enriquezcan como profesional y que van más allá de la belleza.
Pero, ¡ojo! Yo no renuncio a la belleza de la voz y hay trabajos de ‘voz de guapa’ de los que estoy muy orgullosa.
«Siempre decimos que en nuestro trabajo ‘o te mueres de hambre o te mueres de sueño’»
Sin quitarte mérito alguno, pero ¿es un ‘don’ nacer con una voz bonita?
A mí, antes de dedicarme a esto, desde los dieciocho años, nadie me había dicho que tenía la voz bonita. No sé si eso es un don, tener la voz bonita, para mí es más don saber emocionar y llegar a las personas con mi trabajo a través de la voz.
Publicidad, ‘e-learning’, doblaje, radio, pódcast… El campo de la voz es amplísimo. ¡Y no para de crecer!
¡Es increíble! Súmale que narro audiolibros y que soy profesora de narración de audiolibros y de locución publicitaria, además de que presento eventos y soy directora de doblaje.
La comunicación se ha convertido en tu pasión. ¿Ha mermado esa pasión o todo lo contrario?
¡Me encanta la comunicación! Al contrario, cada día quiero trabajar con gente nueva, hacer cosas que nunca he hecho, acabar de afianzarme en el doblaje, enseñar a nuevos alumnos… Tengo suerte de que mi trabajo me haga feliz.
¿En qué andas metida ahora, algún proyecto apasionante a la vista?
Cada día es una aventura. Hay semanas a las que les faltan días, y otras en las que parece que nadie se acuerda de ti… (ríe). Siempre decimos que en nuestro trabajo “o te mueres de hambre o te mueres de sueño”.
Es verdad que nuestros proyectos son de corto recorrido: campañas de tele y radio con spots y cuñas, narraciones de audiolibros que empiezan y acaban, convocatorias de doblaje con personajes que aparecen y desaparecen… Ahora estoy muy centrada en la formación de alumnos que también se quieren dedicar a esto.
Dame un par de trucos para mejorar mi locución…
Primero entiende siempre bien lo que tienes que decir y, segundo, evita los ‘tonos cantarines’.