Un estudio internacional, en el que participa el Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global de la Universidad de Alicante (UA), ha demostrado que la manera en que se organiza la vegetación que cubre la superficie terrestre influye en el funcionamiento y capacidad de recuperación de los ecosistemas áridos. Los resultados, publicados en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences, también conocida por sus siglas PNAS, suponen un avance significativo en la comprensión de la relación entre los patrones espaciales de vegetación y la resiliencia en las regiones más áridas del mundo.
El equipo de investigación ha analizado 115 ecosistemas áridos en 13 países utilizando datos de teledetección, información de campo y modelos matemáticos. Gracias a estos estudios, los expertos han demostrado «que los mecanismos responsables de los patrones espaciales de la vegetación permiten que los ecosistemas áridos saludables se adapten a condiciones ambientales cambiantes, como la escasez de agua, ajustando su estructura espacial. Por el contrario, los ecosistemas degradados carecen de esta capacidad», explica Emilio Guirado, investigador del Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global de la UA.
Estos hallazgos revelan que el patrón espacial de la vegetación permite aumentar la resiliencia de los ecosistemas áridos a medida que aumenta la aridez, lo que permite mantener su funcionamiento bajo condiciones de mayor estrés ambiental. Los resultados de este estudio indican que los patrones espaciales de la vegetación no solo se forman en respuesta a condiciones ambientales estresantes, sino que también otorgan a los territorios áridos la capacidad de adaptarse a condiciones climáticas cambiantes.
«Los patrones encontrados podrían servir como indicadores valiosos de la salud del ecosistema abriendo perspectivas importantes para futuras investigaciones en este campo. Entender el papel de los patrones espaciales de la vegetación nos ofrece una ventana única para preservar estos ecosistemas vitales en un mundo que enfrenta desafíos climáticos cada vez mayores», añade Fernando T. Maestre, catedrático de la Universidad de Alicante y director del Laboratorio de Ecología de Zonas Áridas y Cambio Global.
Los patrones espaciales como los de la vegetación de los ecosistemas áridos son una característica común que comparten muchos sistemas complejos, desde comunidades microbianas hasta lechos de mejillones. Sin embargo, aunque las implicaciones teóricas de estos patrones para mantener el funcionamiento y la resiliencia de los ecosistemas han sido ampliamente estudiadas, «la evidencia empírica de su importancia para estos aspectos de los ecosistemas es muy escasa», señalan los investigadores de la UA.