Es que le tenían sorbido el cerebro al bueno de Alonso Quijano, Don Quijote, la creación más allá de lo literario de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), los libros de caballería (nacidos a finales de la Edad Media, siglos V al XV), aquellas andanzas de caballeros andantes que entretenían a nuestros ancestros. Pero uno de ellos, ‘Tirante el Blanco’ (‘Tirant lo Blanch’ o ‘Lo Blanch’), se salvaba de la quema.
En el sexto capítulo, el cura y el barbero deciden destruir, para salvar a Quijano, sus volúmenes de caballería, pero el ‘Tirante’, del valenciano Joanot Martorell (1410-1465), no acaba en la pira. Según el sacerdote, “por su estilo es este el mejor libro del mundo: aquí comen los caballeros, y duermen y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte, con estas cosas de que todos los demás libros deste género carecen”.
De buena cuna
Aunque es mucho lo que se conoce de Joanot o Joan Martorell Mompalau, a veces los datos resultan ambiguos. Se sabe que fallecía en 1465, la fecha más aceptada, o en 1468. Y en cuanto al natalicio, fue o en 1410 en València, lo más habitual en los libros de historia, o en 1413 en Gandía (La Safor).
Joanot Martorell procedía de una familia de buena cuna asentada precisamente en dichas tierras; hijo de Francesc Martorell y Damiata Abelló o Mompalau (de hoy licuadas biografías), a cuyas nupcias, el 14 de febrero de 1397, en la misma Gandía, acudió incluso Alfonso de Aragón ‘el Viejo’ (1332-1412), marqués de Villena (desde 1366) y futuro duque de Gandía (a partir de 1399).
Los padres gobernaban Gata, Llíber, Murla y Xaló
Problemas familiares
Tanto de Joanot como de sus ocho hermanos (Aldonça, Damiata, Galceran, Isabel, Jaume, Jofré, Guillem y Lluís) puede decirse que formaban parte de la ‘jet-set’ más influyente del momento en el Reino de Valencia (1238-1707). Al cabo, vivían en lo que sería el importante ducado de Gandía (aún activo, se concedía de manera oficial el 20 de diciembre de 1485 por los Reyes Católicos, aunque funcionaba a pleno pulmón, como señorío, desde 1323).
Pero eso no tenía por qué concederle tranquilidad infinita a la prole de aquellos gandienses, también señores de Gata, Llíber, Murla y Xaló (localidades todas en la Marina Alta, por el valle del Pop). Así, la mala suerte de Joanot con sus cuñados (o que tenía un genio de mil diablos). Aunque de aquellos percances iba a derivarse, directa o indirectamente, su producción literaria.
Acusó a su primo de deshonrar a su hermana Isabel
Hermana deshonrada
Ya vimos que se las vio con el mismísimo Ausiàs March (1397-1459), quien casa con su hermana Isabel (que fallecía a los tres meses de casada) en 1439, tras comprometerse en 1437. La demora venía provocada por las desavenencias entre ambos cuñados por la dote. Muerta Isabel, ambos aún litigaron por las tierras heredadas. La segunda es más grave, contra su primo Joan de Mompalau, e incluye acusación de abuso sexual.
El familiar iba a matrimoniar con Damiata (como con Isabel, sus datos se perdieron entre la historia), pero esta unión no llegará a consumarse; Joan (cuya biografía enterró tan escabroso asunto) era acusado de haber deshonrado a Damiata antes de las nupcias. Joanot, el 12 de mayo de 1437, escribe una ‘lletra de batalla a ultrança’ (letra o carta de batalla a ultranza), la primera de una serie de ellas.
Le inspiraron las aventuras de Guy de Warwick y Roger de Lauria
Legados literarios
Se aficionó a las cartas de batalla y constituyen uno de los tres legados literarios de Joanot Martorell. Hay otro, inconcluso y sin titular, aunque se le conoce hoy como ‘Guillem de Varoich’, que en realidad parece haberle servido de borrador para su obra cumbre, el ‘Tirant lo Blanc’; para muchos, punto de arranque de la narrativa moderna, que abandonaba los elementos fantásticos para abrazar una búsqueda del realismo.
También se le considera el “primer poemario en valenciano” escrito como tal, según ya dijimos, pero maticemos: la obra, editada póstumamente en 1490, posiblemente confeccionada entre 1460 y 1464, se compuso en prosa. En aquel momento, un poemario alude a la catalogación clásica del filósofo griego Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.) de la actividad humana (teoría o búsqueda del verdadero conocimiento, praxis o acciones para resolver problemas y ‘poiesis’ o poética: creatividad a partir de imaginación y sentimientos).
La obra internacional
En su trifulca contra su primo (arreglada tras pagarle Joan, en 1445, a Damiata 4.000 florines), Joanot viajó a Inglaterra en 1438 para pedir a Enrique VI (1421-1471) que interviniera como juez de combate. Allí, conoció de las aventuras del legendario Guy de Warwick, las adobó con las de Roger de Lauria (1245-1305) y las especió con el ‘Llibre de l’orde de cavalleria’ (1274-1276) del mallorquín Ramon Llull (1232-1316).
El resultado, que nos lleva de Inglaterra a Rodas o a Constantinopla, combinando aventuras, política y romance, resultó exitoso tan pronto la dio a publicar el prestamista valenciano Martí Joan de Galba, fallecido en 1490, tras pretender ser coautor. Hubo versión castellana en 1511, italiana en 1538 y hasta francesa en 1737. Lo que dio de sí un cabreo.