Entrevista > Lucía Beviá / Productora de artes escénicas (Sant Vicent del Raspeig, 19-mayo-1963)
Trabajar con los más grandes: sueño de muchos, realidad de pocos. Sí la de Lucía Bevía, productora de artes escénicas que ha completado cerca de mil representaciones, principalmente en Latinoamérica, donde ha podido tejer una red para las artes escénicas que únicamente los cantantes hacen, al unir con sus galas ciudades y países.
Prácticamente ha trabajado sin parar desde hace más de treinta años, empleando desde el fax al WhatsApp y desde los grandes ballets -como el Nacional de España Monte Carlo- hasta producir el último concierto de Joan Manuel Serrat, en el Zócalo de la Ciudad de México. Entre sus nuevos proyectos, China.
Después de un largo periodo fuera de España ha regresado, sobre todo “para estar cerca de mi madre”. Confiesa, en ese sentido, que ahora disfruta enormemente de esta nueva etapa de su vida, junto a su familia y degustando siempre que puede un arroz a banda.
¿Cuándo te inicias en el teatro?
Empecé en Radio San Vicente, de la mano de Luis Jiménez Maruenda, quien me introdujo muy joven en el mundo del teatro, creando poco después una asociación de actores de Alicante junto a Pere Reig y Toni Misó.
Pronto realizamos ‘Historia de un soldado’, de Stravinsky, y ‘El cantar del mío Cid’. Recibí incluso varios premios de cine y teatro, pero mi trabajo como actriz no fue mucho más relevante.
Sí como productora.
Trabajaba con Belén Rueda, que sigue siendo mi mejor amiga, y ambas nos fuimos a vivir a Madrid. Ella siguió con la televisión y yo con el teatro.
Sin embargo, fue cuando me trasladé a Ecuador cuando sentí que mi mayor valor era presentar espectáculos internacionales. Decidí dejar de ser actriz y traer shows de artes escénicas, como el del mimo Marcel Marceau y tantos otros, que pasaron por Quito y Guayaquil.
«Al trasladarme a Ecuador sentí que mi gran valor era presentar espectáculos internacionales»
¿Ya habías creado Iberarte?
En efecto, eran los primeros años de los noventa. Seguidamente regresé a Alicante arruinada, porque en esta profesión se aprende perdiendo dinero. Mis padres me ayudaron a financiar las deudas generadas.
Empiezo a producir desde San Vicente y me doy cuenta de que mi experiencia puede servir para, en lugar de programar espectáculos en Ecuador, producir giras por diferentes países, con artistas como Antonio Canales, Joaquín Cortés o María Dolores Pradera. Eso no existía en las artes escénicas; sí en la música, cuando por ejemplo Serrat hacía diversos conciertos por varios países. Yo continué su estela, gracias al apoyo de su mánager, ‘Berry’, y así comencé a producir giras continentales.
¿Se multiplicaron entonces los éxitos?
Sí, me satisfacía mucho más que ser actriz. Era menos duro, lo tengo que confesar, porque no hay nada más duro que la vida de un verdadero artista, sobre todo ser bailarín, que es lo que más admiro.
«En mi vida no tuve que renunciar a nada, llevé exactamente la que quise, con muchísima actividad»
¿El idioma ha sido una ventaja?
Determinante en toda mi vida. Iberoamérica ha sido el eje principal de mi trayectoria profesional; es un continente donde me he sentido muy cómoda, que ha sido muy generoso conmigo.
Una parte de mi corazón es de allí, sobre todo mexicano y ecuatoriano.
¿Qué otros eventos has producido?
En 1997 el 250 aniversario del nacimiento de Goya, haciendo una gira enorme, desde Miami hasta Buenos Aires, en la que llevábamos incluso los propios cuadros del genio aragonés, sin seguro ni nada, porque antes del 11-S todo era otro mundo.
Recuerdo, en ese sentido, que llevamos 2.000 kilos de exceso de equipaje y nos lo subieron al avión gratis. Ya en 1999 dirigí la producción de ‘La Bella y la Bestia’ en Madrid, donde poco después llevé a cabo la compra y rehabilitación del Teatro Alcalá.
«La actriz y cantante Ana Belén es la mejor persona que he conocido en mi carrera profesional»
¿Has tenido que renunciar a algo en tu vida?
A nada, porque cuando uno renuncia es que desea otra cosa, y siempre deseé llevar la vida que tuve, llena de actividad. No he querido ser madre, por decisión propia, pero tengo unos sobrinos maravillosos.
¿Cómo es estar con los más grandes?
Normalmente han sido épocas muy felices, porque no es lo mismo trabajar con un artista todo un año que hacerlo quince días. Para mí, una máxima es que cuando más alto llega un artista, más fácil es trabajar con él.
Los más difíciles son los que no llegan, que muchos viven con frustraciones y son complicados de tratar. La actriz y cantante Ana Belén, por ejemplo, es la mejor artista que hay sobre un escenario y la mejor persona que te puedes llevar de gira. No se cansa, no te pone problemas, para todo está disponible, viaja sin cansarse…