Entrevista > Yolanda Valiente Caballero / Deportista (Ronda, Málaga, 25-octubre-1964)
Yolanda Valiente es una de nuestras deportistas más reconocidas. Nacida en Ronda, Málaga, con tan solo un año vino a vivir a Petrer, donde se ha criado y formado una familia. Su idilio con el deporte comenzó montando en bicicleta, con veintitrés años, siguiendo la estela de su marido, también deportista.
Cuando cumplió los veintiséis, empezó a competir en carreras de Mountain Bike, llegando a coronarse varias veces como ganadora del campeonato de la Comunitat Valenciana. Después de colgar las dos ruedas, pasó a disputar Ironman, pruebas de extrema dureza en las que hay que completar tres disciplinas: 3.800 metros de natación, 180 kilómetros de ciclismo y 42,195 de carrera a pie, es decir, una maratón. De todas salió airosa.
Pero ha sido en los Ultra Trails, carreras de montaña de largo recorrido donde la preparación física y la fuerza mental son claves para cruzar la línea de meta, donde la ultrafondista ha logrado sus mayores logros deportivos. Y todo ello rozando los cincuenta años de edad.
Rompiendo registros
Por citar tan solo dos de las innumerables pruebas que adornan su extenso currículum, en 2015 logró alzarse con el triunfo en su categoría, la master, en el mítico Ultra Trail del Mont Blanc, donde completó una distancia de 171 kilómetros con un desnivel positivo de 10.000 metros, parando el crono en 34 horas y veinticinco minutos y marcando récord de la distancia en su categoría. Además, en la general quedó decimonovena.
Al año siguiente participó en el Tor des Géants, en el Valle de Aosta, probablemente su prueba favorita y a la que confiesa que le gustaría volver. Con 338 kilómetros y 24.000 metros de desnivel positivo, logró hacer un fenomenal tercer puesto en su categoría.
Yolanda es un referente y un ejemplo de constancia y superación. Este año sopla sesenta velas y, aunque ya no esté al nivel de antes por culpa de la fatiga que le dejó la covid, sigue entrenando y peleando con motivación por volver a competir en su espacio favorito: la alta montaña.
Logró el triunfo en su categoría en el Ultra Trail del Mont Blanc y el tercer puesto en el Tor des Géants
¿Cómo se te ocurrió cambiar la bicicleta por la carrera a pie?
Llegó un momento en el que me había saturado un poquito. Mis hijos eran pequeños, tenía mi trabajo, entrenaba, y luego con las carreras tenía que viajar mucho. Y como también me gustaba mucho la montaña y correr, me animé a dar el paso.
Luego pasaste a correr los Ironman, una exigente prueba del calendario deportivo mundial. ¿Cómo te preparabas y qué sentías cuando te metías en el agua al comenzar la competición?
Los Ironman son pruebas muy duras. Mi problema era que yo entonces no sabía nadar y eso para mí era el hándicap principal, porque la bici la sabía llevar y corriendo me veía bien. Pero al final conseguí superar los tres que disputé.
Después te dedicaste a correr Ultra Trails. En 2015 ganaste el del Mont Blanc, considerado el más mítico y prestigioso del mundo. ¿Es la prueba deportiva más dura que has corrido?
La más dura no, pero sí una de las más competitivas. A partir de los Ironman empecé a pensar en hacer Ultra Trails y el Mont Blanc para mí fue como hacer corriendo lo que no había podido hacer con la bicicleta. Aquello fue un sueño y además conseguí bajar el récord de mi categoría.
«Mi familia siempre ha sido un gran apoyo para mí»
Otro Ultra que te ha marcado ha sido el Tor des Géants, en el Valle de Aosta, ¿cómo lo recuerdas?
Fue una verdadera aventura y lo más duro que he hecho. Pero fue algo muy bonito. Eres tú sola contra la noche y contra el día. Tardé cinco días y medio en completar la prueba y dormí seis horas en total.
Tu familia está muy vinculada con el deporte: tu marido, tus hijos, tu yerno e incluso tus nietos. ¿Es algo que se lleva en el ADN o es planificado?
No sé, es muy gratificante que mis hijos hayan hecho lo mismo que mi marido y que yo. Ellos lo han vivido, porque siempre nos han visto hacer deporte e iban a las carreras conmigo de pequeños. Mi familia siempre ha sido un gran apoyo.
A tus casi sesenta años, ¿sigues actualmente en activo?
Sigo corriendo, pero ya no compito como antes por culpa de la covid que me dejó un par de años con una fatiga que no me ha dejado trotar. Pero no me he rendido en ningún momento y ahí sigo.
«Para correr un Ultra Trail hay que cuidarse mucho y sacrificarse en algunas cosas»
¿Cómo estableces tu estrategia de carrera y cómo preparas los días previos a un Ultra?
Siempre he tenido a mi entrenador. Unos días antes de la carrera suelo empezar a comer bastantes hidratos y voy entrenando más suave, haciendo unas cuantas series para activar el cuerpo en plan tranquilo. Hay que cuidarse mucho y sacrificarte en algunas cosas.
¿Te consideras una mujer pionera en Petrer con la bicicleta y las carreras de montaña?
En los Ultras no tanto, pero en la bicicleta sí que me veo, porque cuando empecé a principios de los noventa no había mujeres en nuestra zona. A los dos años empezó otra chica de Elda a salir conmigo a veces, pero yo siempre iba con los hombres, y cuando montaba en bicicleta muchos me veían un poco como un bicho raro.
En el término municipal de Petrer tenemos la suerte de contar con muchísima montaña, ¿por dónde sueles entrenar?
Lo he pisado todo, pero la zona que más me gusta y que un día llegué a subir hasta siete veces es la Sierra del Caballo. También voy al Chocolate, a La Replana y alguna vez al Cid, aunque menos porque está más masificado.