Entrevista > Joana Bisquert Marí / Pintora y ganadora del Premio Desideri Lombarte (Xàbia, 7-octubre-1972)
Joana Bisquert desde pequeña siempre ha sentido gran admiración por la pintura. Siempre le ha llamado la atención jugar con los colores, con las luces y sombras, intentando provocar sensaciones a través de sus cuadros.
Desde hace casi tres años, aproximadamente, no ha parado de trabajar y ha decidido realizar obra nueva para seguir haciendo exposiciones.
¿Cuándo empezaste en el mundo de la pintura?
Desde siempre he dibujado. En mis recuerdos siempre están los colores y los dibujos. Siendo pequeña iba a una exposición con mi padre que hacían en Xàbia, en el pasaje del puerto, que todos los veranos se repetía. Me quedaba encandilada con las pinturas y mi primera experiencia con la acuarela fue intentar imitar a Abel Puche. Ha sido un referente durante toda mi vida.
Conforme iba pasando el tiempo, continué pintando y fui probando con otras técnicas como el óleo o el acrílico. Aunque tuve que parar, porque en realidad tenía otras actividades, pero nunca dejé de pintar.
¿Cómo ha sido tu experiencia?
En el año 2003 hice una exposición, con un amigo que era escultor, en el Museu Soler Blasco. Todas las obras en esos años eran en óleos con distinta técnica, pero siempre he tenido las ganas de probar la acuarela y, por circunstancias de la vida, en el 2013 me trasladé a Valencia. Ahí fue cuando decidí formarme académicamente en Bellas Artes y entrar en la Facultad de San Carlos; fue algo que disfruté muchísimo.
Durante mi formación hice un proyecto sobre una escuela danesa del siglo XIX. Son una serie de pintores que pintaban interiores de casas, siempre en líneas rectas, con el sol entrando. Eso fue algo que me impactó mucho y que ha sido una influencia para mí posteriormente.
«Lo que más se vende en las galerías privadas es el arte abstracto»
¿Por qué adentrarte en el mundo del arte?
Volví a Xàbia y me estuve preparando una exposición en 2021, ‘Xàbia, llums i arrels’. Fue mi punto de inflexión y empecé a tener más contacto con el mundo del arte, la prensa y con la gente. En esta exposición intentaba, y lo sigo haciendo, pintar Xàbia desde mi punto de vista y no como un paisaje típico, sino representarla de una forma más intimista: una Xàbia ‘de arrels’ y ‘de records’.
La intención era que el espectador cuando viese un cuadro mío le provocase sensaciones, y por eso pinté una serie de riuraus y rincones del pueblo, siempre con la luz como principal protagonista. Tuvo mucho éxito. Fue una forma de recordar a Xàbia en esa época, cuando las calles tenían luz y vida.
A partir de aquí, hice otra exposición individual al año siguiente en el Club Náutico, y esas cosas son las que me animaron a seguir.
¿Es muy difícil pertenecer a la industria del arte?
Es muy complicado. Yo en eso estoy en una segunda liga; he tenido éxito, pero no a tan alto nivel. Tienes que estar dentro de la moda y eso no es lo que yo hago. Lo que más se vende en las galerías privadas es el arte abstracto.
Aparte es difícil exponer y mi tipo de pintura es más expresionista, no es abstracta. Pero siempre hay alguna que puede abrirte las puertas y no me quejo del trabajo que tengo ahora.
«Estoy en camino de poder dedicarme a la pintura de forma definitiva»
¿Qué reconocimientos has logrado?
He realizado mis exposiciones por Francia y por supuesto por España, también en la comarca. Formo parte de la Asociación de Artistas de la Marina Alta (ADAMA) desde 2022, en donde organizamos concursos de pintura rápida, talleres de acuarela y colaboramos con asociaciones. Aparte de esto, también me he presentado a muchos concursos con la suerte de salir finalista en varios.
Por ejemplo, dos años consecutivos salí finalista en los Premios Gredos con dos acrílicos; en Castellón se hace un concurso internacional de acuarelas y estuve entre los veintiséis finalistas; y hace poco gané el primer premio de pintura de Desideri Lombarte en Peñarroya de Tastavins.
¿Has conseguido dedicarte a lo que más te gusta?
A partir de 2021 la gente empezó a conocerme y en la exposición que realicé entonces estábamos en plena pandemia y vino mucha gente. Eso fue también lo que me animó a seguir.
He enviado varios cuadros a Estados Unidos y estoy dentro de algunas galerías online: una americana y otra francesa. Desde hace un año, más o menos, estoy en camino de poder dedicarme a la pintura de forma definitiva. No puedo a tiempo completo, pero es cierto que cada vez tengo más trabajo.
«No quiero que me encasillen como pintora de riuraus»
¿Tienes algún proyecto entre manos?
Ahora estamos preparando una exposición en Denia sobre las mujeres pintoras de la Marina Alta. Estoy preparando obras nuevas y tengo varios proyectos entre manos, pero todavía no puedo hablar mucho. Necesito tiempo y, como te digo, necesito hacer obra nueva.
No quiero que me encasillen como pintora de riuraus, aunque es cierto que en todo lo que pinto intento hacer un guiño a Xàbia; es como Monet que pintaba París. Quiero recoger mucha obra para hacer exposiciones individuales.
¿Qué significa para ti Xàbia, la pintura y el arte?
Para mí Xàbia tiene una luz especial y quería reivindicar una Xàbia más auténtica y no la que está de moda. Queremos ver sus costumbres, sus raíces, su gente. Para mí es un mundo muy bonito y por eso estoy muy metida en ello.
Estoy muy feliz por el recibimiento que he tenido, porque es algo que siempre he querido. Lo primero que pensé cuando me fui a Valencia era compaginar mi trabajo con la licenciatura. Es mi vocación de toda la vida.