Entrevista > Luca d’Alessandro / Pintor y escritor (Génova, Italia, 28-septiembre-1979)
Luca d’Alessandro llegó a España por una serie de casualidades. Tiene una forma de ver la vida desde una perspectiva muy íntima y personal. Desde sus trabajos como artista, ya sea en la escritura, pintura o incluso música, siempre ha defendido la libertad y la expresión como arma para las personas.
Ahora, junto a un gran equipo de profesionales, es parte de un proyecto en Xàbia, Raíces Creativas, donde apuestan por las conexiones y la retroalimentación entre las personas a través del arte.
¿Cómo llegaste a España?
Vine con mi pareja embarazada de vacaciones a España con la casualidad de que se puso de parto. Para nosotros fue como una señal y nos tuvimos que quedar en el hospital de Alicante un mes. Cuando salimos decidimos irnos hacia la Marina Alta, que es mucho más bonita y verde, con sitios como Xàbia y Denia.
Fue por casualidad. Pero soy una persona que fluye mucho y las cosas más bonitas de mi vida siempre han llegado sin planear nada, tanto en lo personal como en lo profesional.
¿Cuándo empezó tu relación con el arte?
Justo lo estaba hablando con una amiga de Berlín. Ella me contaba que el arte había sido una vía para conectarse consigo misma. Para mí fue al revés, fue algo que apareció en mi mente. Empezó de manera artística con la pintura, pero también con la música.
Saqué un disco en 2016. Pero el arte figurativo surgió hace cuatro años, en un momento en el que tenía poca inspiración en la escritura. Casi no escribía nada, no subía contenido en las redes sociales; estaba un poco desaparecido públicamente.
«Cada persona tiene algo dentro y necesita sacarlo»
¿Por qué crees que ocurrió eso?
En esos tiempos entró en mi vida mi pareja actual, y mi padre falleció. Esto último fue un momento muy fuerte en mi vida, porque llevaba quince años sin tener relación con él hasta que supe cómo estaba. Pasamos una semana juntos y pudimos hablar. Verlo llorar de felicidad antes de morir fue un regalo muy grande.
¿En qué momento te lanzaste a pintar?
Simplemente, después de todos esos momentos, un día pasé por una tienda de colores y sentí que algo me decía que tenía que hacerlo. Acababa de dejar a mi hija en el colegio. De hecho, iba en pijama, pero entré y compré todo el material que creía que necesitaba. Justo tenía noventa euros en el bolsillo y yo normalmente no llevo nada, porque solo iba a dejarla en la escuela y volver a casa.
Así que comencé a expresarme de una forma totalmente libre. Empezaba a pintar desde las siete de la mañana hasta medianoche. No podía parar de pintar, fue algo muy bonito y liberador.
«Empezaba a pintar desde las siete de la mañana hasta medianoche»
¿Cómo fue esa evolución?
Después de unos meses empezó la primera frustración de artista. Me preguntaba qué era lo que estaba pintando. Me entró coraje y tenía miedo de enseñarle a alguien de manera íntima mis cuadros. Pero empecé a venderlos y la gente amaba lo que yo hacía. Me decían que transmitía cosas. Tuve algunas muestras en París, en Roma y en otros lugares.
Al tiempo mi pareja se quedó embarazada y tuve que cancelarlas todas, porque quería estar con ella. Cuando nos instalamos en Xàbia yo tenía un espacio donde podía dejar en libertad mi creatividad, pero me di cuenta de que quería expandirlo y ahí fue cuando conocí a Maribel Cots y surgió el proyecto de Raíces Creativas.
¿Qué es lo que querías transmitir?
Mi trayectoria se mueve alrededor de la comunicación; comunicar lo que tengo dentro. Cada persona tiene algo y necesita sacarlo. Tengo mucho interés en los mecanismos de los seres humanos, la belleza y la expresión de la libertad. Todo lo que he hecho en mi vida gira alrededor de esto.
Entre los proyectos que te he comentado también he hecho teatro, monólogos por Italia, algo de radio, asesorar a algunas marcas, etc. En todo esto está el orden de la comunicación, ya sea comunicar la libertad o la opción de abrir otras posibilidades a las personas.
«Estoy colaborando en un proyecto para el miedo a volar»
He visto que tienes una gran comunidad en redes sociales. ¿Ha sido complicado consolidar tu marca personal?
Realmente nunca he invertido tiempo en construir mi marca personal. Se ha ido convirtiendo sola, por decirlo de alguna manera. Empecé con Facebook hace doce años, pero no había ningún concepto de marca personal. Subía un vídeo en italiano simplemente hablando y las visualizaciones se disparaban.
Ahora los mecanismos son totalmente diferentes; la marca que tengo hoy se ha formado de manera orgánica. La parte internacional ha llegado a través de personas que se han enamorado del contenido que yo hacía. Poder hablar de cómo el mundo nos refleja y nos ayuda a comprender lo que somos dependiendo de lo que vivimos en nuestra vida. Para mí Luca d’Alessandro, la marca, no es una necesidad comercial, sino una necesidad personal que muestras a través de la perspectiva de tu alma.
¿Cuáles son los proyectos que tienes ahora entre manos?
Este año me han invitado a un festival muy bonito que se hace en junio en Barcelona. Pero quiero hacer también algo más en España. Con Raíces Creativas voy a realizar pequeñas charlas.
Por otra parte, estoy escribiendo una novela que refleja muchas cosas mías, pero con historias. Por último, estoy colaborando en un proyecto para el miedo a volar. Este se usa como una metáfora porque no se queda solo en el avión, sino que se refleja en la vida.