La pequeña pagoda, adorno en una urbanización de apartamentos de la playa de San Juan-Muchavista (l’Alacantí), ha ido perdiéndose entre la panorámica muy remozada, pero en los sesenta destacaba. Y más con todo el equipo de rodaje en torno a un altísimo Christopher Lee caracterizado como el pérfido Fu Manchú. Pero a uno de los productores aquello no le cuadraba y se encaró con el director, el español Jesús Franco.
Este, como contó en varias entrevistas, le respondió más o menos: “No seas burro. Yo solo enfoco esto, y el resto no se ve”. Y esto se encontraba en Alicante. Según el ex exhibidor Paco Huesca, fue en esta provincia “donde rodaría casi treinta películas de sus más de doscientas realizadas”. Y eso que el cineasta nació y falleció en Málaga, pero le encantaba Alicante, todo un mundo en sus films.
Internacional y desmañado
Son tantos largometrajes que los títulos se confunden, y no ayuda su afición al pseudónimo (se justificaba con que poner los nombres de Jesucristo y el Caudillo a la vez no podía ser bueno), porque cuando leemos “dirigido por” o “directed by” Joan Almirall, Clifford Brown, Candy Coster, Terry De Corsia, Raymond Dubois, A. M. Frank, David Khune, Jeff Manner, Dan Simon o Robert Zinnermann sepamos que también eran él.
Jesús ‘Jess” Franco (1930-2013) rodó para medio Occidente, Estados Unidos incluido, cuya industria cinematográfica distribuyó, cuando no financió o pagó directamente, un buen número de películas suyas, sea grandes estudios como la Warner Bros o la Metro-Goldwyn-Mayer, medianos como la American International o la Trans World, o pequeños como la Cineworld o la Distinction. A todos regalaba su estilo buscadamente desmañado, buena narrativa, detalles para salvar la función y paisajes que pasaban por otros.
En la provincia rodó una treintena de sus más de 200 cintas
Alicante brasileño
Así, mientras la cámara recorría los yates de un puerto, unos subtítulos nos aseguraban: “Río de Janeiro”, pero al fondo, sobre un edificio, leíamos ‘Meliá Alicante’. Luego, una cría, en la Explanada alicantina, le pedía permiso a su madre para darse una vuelta. “No te alejes mucho”, le advertía. En la siguiente escena, correteaba por el casco antiguo benidormense (Marina Baixa).
Ocurre en una de aventuras (con secuestros, antropófagos y mil cosas más), ‘Sexo caníbal’ (‘Devil Hunter’ / ‘Chasseur de l’enfer’, 1980), para la Trans World Entertainment, donde también salían, entre otros paisajes, el Palmeral alicantino, antes de su conversión en parque paseable y navegable. Al fondo de la escena, eso sí, corría un camión. Habitual, y adrede.
Sacaba siempre coches al fondo, en cualquier época o género
Primeros títulos
Alfred Hitchcock (1899-1980) aparecía brevemente en sus producciones, Luis García Berlanga (1921-2010) citaba al imperio austro-húngaro y Jess Franco (Jess Frank en ocasiones), en al menos un plano, sacaba coches al fondo, en cualquier época o situación. Por cierto que fue Berlanga, como productor, quien le dio la oportunidad como largometrajista al malagueño: con ‘Tenemos 18 años’ (1959).
Aquella comedia experimental, rodada entre Andalucía y Madrid, fracasó en taquilla entonces, pero hoy es cinta de culto. Ha pasado con algunas de sus películas. Quizá la primera con escenas alicantinas fue la co-producción ‘Residencia para espías’ (‘Ça barde chez les mignonnes’,1968), con planos en los Jardines de Abril (Sant Joan d’Alacant, l’Alacantí). El realizador, por cierto, estaba a punto de ponerse en el punto de vista de la industria hollywoodense.
La última oficialmente filmada en escenarios alicantinos fue ‘Dark Mission’
Uso de la fortaleza
El ‘tío Jess’, como también se lo conocerá, había optado por vivir entre la murciana Manga del Mar Menor y Alicante, y ambos territorios se convertirían en platós principales. Altea, Benidorm (la discoteca CAP 3000, inaugurada en 1969, hoy KU, con su forma de ovni), Orihuela y su división costera, Planes, Torrevieja… El alicantino castillo de Santa Barbara lo fue en ‘El conde Drácula’ (‘Bram Stoker’s Count Dracula’ / ‘Nachts, wenn Dracula erwacht’ / ‘Il conte Dracula’, 1970).
Bueno, se trataba de una bastante respetuosa (aunque en una escena en el alicantino Panteón de Quijano, al fondo, zas, camioneta) adaptación de la obra de Stoker (1847-1912) que le producía, para la Warner, Harry Alan Towers (1920-2009), el de la saga de Fu Manchú, quien también le había producido, para la Commonwealth United Corporation (1967-1971, la fagocitaron entre la Paramount y la American International), 99 mujeres’ (‘99 Women’ / ‘ Der heisse Tod’ / ‘99 donne’, 1969).
Despedida de acción
En fin, una de cárceles femeninas, con reparto de campanillas, rodada en la misma alcazaba. El realizador encontró en la provincia un inagotable plató donde rodar historias de todo color (incluido el erótico o el pornográfico) ambientadas hasta en el último rincón del planeta. Eso sí, luego Jess Franco se retiró a su Málaga natal, junto a su compañera, la actriz y musa Lina Romay (1954-2012). Y siguió rodando.
La última película oficialmente filmada en escenarios alicantinos fue la cinta de acción ‘Dark Mission (Operación cocaína)’ (‘Dark Mission: Flowers of Evil’ / ‘ Dark Mission (Les fleurs du mal)’, 1988), producida por el entonces habitual Marius Lesoeur (1910-2003) para la Media Home Entertainment (1978-1993) del cineasta Charles Band, admirador del malagueño. Y además salía su amigo Christopher Lee.