Entrevista> Gilles Cariou / Gerente de Solimpro (Brest, Francia, 5-agosto-1971)
Se estima que cada año ocho millones de toneladas de envases de plástico llegan a los mares y océanos del mundo, de los cuales unas 230.000 toneladas irían al Mediterráneo. Según algunas predicciones, a este ritmo en 2050 ya podría haber mayor número de plásticos que de peces.
Ante esta alarmante situación la Generalitat Valenciana y la Unión Europea cofinancian el desarrollo de un sistema para evitar el hundimiento de estos envases al fondo marítimo, posibilitando que así sean más fáciles de localizar para su retirada. Dicho proyecto está siendo llevado a cabo por la empresa valenciana de ingeniería industrial Solimpro, en colaboración con el centro tecnológico Ainia. Hemos querido contactar con dicha compañía para conocer más a fondo esta prometedora iniciativa bautizada como ‘FlotaPET’.
¿Cómo surgió la idea de desarrollar este sistema de envases flotantes?
Esta idea surge por la observación de que la mayoría de los envases de un solo uso para botellas o bandejas de alimentos son de tereftalato de polietileno (PET), un material que debido a su densidad no flota ni en los ríos ni en el mar. Yo soy vecino de Castellar, una pedanía cerca de la Albufera donde hay bastante agricultura, y por desgracia siempre observo muchas botellas en las acequias y en las playas.
A raíz de esto hemos hecho unos cálculos con el fin de determinar lo qué haría falta para conseguir que aquello flotase. Hemos valorado varios conceptos, y básicamente nuestra solución es generar un compartimento estanco que tenga aire para dar flotabilidad a los envases. Ésta fue la propuesta que presentamos al Instituto Valenciano de la Competitividad e Innovación (Ivace+i) y la consideraron suficiente interesante como para seleccionarnos.
«La mayoría de los envases de plástico son PET y no flotan por su alta densidad»
¿Por qué tantísimos plásticos acaban en el mar? Las cifras desde luego son mareantes, y me cuesta creer que todo esto sea solo por descuidos de la gente…
No te sabría decir. Últimamente está soplando bastante viento de poniente que viene del interior y eso hace que se incrementen mucho los envases que llegan al mar, ya sea directamente o a través de los ríos.
La nuestra no es una solución pensada para evitar esto, sino para cuando ya ha ocurrido que todos los eslabones han fallado y los envases están en el agua. Al menos dándoles flotabilidad podemos conseguir que no haya que bajar hasta el fondo para recogerlos, sino que sea mucho más sencillo hacerlo a través de barcos y medios similares. Es un mal menor.
«En mayo o junio queremos hacer ya una prueba en público»
¿En qué punto está ahora mismo el desarrollo de esta técnica? Tengo entendido que queréis hacer una presentación oficial en València cuando tengáis resultados concluyentes…
Ahora mismo tenemos una solución que pensamos que ya es la definitiva, después de haber valorado muchas opciones diferentes, y estamos planteándonos la patentabilidad. Todavía no tenemos una fecha oficial, pero efectivamente la idea es hacer unas pruebas públicas hacia mayo o junio.
«Nuestra técnica no elevará significativamente los costes de producción para las industrias»
Una vez que esta técnica ya esté totalmente desarrollada y presentada, ¿cómo se podrá conseguir que las industrias fabricantes de envases la adopten?
Es una buena pregunta. De hecho ahora mismo tenemos el debate interno sobre si debemos desbloquear la patente o bien proteger la idea y con ella acudir a las empresas envasadoras o a las grandes superficies de supermercados. Esperamos que estas compañías tengan interés por tener productos más ecofriendly.
En el fondo, creo que éste es un tema que depende de la sociedad. Tal y como tenemos montado el sistema somos capaces de poner medios industrializados para fabricar productos de forma eficiente, pero luego a la hora de consumir apenas conseguimos un 2% de economía circular en el caso de los plásticos. Se calcula que el 35% acaban en el mar, el 45% bajo la tierra y el resto se utilizan para generar energía. En definitiva, es una tasa de reutilización muy pobre.
En principio, ¿fabricar envases flotantes con esta técnica resultará mucho más costoso para las industrias que los clásicos envases de PET?
No. Hemos buscado una técnica que tiene un impacto final poco significativo en el coste del producto. Evidentemente esto va a ser clave de cara a conseguir que los fabricantes la adopten.
De hecho hoy en día existen ideas para hacer que los materiales sean biodegradables. Sin embargo está ocurriendo precisamente este problema: primero que hay poca disponibilidad de materiales y segundo que los costes se disparan.