Una de las palabras más repetidas en todo tipo de foros a la hora de abordar el futuro de las sociedades y, por lo tanto, de pueblos y ciudades es la de ‘sostenibilidad’. No existe, hoy en día, industria o actividad económica que pueda prescindir entre sus principales objetivos de una transformación hacia un futuro más sostenible, tanto en lo económico como en lo medioambiental; dos conceptos del mismo término que, hasta no hace tanto tiempo, muchos entendían como antagónicos.
Ahora, conscientes todos (salvo los siempre presentes negacionistas) de la emergencia que el cambio climático nos ha traído hasta el umbral mismo de nuestras puertas, cualquier decisión que se tome desde lo privado y, sobre todo, desde lo público -como quedó muy patente a principios de año en la Feria Internacional del Turismo de Madrid-, tiene que tener un claro componente de sostenibilidad futura.
Nuevas recogidas
Y da la sensación de que, para conseguir los grandes logros que municipios y ciudades tienen por delante, una de las premisas fundamentales es la de volver a lo más básico: reciclar, cuanto más mejor. Para ello, uno de los grandes caballos de batalla de este movimiento es el de los servicios de recogida de residuos sólidos urbanos y limpieza urbana.
Algo para lo que, como explican los ediles de Medio Ambiente, José Orozco, y Escena Urbana, Aurora Serrat, “el Ayuntamiento de Altea ha recibido una subvención de 657.000 euros procedente de la Generalitat Valenciana, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, para la implantación de nuevas recogidas separadas, especialmente la de biorresiduos”.
Los biorresiduos ocupan cerca del 50% de la basura de una casa
Objetivos a superar
Como exponen los dos regidores, “los biorresiduos domésticos son los residuos orgánicos biodegradables de origen vegetal o animal, susceptibles de degradarse biológicamente, generados en el ámbito domiciliario y comercial. Ocupan prácticamente el 50% de una bolsa de basura de una casa, por lo que, si se recogen de forma selectiva, se contribuye notablemente a la mejora de la gestión de los residuos”, algo que forma parte fundamental de los ejes de actuación de la estrategia ‘Altea Zero Emissions’.
José Orozco recuerda que “la normativa estatal y autonómica obligan a lograr una media de recogida selectiva del 55% en 2025, un 60% para el 2030 y del 65% para el 2035; unas cifras que Altea aspira incluso a superar siguiendo las indicaciones del Plan de Residuos que aprobó el pleno del ayuntamiento el pasado octubre”.
Desde la Generalitat Valenciana se ha concedido a Altea una subvención de 657.000 euros
Mucho camino por recorrer
“En Altea, aunque es verdad que cada vez se recicla más, estamos en un porcentaje del 22%, que es totalmente insuficiente con el sistema de recogida actual y con la recogida selectiva del biorresiduo, que en este momento no se está llevando a cabo. Este porcentaje puede aumentar notablemente”, ha apostillado el responsable municipal de Medio Ambiente.
Por su parte, la edil de Infraestructuras y responsable de la Empresa Pública, Aurora Serrat, explica que “el Plan Local de Residuos es el documento referencia en la recogida de residuos para los próximos diez años y, además de repercutir en la sostenibilidad ambiental, actúa en la económica también”.
Para 2035 la normativa estatal y autonómica obligará a lograr una media de recogida selectiva del 65%
Beneficio económico
Serrat subraya en este sentido que “todo lo que no llevamos a la planta de El Campello, no sólo no se paga a 103 euros la tonelada, sino que genera un retorno económico, como se produce por ejemplo con el cartón, que se pagó el pasado año a quince euros la tonelada; o los envases, a veintinueve euros la tonelada; por lo que se pagará un precio mucho más reducido en el caso de los biorresiduos”.
Además ha avanzado que “el Plan Local de Residuos ha analizado diferentes escenarios, llegando a la conclusión de que la recogida puerta a puerta en el casco antiguo de todas las fracciones como son el orgánico, vidrio, plástico, cartón y resto, y una recogida para el resto del municipio mediante contenedores en la vía pública, con identificación de usuario en la recogida del biorresiduo y la fracción resto, es lo más apropiado y flexible teniendo en cuenta la tipología urbana y la realidad social de Altea”.
Recogida puerta a puerta
La edil también puntualiza que “en las zonas diseminadas de bajas densidades de población se quieren instalar áreas de aportación con control de acceso para mejorar la seguridad y evitar malas prácticas”. Tanto Serrat como Orozco coinciden en señalar “la eficiencia del nuevo modelo de recogida que, incrementando la recogida puerta a puerta de más fracciones de residuos, también permitirá reducir la presencia de contenedores, recuperando espacio público para destinarlo a otros usos y evitando su mala imagen en el casco antiguo”.
Según los datos aportados por Orozco y Serrat, con esta subvención de 657.000 euros se procederá a la adquisición de cubos domésticos y comunitarios de biorresiduos con sistema de identificación y pesaje de bolsas compostables; contenedores para la vía pública de color marrón; construcción de áreas de aportación y control de acceso; biotrituradoras transportables; cubos para biorresiduos de color marrón de grandes generadores; bolsas y fundas compostables para grandes generadores; camión para la recogida de biorresiduos y la puesta en marcha de campañas de información, difusión y sensibilización.
Además, han avanzado que la recogida puerta a puerta y la implantación del contenedor marrón serán una realidad a finales del presente año o a principios de 2025.