Entrevista > Núria García Berga / Periodista y escritora (Alfara del Patriarca, 12-julio-1987)
Las novelas suelen buscar generar ese sentimiento de empatía, de identificación con los personajes, que nos permitan fundirnos con las páginas mientras leemos, haciéndonos partícipes, casi sin percatarnos, de que formamos parte de la historia. Núria García, ganadora del premio de narrativa de Alberic, consigue esto con su primera obra, la cual nos acerca además a nuestra tierra, Valencia.
¿Qué inspiró la creación de ‘Totes les portes’ y cómo describirías su esencia a nuevos lectores?
‘Totes les portes’ es una novela que habla sobre las emociones humanas; sobre cómo nos relacionamos y qué genera esa interacción en nuestro interior y, también, en cómo lo expresamos o lo silenciamos.
Fue una escritura de creación libre, inspirada a medida que los personajes iban ganando su propia voz en el devenir de las situaciones: algunas divertidas, otras dolorosas, algunas incluso grotescas o disruptivas, pero siempre con un lenguaje ágil y cercano; con un tipo de lectura que, literalmente, engancha.
«Soy de las que piensan que somos capaces de hacer realidad nuestros sueños, pero nada cae del cielo sin más»
La novela aborda temas complejos como las enfermedades mentales y la sexualidad. ¿Qué te llevó a elegir estos temas y cómo esperas que impacten a los lectores?
La trama principal de lo que sucede entre Marisa ‘La Tururú’ y su hija Lluïsa sí fue elegida a priori, pero el resto de temas fueron surgiendo de manera natural a medida que avanzaba la escritura de ‘Totes les portes’, orgánica e intrínsecamente a la forma de ser de los personajes.
Se habla de salud mental y sexualidad, pero también de la muerte, del amor desde diferentes prismas, de la maternidad, de la herencia de patrones familiares. Son temas que impactan de pleno, porque lo que ocurre en la novela podría pasarle a todo el mundo.
¿Cuál fue tu proceso para desarrollar los personajes y la trama de la novela? ¿Te basaste en experiencias personales o investigaciones específicas?
Es una novela totalmente ficticia, aunque es cierto que no se puede escribir de lo que no se conoce. Por ejemplo, hay un elemento fetiche a lo largo de ‘Totes les portes’, que es una llave. Una llave mágica que va abriendo puertas, sucesos y emociones, hasta que todo está por fin en su sitio. Esa llave existe y la suelo llevar conmigo, igual que la protagonista, pero a partir de ahí, la mayor parte de la novela es totalmente inventada.
Esta autora ya trabaja en su próxima novela, que tendrá lugar en Massamagrell
Escribir sobre temas delicados puede ser un desafío. ¿Cómo equilibraste la necesidad de ser fiel a la realidad de estos temas con el deseo de crear una historia atractiva?
No tuve que hacer nada, tan solo escribir. El proceso fue intenso, algunas veces duro y en otros episodios muy divertidos. Y eso se refleja en la forma en que la historia está contada. Marisa, Lluïsa, Ramon, Lola y Josep fueron cobrando vida a medida que pulsaba el teclado de mi ordenador, pero fueron incluso más allá y me los llegué a imaginar acompañándome a comprar al mercado, en el cine o paseando por la huerta.
Siendo periodista y escritora, ¿cómo sientes que estas dos facetas se influencian mutuamente en tu trabajo?
Me considero una persona soñadora, curiosa y transparente, con corazón, y eso se nota en los proyectos que llevo adelante. El periodismo me ha permitido forjar un tipo de comunicación ágil y con un lenguaje apto para todo tipo de personas. Por ese motivo, ‘Totes les portes’ gusta a todo tipo de gente.
No hay una coma que sobre, ni un párrafo que nadie se quiera saltar por aburrimiento. El ingrediente mágico es que la novela nace de la pura intuición, de la escritura inspirada y sin expectativas.
«Llegué a imaginar a los personajes acompañándome a comprar al mercado, en el cine o paseando por la huerta»
Has elegido escribir tu obra en valenciano. ¿Qué importancia tiene para ti el uso de esta lengua en la literatura?
Fui a un colegio de monjas donde el valenciano era anecdótico. Con el paso de los años, descubrí que gran parte de mis amigos en casa hablaban valenciano, como yo. Y ahí me di cuenta de cómo de infravalorada estaba mi lengua materna, cómo yo misma la había menospreciado, sin ser consciente, porque socialmente no ocupaba casi ningún lugar.
Cuando comencé a trabajar tuve la gran suerte de ir a vivir a Ondara, cerca de Dénia, en una zona de habla valenciana predominantemente. De eso hace casi veinte años, y desde entonces siempre me he desarrollado en mi entorno laboral en valenciano. Escribir ‘Totes les portes’ en mi lengua forma parte de la naturalidad de todo el proceso.
Ya estás trabajando en otro proyecto de novela. ¿Puedes adelantar algo sobre este nuevo trabajo?
Se llama ‘La xiqueta del trinquet’. Suceden historias simultáneas, actuales y antiguas, que de fondo se vinculan a la pelota valenciana, a través de la vida de una anciana que pasa su última etapa en una residencia de Massamagrell. También es una novela ficticia, pero aparecen algunos personajes reales y ubicaciones que podemos identificar muy fácilmente. Ya no me queda nada para terminar el primer borrador.