¿Lo recordáis? Fue hace mucho, mucho tiempo. De cuando el cómico y ventrílocuo valenciano Francisco Sanz (1872-1939) dejaba a la chavalería y a sus mayores con la boca abierta con su espectáculo de muñecos mecánicos, diseñados por el escultor Francisco Boví (1877-1947). Como lo haría años después, primero en la hoy Comunitat Valenciana y luego en casi todo el mundo, el coterráneo Paco Sanz (Francisco Sanz Baldoví, 1872-1939).
Su espectáculo, otro de los grandes destellos del mundo circense generado desde estas tierras, no podía tener mejores anuncios: ‘Sanz, espectáculo maravilloso’, donde las ‘principales figuras de esta inimitable compañía’, según los carteles, ‘¿son hombres o muñecos?’. Muestras de que desde estas tierras también se creaba, al igual que teatro, luego cine, desde el género circense. Y aún sigue.
Actividades autóctonas
No es que seamos una potencia en generación de compañías de circo clásicas, aunque contamos con buenos artistas. No obstante, los aires circenses, en cuanto a espectáculos, tienen muy en cuenta el territorio de la Comunitat Valenciana. Por ejemplo, el Festival Circarte, que desde 2009 se celebra en la provincia de Alicante, con actuaciones de compañías locales, nacionales y extranjeras.
Y no hablemos ya de los llamados teatros-circo que pulularon por las principales ciudades de nuestro territorio, como el complejo Trianon Palace, “el salón de espectáculos más grandioso de València”, nacido en 1914 y finiquitado en 1948. O el Teatro Circo Atanasio Díe Marín (1908), en Orihuela (Vega Baja), aún activo, y traído, por cierto, desde Alicante ciudad. Ahora bien, cuando hablamos de circo, ¿de qué estamos hablando realmente?
La idea primigenia fue obra del joven militar Philip Astley
Remotos orígenes
Quizá ya por tiempos muy pretéritos hubo equilibristas, malabaristas y hasta domadores de animales. A lo mejor el chiste del cavernícola ejecutando números circenses ante una aburrida concurrencia, que podía verse en la película ‘La loca historia del mundo’ (‘History of the world: Part I’, 1981), tenga más de realidad de lo que podría suponerse. El primer testimonio gráfico es una pintura egipcia mural realizada durante el llamado Imperio Medio (2040 a.C.-1648 a.C.).
Representa a unas bailarinas ejecutando unos malabares hoy clásicos: lanzan varias pelotas al aire. También podemos incluir otras pinturas en pared: las cabriolas de jóvenes sobre caballos o, especialmente, toros (la taurocatapsia, de ‘taurokathapsia’, de ‘tauros’, toro, y ‘kathaptein’, sujetar). Luego, tocó lo del circo (‘circus’, círculo) romano y tal, uno de los vértices del gran triángulo del ocio del imperio, junto al teatro y el anfiteatro.
Hubo iniciativas como la de Rafael Pla, creador del Circo Gran Fele
El primero actual
Tiempo de juglares (de ‘jocularis’ o ‘iocularis’, gracioso, o ‘iocus’, broma) es la Edad Media (siglos V al XV), mezcla de trovadores (de ‘trope’, canción, y ‘dor’, agente de), una pizca poetas, bastante malabaristas, mucho de cómicos, como los de las películas ‘El séptimo sello’ (‘Det Sjunde Inseglet’, 1957) y ‘La máscara de la muerte roja’ (‘The masque of the red death’, 1964). ¿Pero los primeros circos como los actuales?
La idea primigenia fue obra de un joven y prometedor militar, hijo de ebanistas, Philip Astley (1742-1814), además de talentoso domador de caballos. Quiso darle un nuevo impulso a la exhibición equina, espectáculo surgido sobre todo en España y que triunfaba en Gran Bretaña. Astley recogía la estructura del circo romano y la plaza de toros española, un albero rodeado de gradas; y el 9 de enero de 1768 inauguraba el Anfiteatro Astley.
El Circo Teatro Valencia hasta acogió espectáculos pugilísticos y taurinos
Llega a nuestras tierras
Faltaban el nombre de ‘circo’, que se lo pone su primer competidor, su antiguo asalariado Charles Hughes (1747-1797), y la introducción de los payasos, gracias al arlequín londinense Joseph Grimaldi (1778-1837), quien creó al ‘clown’ (de ‘klunni’, alguien rústico; por extensión, risible). Ahora nos tenía que llegar a la actual Comunitat Valenciana. Lo haría en las ciudades grandes, como vimos, en el formato teatro circo.
Pero las carpas no iban a faltar. En Madrid, ya se habían fundado los circos Olímpico (1830), Nuevo (1831) y Price (1881). Las provincias de la hoy Comunitat se convertirán, por supuesto, en receptoras ya de estos espectáculos. No obstante, se darían iniciativas importantes, como la del valenciano Rafael Pla Albiach (1956-2021), creador del Circo Gran Fele (hijo del Rafael Pla Soler, el ventrílocuo y artista de variedades Gran Fele, fallecido en 1973).
Las compañías
También el Circo Teatro Valencia (1914-1955), que hasta acogió espectáculos pugilísticos y taurinos. Si bien es cierto que somos más de asistir a la llegada de empresas no autóctonas, el panorama doméstico no está para nada ayuno de iniciativas. Y no han dejado de aparecer compañías de aquí para nutrirlos: Acrobàcia Mínima, El Circópodo, La Finestra Nou Circ, La Trócola Circ, Sargantana Circ Inclusiu.
Además, una Associació de Professionals de Circ de la Comunitat Valenciana (APCCV), nacida en 2011, y hasta un Gran Circo Wonderland, que surgía en Italia en 1978, pero que se estableció prontamente en València. Según el informe de 2022 del Circuit Valencià Cultural, la cuota de representaciones circenses es del 5,6%, muy lejana del 54,9% de las funciones teatrales. Pero la realidad es que, cuando el circo llega, ¿quién se resiste a su magia?