Massarrojos se estira como una larga daga desde València hasta el Camp del Turia, tocando de izquierda a derecha multitud de términos municipales. Durante el siglo XVIII la actividad principal de este pequeño territorio era la extracción de piedra para la construcción y el cultivo de la morera, que abastecía la industria de la seda.
Tradicionalmente núcleo pequeño, ha visto cómo su población se ha multiplicado en las últimas décadas, hasta el punto de que en 1990 rebasó a Carpesa como núcleo con más habitantes de los Poblados del Norte. Este aumento viene en consonancia con su cercanía geográfica a Moncada, localidad con la que se conurbó a finales de la década de 1960. Hoy, muchos trabajadores de Rocafort poseen su vivienda en la vecina Massarrojos.
Posada o mansión
Masarrochos o Massarrojos (en valenciano y oficialmente Massarrojos), en el inconsciente colectivo, es un pueblo entre Rocafort, Moncada y Borbotó. Pero realmente se trata de una pedanía de València perteneciente al distrito de los Poblados del Norte. Su población censada ronda los 3.000 habitantes, dato que la sitúa como el núcleo más poblado del distrito de los Poblados del Norte.
En su origen alquería andalusí, su nombre en árabe significa posada o mansión. En 1248 fue comprada por Ximén Pérez d’Arenós. Más adelante pasaría a la Orden del Temple y tras la disolución de esta, a la de Montesa. Fray Pedro de Ager fue el primero que dio a poblar el lugar con familias cristianas. En 1699 Massarrojos contaría ya con quince casas y 180 vecinos.
Rebasó a Carpesa a finales del siglo XX como núcleo más denso de los Poblados del Norte
Refugio en la roca
A diferencia del resto de refugios antiaéreos, que están construidos con hormigón armado, el de Massarrojos está excavado directamente en el suelo geológico aprovechando el sustrato de roca. Posee una superficie útil de casi trescientos metros cuadrados y capacidad para 230 personas sentadas.
El refugio, el único que se conserva en un poblado incorporado a València ciudad, dispone de un pasillo alargado de 125 metros de largo, dos metros de ancho y una profundidad media de diez metros. Tiene dos accesos a la plaza del Soñador y en la calle Benet Bosch. Las paredes tienen un color rojizo por el uso de arena, y llevan adosado un banco corrido.
Se construyó entre mayo de 1938 y marzo de 1939, según consta en el archivo municipal. Una vez terminada la Guerra Civil, hubo un mantenimiento del refugio hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, pensando en una posible invasión aliada, y posteriormente se utilizó como plantación de champiñones hasta que fue tapiado.
Fray Pedro de Ager fue el primero que dio a poblar la vecindad con familias cristianas
Casco histórico
Hay que recordar que el Ayuntamiento de València decidió poner en marcha una popular ruta a través del casco histórico de la pedanía, con siete señales que sacan a la luz la historia de la población y de sus inmuebles patrimoniales más significativos.
El itinerario recorre la Casa del Barón de Santa Bárbara, la iglesia, la Casa del Corralot, la Casa de Nicolau Primitiu, la Alquería del Reloj, el Casino y el Horno Viejo de Massarrojos. Así pues, se han señalizado los siete inmuebles históricos más relevantes del pueblo, los cuales se suman a actuaciones en la escultura a la figura de Nicolau Primitiu, la urbanización del entorno histórico y la recuperación del refugio de la Guerra Civil española.
A diferencia del resto de refugios antiaéreos, el suyo está construido con hormigón armado
Edificios significativos
Dos de los edificios que destacan en Massarrojos son la Casa de Nicolau Primitiu y la Alquería del Reloj. El primero es una vivienda de grandes dimensiones y de carácter señorial que, en origen, formaba una unidad con la casa de su derecha y que estuvo dividida en la segunda mitad del siglo XIX. Del conjunto exterior, además de la Torre Miramar, destaca la simbología de las fachadas, con los escudos de las puertas y con un azulejo de Sant Vicent.
La Alquería del Reloj, de carácter señorial y emblemática, está fechada alrededor del siglo XVII. En ella destaca el andén de grandes dimensiones que, construida a dos aguas desiguales en altura, servía para guardar las cosechas y criar el gusano de seda. En el siglo XVIII sufrió una gran reforma para adaptarla a los usos agrícolas, con la apertura de las quince ventanas del andén y la ocultación de los tres grandes ventanales originales.
Las conexiones
A Massarrojos se puede acceder desde distintos puntos. La vía más rápida en vehículo propio se antoja saliendo desde València a través de la Pista de Ademuz, tomando la salida de Godella y Rocafort. No obstante, desde Moncada la vía se estrecha para entrar en una calle de preferencias dado su angosto paso.
Cuenta además con una estación de metro desde hace años. La puesta en marcha de esta parada por parte de Metrovalencia supuso un impacto en la localidad, la cual en poco tiempo vio duplicar su población, pese a que todavía existen problemas derivados del tráfico de su estrecha calle principal.