Entrevista > Pancho Alvariño / Entrenador de tenis (Cullera, 7-abril-1958)
Ser el entrenador de Marat Safin y Dinara Sáfina, ambos números uno del tenis mundial, es una pequeña muestra de la capacidad tenística de Pancho Alvariño, nueve años capitán nacional de la Copa Federación. De hecho, se proclamó campeón de esta competición en 1991 gracias a las brillantes actuaciones de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez.
Fue el máximo responsable del tenis femenino en los Juegos Olímpicos de Barcelona’92, “una experiencia inolvidable, logrando dos medallas”, y dirige desde hace años su academia homónima, en L’Eliana. “Para nosotros es tan importante la formación de los jugadores como de las personas”, remarca, fiel a su filosofía de brindar herramientas a sus pupilos.
Queremos saber qué valoración hace del último periodo en activo de Rafa Nadal, nuestro gran campeón -veintidós Grand Slams le contemplan- y quién vislumbra como dominador de los próximos años, con Carlos Alcaraz y Jannik Sinner como grandes exponentes. “El tenis es un deporte muy mental, y todo está sumamente igualado”.
¿Cuáles fueron tus curiosos inicios?
Mi padre era el farero del Faro de Cullera y literalmente comencé allí, en el seno de una familia muy deportista. Teníamos un patio, pintamos unas líneas y una red de pesca dividía la cancha.
Jugábamos sobre cemento, pero teníamos tantas ganas que éramos inmunes a cualquier caída. Nuestro ídolo era Manuel Santana, queríamos ser como él.
«Arantxa y Conchita tenían cierta rivalidad, pero siempre lucharon por nuestra bandera»
¿Hasta qué nivel llegaste como jugador?
El Club de Tenis València me fichó con trece años, siendo becado a los diecisiete por la Federación Española, en la Blume. Fui un buen junior a nivel nacional y subcampeón absoluto de la Comunitat Valenciana, pero poco después, con veintiún años, lo dejé.
Eran otros tiempos, no llegué a abandonar los estudios. Incluso un año lo dediqué por completo a la Geografía e Historia: deseaba ser arqueólogo.
¿Cuándo pasas a entrenar?
Cuando estaba estudiando me llamaron de Tenis València para entrenar a unos chicos, que posteriormente fueron campeones nacionales (Borja Uribe, Juan Oliver o José María Oltra). Seguidamente entré en la Federación Valencia y, poco después, en la Española. Me di cuenta de que realmente mi vocación era esa, la de entrenar.
¿Tu primer gran éxito fue la Copa Federación de 1991?
Sin duda, fue la primera vez que España lograba un triunfo así; las Davis vendrían años más tarde. Recuerdo, al inicio, que el resto de selecciones iban uniformadas y nosotros no.
Éramos el hazmerreír y, además, no ganábamos a nadie, hasta que se incorporaron unas jovencísimas Arantxa y Conchita. Triunfamos en 1991 y llegamos a otras dos finales.
«A veces no he cogido a jugadores porque no me gusta lo que veo, cómo se comportan»
¿La relación entre ambas era buena?
Sí, y clave fue que pudieran jugar el doble juntas. Cada una llevaba su carrera; el tenis es un deporte individual, había cierta rivalidad, pero a la hora de defender la bandera de España jamás dijeron que no a nada.
También fui el primero en llevar a los entrenadores de las jugadoras, que eran los que mejor las conocían.
¿Decides entonces dirigir una academia?
Primero estuve muchos años en TenisVal, con José Altur, y ahora dirijo la mía propia, Pancho Alvariño Academy. Por fortuna he tenido a grandes jugadores, como los hermanos Safin, David Ferrer, Pablo Andújar, Paula Badosa…
¿Cuán importante es formar a las personas?
Es una de nuestras máximas, desde siempre. Para nosotros, primero es la persona y después el tenista. En ocasiones no he cogido a jugadores porque no me gusta lo que veo, cómo se comportan (ellos o los padres).
Prefiero tener al número quinientos y que sea buena persona, que no al número uno y que sea desagradable. Es fundamental que sean educados, mantengan una forma de estar en la pista, saluden…
«Una estadística dice que únicamente el 0,003% de los deportistas viven del deporte»
¿Los propios padres ven a los hijos como si fueran dinero?
Exacto, la ambición les come. No a todos, pero sí a una parte importante: piensan que sus hijos van a ser ‘Nadales’, ‘Muguruzas’ o ‘Badosas’, cuando hay una estadística que señala que solo el 0,003% de los deportistas viven del deporte.
Ahora, entre otras, llevas a Ángela Fita.
Jugadora con un enorme potencial. Este año empezó realmente bien, con buenos resultados en varios torneos, pero las lesiones le han lastrado. Tiene una amplia disciplina, es muy profesional y todo lo que hace es por el tenis. Estoy convencido de que va a ser una gran jugadora.
¿Piensas que Nadal se está despidiendo mal?
Es complicado decirlo, y es su decisión; deberíamos entrar en su cabeza, saber qué piensa sobre su futuro y su nivel de ganas: sufrir, lesiones, viajes, edad, ha sido padre…
El momento de la retirada es muy complejo, porque cada uno lo ve de una forma distinta, especialmente un gran campeón.