Faltaban apenas unos meses para la llegada de la temporada alta turística de 2023, la primera de evidente recuperación de la actividad tras la pesadilla que para el sector supuso la pandemia y todos sus efectos secundarios, cuando la decisión del Ayuntamiento de Benidorm de no presentar ninguna de sus playas al certamen de la bandera azul causó un auténtico terremoto.
Y todo, precedido por la polémica que se produjo un año antes, cuando una analítica realizada por la Asociación de Educación Ambiental y del Cosumidor (Adeac) al agua de la playa de Poniente supuso la pérdida de la insignia para ese arenal. Una muestra que, según se defendió desde la ciudad, mostró parámetros puntuales que las continuas analíticas realizadas desde el laboratorio municipal podían desmentir.
Benidorm es la única ciudad que mantiene ‘abiertas’ sus playas los 365 días del año
Un año de ausencia
En cualquier caso, hubo quien quiso ver en la decisión tomada en 2023 de renunciar a que ninguna de las playas de la ciudad concurrieran por una bandera azul una suerte de ‘pataleta’ local, algo que siempre se negó desde el consistorio, que justificó esa decisión en las obras que se iban a realizar en las playas (o los paseos) de Levante y Poniente.
Con el tiempo, esa teoría se ha mostrado cierta, ya que en 2024 Benidorm ha vuelto a presentar a la Adeac las candidaturas de Levante y Mal Pas (la pequeña playa urbana situada junto al Club Náutico), recuperando así ese sello de calidad para esos dos puntos.
Poniente, ausente por obras
La que seguirá, al menos en 2024, sin poder hacer ondear la bandera azul de calidad en su mástil es la playa de Poniente, la más extensa de la ciudad, ya que en ese punto se siguen desarrollando obras de mejora que impiden, basándose en los propios criterios de la Adeac, la concesión de esa insignia.
Se trata, en cualquier caso, de un caso idéntico al que este año han sufrido otros arenales de la comarca de la Marina Baixa, como los de la cala de Finestrat o el Racó de l’Albir. Además, en este último caso se da la circunstancia de que hasta ahora se trataba de una de las únicas seis playas de toda España que había mantenido la bandera azul a lo largo de todas sus convocatorias, cuya primera edición se remonta a 1985.
Los arenales de la ciudad también cuentan con la ‘Q’ de Calidad, Ecoplayas, Safe Tourism, Qualitur y la ‘S’ de Sostenibilidad
Playas auditadas
Aunque la bandera azul es la más reconocida de las marcas de calidad entre los usuarios de las playas, la insignia de la Adeac no es la única existente y, de hecho, Benidorm cuenta en sus arenales con otras muchas certificaciones, que también exigen un proceso continuo de auditoría de un largo catálogo de puntos de control, que van desde la calidad del agua y la arena hasta los servicios existentes.
Una exigencia que en Benidorm es, si cabe, mayor a la mayoría de playas de España y del mundo, ya que son las únicas que se mantienen ‘abiertas’ (entendiendo por este término que mantienen sus servicios operativos) a lo largo de los 365 días del año.
Calidad y accesibilidad
Así las cosas, Benidorm puede presumir que, en sus playas, además de las dos banderas azules recuperadas en 2024, también se han obtenido otras certificaciones de calidad como las banderas ‘Q’ de Calidad, Ecoplayas y Safe Tourism, entregadas todas ellas por el Instituto para la Calidad Turística Española, así como la de Qualitur, otorgada por la Generalitat Valenciana.
A ellas se suma la del distintivo ‘S’ de Sostenibilidad, sello de nueva creación del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), y que Benidorm ha sido uno de los primeros municipios en conseguir.
Se trata, además, de playas completamente accesibles y que, por lo tanto, cumplen con la exigente normativa ISO, también de carácter internacional, y que durante todo el año permiten a las personas con problemas de movilidad disfrutar de las playas de Benidorm.
El municipio benidormense además cuenta con pequeñas calas para los amantes de los baños en solitario
Laboratorio propio
Si bien todas estas instituciones realizan sus propios controles de los parámetros que consideran fundamentales para otorgar sus reconocimientos, en Benidorm se presume de ser una de las pocas ciudades y destinos de costa con laboratorio municipal propio, lo que le permite controlar de forma constante la calidad del agua, de la arena y de los lavapiés de las playas.
Durante la temporada alta, desde el laboratorio se practican analíticas semanales de estos tres elementos, que se añaden a los controles y auditorias que realizan otros organismos externos. Fuera de la temporada alta, el laboratorio municipal realiza estas mismas analíticas cada dos semanas.
Las playas de Benidorm
A pesar de que todo el mundo suele relacionar las playas de Benidorm con sus arenales más urbanos, lo cierto es que la capital turística de la Costa Blanca cuenta con opciones para todos los gustos. Así, en su extremo norte, dos pequeñas calas de arena y roca, la Cala del Tio Ximo y la Cala Almadrava, resultan muy adecuadas para el buceo y para los que gustan de un baño solitario.
Tras ellas, comienza el bullicioso paseo marítimo de la popular playa de Levante, que a sus completos servicios suma el atractivo de mostrar una animada imagen durante todo el año. Al sur del puerto, la playa de Poniente compite en belleza y servicios con la anterior, y ambas tienen en común que, gracias a su orientación, en invierno el sol las baña hasta su puesta y en verano hasta pasadas las ocho.
Entre ambas, en un tramo que se corresponde con el casco antiguo y al abrigo del Cerro Canfali, se encuentra la pequeña Cala de Mal Pas y, frente a ella, la isla de Benidorm, un paraíso para los amantes del submarinismo.