Entrevista > Raquel Sobrino / Profesora de hot yoga (Madrid, 8-abril-1979)
Raquel Sobrino tenía una vida totalmente normalizada: licenciada con brillantez en Dirección y Administración de Empresas, llevaba una excelente carrera en el sector financiero. Pero un viaje a Dortmund comenzó a cambiarlo todo, pues en Alemania -país mucho más frío que el nuestro- practicó mucho más yoga, concretamente Bikram yoga.
Este tipo de yoga -denominado igualmente hot yoga- se hace en una sala con calor y humedad. Son una serie de secuencias y ejercicios de respiración que inicialmente fue estructurada por Bikram Choudhury, combinando posturas para conseguir un cuerpo saludable, alcanzar la paz interior y la felicidad personal.
Los últimos años de banca de Raquel fueron en València y cuando decidió abrir su propio estudio de yoga optó por hacerlo en nuestra ciudad, “para devolverle todo lo que me había dado”. No entendía, de hecho, cómo una urbe tan importante “no tenía este tipo de yoga, consolidado en Madrid o Barcelona, y fui la primera”.
«El calor y la humedad genera un rechazo inicial que debemos superar para recibir sus beneficios»
¿Cómo llega el yoga a tu vida?
Llevaba una más que satisfactoria carrera profesional, hasta que el yoga se cruzó en mi camino, primero como alumna. Descubrí un nuevo mundo, que no era tan conocido como ahora, y al practicarlo comencé a notar los numerosos beneficios que me aportaba.
¿Una estancia en Alemania lo cambió todo?
Sí, hice un Executive Master of Business Administration (MBA), ya en València, y me becaron para completarlo en Europa. Acepté, pedí una excedencia en el banco y me trasladé a Dortmund, donde se ubica la segunda mejor Escuela de Negocios del Viejo Continente.
Fue en 2010 y ahí comenzó un nuevo periplo personal. Un año después hice en Los Ángeles la formación como profesora de yoga, en concreto hot yoga, que se practica con calor y humedad para que tu cuerpo esté caliente desde el principio.
¿Por qué debe estar caliente?
Porque permite trabajar con él sin riesgo de lesión y profundizar un poco más en el estiramiento. Nuestro gurú, Bikram Choudhury, creó una secuencia de veintiséis posturas y dos ejercicios de respiración -de Hatha yoga-, aunque pronto apreció que en Estados Unidos no funcionaba como en India.
La razón es que, en el país asiático, hay calor y humedad de una forma natural. Decidió entonces agregar esos dos elementos, para que el cuerpo sude, elimine toxinas, tanto interiores como exteriores.
«Mis clases son duras y exigentes, pero si le das una oportunidad y frecuencia se nota enseguida»
¿Cómo son tus clases?
Bastante exigentes y duras; no todos están preparados para ellas, pero es cierto que cuando le das una oportunidad y frecuencia adecuada se nota enseguida. El cuerpo cambia, no solo la mente.
Este tipo de yoga es para todos, incluso principiantes. Sin embargo, el que haya calor y humedad genera un rechazo inicial que hay que superar para poder recibir todos los beneficios que aporta.
¿En qué sentido?
Recientemente, un alumno les comentaba a sus amigos el tipo de yoga que realiza y le espetaron que “era para abuelos”. Su respuesta es que fueran a una clase, “¡a ver si aguantáis!”.
El yoga es, sobre todo, un ejercicio físico intenso, en el que trabajas todo tu cuerpo, de dentro a fuera y de arriba abajo, órganos, células y ligamentos.
«Trabajas todo el cuerpo, de dentro a fuera y de arriba abajo, órganos, células, ligamentos»
¿Cada cuánto se debe practicar?
Mínimo dos o tres días a la semana, aunque Bikram dice que, si comes y te duchas todos los días, haz yoga también todos los días. Incluso aunque no estés en un buen estado físico, el yoga es muy agradecido y pronto se nota. Tu cuerpo lo agradece.
Sería maravilloso que nos levantáramos a primera hora de la mañana e hiciéramos sesenta minutos de yoga, estiramientos, conexión con la respiración… Conectar con uno mismo, en definitiva; pero en Occidente ya sabemos que tenemos otro chip, siempre dispuestos para los demás, el trabajo. Nos olvidamos de nosotros mismos, cuando deberíamos priorizarnos.
Dinos más beneficios del yoga.
Son innumerables, desde eliminar estrés y ansiedad a la relajación, control de la respiración, ayuda para el insomnio, el sistema cardiovascular y respiratorio. Asimismo, regula el sistema hormonal, el colesterol y hasta el apetito, conduciéndoles a comer mucho más sano porque tu cuerpo, al estar mucho más equilibrado, te pide ese tipo de alimentos.
¿Qué descubriste en India?
Conecté con mí misma, con mi esencia. India es una oportunidad y un lugar diferente a lo que estamos acostumbrados. Una visita a ese país -dependiendo del punto vital en el que estés- te puede afectar de una manera u otra.
El mío iba a ser un viaje de amigas, pero por diversas circunstancias al final fui sola y pienso que la vida me lo puso así, para disfrutarlo de esa forma.