Entrevista > Esther Guillem / Maquilladora de cine (València, 15-noviembre-1969)
Para un actor, el momento previo a la entrada al set de rodaje es la zona de maquillaje y peluquería, “un lugar que debe ser un espacio de concentración, en silencio y música muy baja”, nos desvela Esther Guillem (València, 15-noviembre-1969), maquilladora con una amplia experiencia en el sector, habitualmente acompañada de sus hermanas Piluca y Ana. “Nos conocen como las Guillem”, dice sonriente.
Una película, sin duda, es una cadena, un engranaje perfecto, en el que “todos somos importantes y tenemos nuestro granito que aportar”. Además, agrega, en una grabación todo es muy exigente y está preestablecido, con unos tiempos extremadamente cronometrados dentro del inamovible plan de rodaje.
En la actualidad, está en pleno rodaje de la película de época ‘La buena letra’, de la directora Celia Rico, y se toma un breve descanso -que agradecemos- para explicarnos con detalle cómo es su labor, tanto en esta como en las otras cincuenta películas en las que ha colaborado. “Lo más gratificante es cuando ves el resultado final”, asegura.
¿Cómo fueron tus inicios en este mundo?
Desde bien jovencita me gustó mucho todo lo relacionado con el maquillaje, estudiándolo después, junto a la caracterización. Me introduje seguidamente en diversas campañas políticas -trabajando en lo mío-, y en 1997, de la mano de mi compañero José Trullenque, entré en el sector audiovisual, haciendo sobre todo publicidad.
¿Cuáles han sido tus trabajos más relevantes?
Uno de los que estoy más orgullosa es ‘La novia’ (2015), dirigida por Paula Ortiz y protagonizada por Inma Cuesta, Asier Etxeandia y Álex García. Fue una película que nos trajo muchas alegrías, porque nos nominaron a los premios Goya y Gaudí.
También disfruté haciendo ‘Tarde para la ira’ (2016), escrita y dirigida por Raúl Arévalo, así como ‘La vida inesperada’ (2014), de Jorge Torregrossa, y ‘Fishbone’ (2018), de Adán Aliaga.
«‘La novia’ fue uno de mis mejores trabajos, film por el que fuimos nominadas a los Goya»
¿Alguna más que quieras destacar?
Me ha gustado mucho la última que he hecho junto a Avelina Prat, ‘La quinta’, con Manolo Solo y María de Medeiros, ahora en fase de posproducción. Parte se rodó en Portugal y hasta allí nos desplazamos los diferentes jefes de equipos, pues el resto eran ya lusos.
No quiero olvidarme de otras muchas películas claves en mi carrera. Me refiero a ‘Mi panadería en Brooklyn’ (2016), rodada íntegramente en Nueva York; ‘Llenos de gracia’ (2022), en la que destacaba el maquillaje natural de unas monjas; ‘Olvido’ (2023), que trata la enorme riada que asoló la ciudad de Valencia en octubre de 1957; o ‘La casa’, de Álex Montoya, ahora en cines.
¿Qué debe tener una buena maquilladora?
Mucha discreción, porque un set de rodaje es un sitio muy serio, en el que debemos tener principalmente mucha concentración. Es, de hecho, de los primeros sitios por los que pasan los actores, tras vestuario.
Depende de cómo estés tú, o la armonía del lugar, esos actores pueden llegar de un modo u otro al rodaje. Una de nuestras normas es casi ni hablar -o hacerlo muy bajo-, porque normalmente están repasando el guion. Nos entendemos con la mirada.
«Un set de rodaje es un lugar muy serio: debemos estar muy concentradas en nuestra labor»
¿También a horas muy tempranas?
El horario cambia dependiendo de lo que vayas a grabar, teniéndonos que adaptar constantemente a las tesituras del guion. Cuando, por ejemplo, toca amaneceres, nos levantamos muy pronto, sobre las cuatro, para estar una hora más tarde en el set.
Hablamos de jornadas diarias de diez horas, de lunes a viernes, muy estresantes y cansadas. Debes tener una buena preparación, física y mental: hay muchos nervios, numerosas cosas en juego donde todo debe salir perfecto.
Son caracterizaciones muy laboriosas.
Siempre hacemos pruebas previas, cuando te llega el proyecto y lees el guion. Sabes entonces el tipo de trabajo que vas a tener y puedes calcular un poco los tiempos, planificándolo sobre todo con producción y dirección.
Contamos también, dependiendo de la película, con más personas en el equipo, expertos en efectos especiales o en postizos (pelucas, barbas, patillas…).
«Son jornadas intensas y estresantes, para las que tenemos que estar muy bien preparadas»
¿Cuál ha sido el más increíble que has hecho?
Cuando tienes que mostrar una cara lavada y parecer que no lleva absolutamente nada de maquillaje. Debes corregir esa piel, darle luminosidad a la actriz, y es complicado hacer que no se note, sin ser efectos especiales.
¿En qué proyecto estás trabajando ahora?
En ‘La buena letra’, una película dirigida por Celia Rico. Está basada en la posguerra de los años cuarenta y cuenta una parte muy triste de España, en la que se pasó mucha hambre. Los peinados de esa época, así como las pieles (ambientadas), están siendo los principales retos.