Arnau Bataller / Compositor de Bandas Sonoras
La música tiene una labor importantísima en las películas desde los primeros tiempos de la cinematografía por medio del talento de John Williams, Ennio Morricone, Jerry Goldsmith, Thomas Newman, Hans Zimmer y tantos otros. ¿Se imaginan filmes como las sagas de ‘Indiana Jones’ o ‘Stars Wars’ sin su característica y recordada melodía? Por supuesto que no, porque nos lleva a los momentos claves, evocándonos a la infancia, al terror o a la tristeza.
De todo ello queremos dialogar con Arnau Bataller (Alzira, 28-marzo-1977), uno de nuestros compositores de bandas sonoras más reputados gracias a un trabajo que le avala, pues es el autor musical de, entre otras películas, ‘La herencia Valdemar’, “Mi debut en el cine”, ‘Un día perfecto’, ‘Mediterráneo’ o ‘La paradoja de Antares’, siendo nominado en las dos últimas a los Goya.
“Lo importante es saber la necesidad que tiene la película y adaptar tu música para narrarla lo mejor posible, porque el conjunto es lo que funciona”, confiesa, antes de destacar que le agrada introducir elementos novedosos continuamente “porque haciendo música disfruto, pero necesito encontrar nuevos retos”.
¿Cómo fueron tus inicios musicales?
Con siete años mis padres me apuntaron a varias actividades extraescolares, entre ellas inglés, tenis y música, que fue la que más me agradó, aunque no había tradición en el seno de mi familia. Comencé entonces a estudiar, junto a mi hermano Bernat, en la Societat Musical d’Alzira. Poco después, a los diez, me inicié con el violín y conjunto vocal.
¿Te diste cuenta en ese momento de tu talento?
No, en absoluto. Sí, con doce-trece años, me di totalmente cuenta que me lo pasaba muy bien haciendo música. Tras cantar en el coro pedí un teclado, con el que tocaba las piezas que ensayábamos -de Bach, por ejemplo-, además de composiciones propias que me iba apuntando en una libreta.
¿Cuándo te desplazas a California?
Finalizada la selectividad tuve claro que quería hacer música para cine y, mientras intentaba acabar el grado medio de violín, investigué dónde poder estudiarla: en España no existía esta asignatura, y la mejor opción era la Universidad del Sur de California.
Averigüé los requisitos que me solicitaban y pude sufragarlo por medio de ahorros -producto de ganar diversos concursos de dolçaina-, algunas becas y ayudas de mis familiares. Se trataba de una apuesta muy arriesgada, porque vivir de este tipo de música en España es muy complicado.
«Los diferentes elementos ayudan a buscar el concepto sonoro: el color y forma de la música»
¿Qué más aprendiste en Estados Unidos?
Muchísimos aspectos, al estudiar con enormes profesionales, y teniendo la posibilidad de grabar en los estudios de la Paramount. Allí todo está muy bien organizado -a veces obsesivo-, cada persona tiene su labor y tienen una manera de hacer las cosas, una industria grandiosa, una tradición.
Tenía la sensación que, cuando acabara allí, estaría preparado para hacer lo que fuera en el sector audiovisual. Lo que nadie te explica -ni siquiera en los conservatorios- es que después te tienes que buscar la vida como compositor.
Respecto a la parte creativa no hay tanta diferencia respecto al cine europeo, que incluso es superior en ese sentido por nuestra forma de entender el arte o el cine.
¿Cuál es tu metodología de trabajo?
Cada película es como un gran puzle y diferente. En ocasiones me llega primero el guion -antes de rodar- y en otras contactan conmigo cuando están realizándola o incluso ya ha acabado. Es cierto que no comenzamos a trabajar hasta que hay un mínimo de material montado, para tener una mejor idea del ritmo de la historia, la estructura, la fotografía o los personajes.
Todos estos elementos me van dando mucha información para después buscar el concepto sonoro, es decir, qué color y forma tendrá la música: sinfónica, de cámara, acústica, con toques contemporáneos, de jazz…
«La música también es clave para narrar la historia, le da estructura y prepara al espectador»
También cómo utilizarla.
Exacto, si mucha o poca, o para destacar un momento determinado del filme. A posteriori, si tanto la película como la música funciona, ya tiene el poder de recordarnos, porque si asociamos una idea musical a un personaje ya no es necesario que aparezca el propio actor.
Hay muchos elementos de la música que no solo son de ambientación o emoción, sino que también son narrativos, que ayudan a contar la historia, porque le dan estructura y preparan al espectador.
¿Dónde te vamos a escuchar próximamente?
Estoy comenzando la serie para Atresplayer ‘¿A qué estás esperando?’, y ‘Regreso a las sabinas’ que es una obra dramática para Disney+. Además, recientemente se ha estrenado la película ‘Pared con pared’, protagonizada por la cantante Aitana; la serie ‘La academia’, sobre fútbol; y pronto lo hará la comedia ‘Norberta’ e ‘Invasión’.