En Paterna hay alma artística: pintores como el también fotógrafo José Ibáñez Liern (1938) o historietistas, de la Escuela Valenciana, como Arturo Rojas de la Cámara (1930-2019), el creador de ‘7-7 cero a la izquierda’ o ‘Angustio Vital’. Y personas ligadas al arte de Talía, la musa del teatro, de la interpretación. Como Antonio Ferrandis (1921-2000). O como Germán Montaner (1935-2004).
Montaner es hoy menos conocido a título nacional, mediáticamente, pese a una importante carrera como característico en cine y televisión, pero de tardío arranque aquí. El brillo interpretativo de este actor lució ante todo sobre las tablas escénicas, especialmente desde los escenarios de teatros como el histórico Talía (inaugurado en 1928), frente al palacio del Marqués de Malferit.
Cosas de familia
El caso es que (al contrario que su coterráneo Antonio Ferrandis, hijo de albañil y pescatera) Germán Montaner sí procedía de una familia de raigambre en proscenios especialmente autóctonos. De hecho, era nieto e hijo de afamados actores de idéntico nombre (1882-1910 y 1908-1975). Apellido de alcurnia, por cierto, procedente de Cervera, luego de Mallorca y finalmente, en el XVII, asentado por estos pagos.
Aunque estos Montaner la nobleza iban a ganarla sobre las tablas valencianas. Incluso las más locales, las del propio Paterna, donde se llegó a inaugurar en 1924 el Teatro de la Unión, el de la calle Batá o Batán (hoy Ernesto Ferrando, festoneada por clásicos chalés ajardinados): el luego Capri, el Café Teatro. Pero esto lo explicó más extensamente Julio Núñez Navarro en el libro de fiestas de 1979 de Paterna.
Apellido de alcurnia, en el XVII asentado por estos pagos
Crianza en Paterna
En este caldo de cultivo cultural (añadamos también la otra sala teatral paternera, la Antonio Ferrandis, el Gran Teatro de 1924), no extrañaría la dedicación artística de este Germán Montaner, el nacido el 25 de febrero de 1935, en la propia Paterna según una crónica, en el ‘cap i casal’ según la mayoría (recordemos que la Guerra Civil, 1936-1939, acabó borrando, en muchos casos a la tremenda, con archivos bombardeados, miríadas de documentos).
Sí, al joven Montaner también le picó el bicho ese de la representación dramática sobre las tablas, que se mantuvo hasta el final, perdida la juventud pero no el arte. Que lo mismo en 1994 te lo veías en una representación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico de la ‘Comedia de los malcasados de Valencia’ (1595-1604), del valenciano Guillén o Guillem de Castro (1569-1631).
Antonio Ferrandis consideraba al padre del actor su maestro
Las salas valencianas
Montaner debutaba en la década de los 50 del pasado siglo, un momento en que la escena en la ciudad de València gozaba de un buen número de salas, con especial dedicación al teatro autóctono, tanto de la provincia de València como de la hoy Comunitat Valenciana. Algunas todavía se encuentran en activo, como la Olympia, inaugurada en 1915 (tuvo un paréntesis de poco más de medio siglo exclusivamente cinematográfico, hasta 1984).
Otras, como la Eslava (1908-1961), ya quedaron en el recuerdo. Así, Montaner nieto, quien posiblemente sí naciera en el ‘cap i casal’ pero que creció (al trasladarse su familia, durante la Guerra Civil, a la población natal del padre) en Paterna, compartió, sobre todo en los 60, el testigo con su progenitor, al que Antonio Ferrandis consideraba su maestro. Y pronto se ganó la alternativa con honores.
Debutó fílmicamente en el penúltimo largometraje de Berlanga
Debut tardío
Sorprendentemente, pese al prestigio ganado sobre los escenarios teatrales, el cine tardó en requerir de sus artes interpretativas. Fue nada menos que en el penúltimo largometraje del valenciano Luis García Berlanga (1921-2010), ‘Todos a la cárcel’ (1993), que gozó de importante distribución internacional (incluso estadounidense, en 2019). La película, una chanza sobre y contra la corrupción, se rodaba en el ‘cap i casal’, incluida la antigua cárcel modelo (1903-1991).
Las galerías que hoy albergan el Complejo Administrativo 9 d’Octubre iban a servir para prender una importante carrera como característico en películas de cineastas, como el también valenciano Juan Piquer Simón (1935-2011). ¿Pero por qué la tardanza? Germán Montaner padre compaginó la actuación, en escena y radio, con un trabajo ‘oficial’, en los juzgados valencianos. Lo mismo iba a ocurrir con el hijo, que llegó a abandonar la escena.
Asuntos televisivos
La cadena televisiva Canal 9, con primera emisión el 9 de octubre de 1988, permitió a Germán Montaner nieto retornar a las tablas, con vistas a una profesionalización laboral. Lo del debut berlanguiano ayudó, pero no solo trabajó para este (con el que repitió en la miniserie ‘Blasco Ibáñez’, 1997), sino también con el valenciano Antoni P. Canet (1953-2018), el alicantino Domingo Rodes, el madrileño Javier Fesser o el bilbaíno Pablo Berger.
También la madrileña Icíar Bollaín o el británico Michael Bray, dos actores que probaron, con notable éxito, a ponerse tras la cámara. Pero a Montaner el recuerdo público le vino por la televisión, en papeles para series como ‘Farmacia de guardia’, ‘Manos a la obra’, ‘Petra Delicado’ o ‘Un paso adelante’. Se despedía de las pantallas con el corto ‘Escala i corda’ (2004), de Jorge Bea Gilabert. Los orígenes, por supuesto, que no falten.