Los castings son uno de los procesos más importantes en el desarrollo de una producción audiovisual. Sin ir más lejos, en ‘El Padrino’ (1972) nadie quería contar para el papel de Michael Corleone con Al Pacino, excepto el director, Francis Ford Coppola; el resultado lo conocemos, para muchos la mejor película de la historia.
Nos explicará precisamente cómo funcionan, la directora de casting Amparo Oltra. “Debo saber qué busca y qué le agrada al director”, confiesa la también polifacética actriz, actualmente en la obra ‘Un finde largo’, dirigido por Arancha González, y en el espectáculo ‘Massa para carabassa’, de la compañía Contrahecho.
Oltra, asimismo, es propietaria de la empresa Bestreta, palabra que hace referencia al cultismo valenciano que significa anticipo, “porque los castings siempre son previos a las películas”. Trabaja para Caballo Films, la productora de Rodrigo Sorogoyen, y considera que el nivel actoral en la Comunitat Valenciana es excelente, con muy buena base teatral.
¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el mundo artístico?
En mi escuela de Las Monjas, en Sant Roc (Alcoy), ya realizábamos teatro, sobre todo por Navidad. En 3º de BUP, viendo ‘Currículum’ de Carles Alberola, me fascinó y me dije “esto es lo que realmente me gusta”.
Indagué si había clases de teatro en mi municipio y me apunté, antes de hacer las pruebas de Arte Dramático y entrar en la primera promoción de la Escuela del Actor de València.
«Viendo de joven la obra ‘Currículum’, de Carles Alberola, me fascinó y dije esto es lo mío»
Tu carrera, ¿cómo evolucionó?
El propio Alberola preparó un casting para gente joven y me cogió, cerrando un bonito círculo personal. A continuación, participé en numerosas funciones, algunas infantiles y otras ya para adultos, creadas por la Companyia La Dependent, y me desplacé a Madrid a formarme en teatro clásico.
Estuve cinco años en la compañía de Teatro Clásico de Alcalá de Henares, y después hice mucha televisión, comenzando por ‘Negocis de familia’ en Canal 9, y más tarde ‘L’Alqueria Blanca’ ya en À Punt.
¿Eres más actriz de cine o de teatro?
No sabría qué decir, porque las dos vertientes me agradan mucho. El teatro tiene magia, porque lo que te da un escenario no te lo ofrece nada más, pero ahora que trabajo tanto en el audiovisual me encanta ir a rodar.
Sin embargo, es cierto que cuando tengo un bolo teatral lo vivo plenamente. Un día puede que no te encuentres bien, con altibajos emocionales, actúas y de repente se te van todos los males.
«El teatro tiene mucha magia, pero ahora que trabajo tanto para televisión me encanta ir a rodar»
¿Cómo te haces directora de casting?
A mi regreso de Madrid, en 2017, una firma de publicidad me ofreció dirigir un casting; se celebraba el cuarenta aniversario de Consum y había diferentes instalaciones para promocionarlo. Funcionó muy bien y me fueron enviando los castings de sus respectivos anuncios.
Como consecuencia de estos trabajos, otras productoras comenzaron a llamarme. Apareció entonces la posibilidad de hacer una película, llevando la figuración completa de la misma, y paulatinamente fui creciendo, hasta la actuación, donde lleva el reparto de actores para largometrajes.
¿De qué forma vives un casting?
Para mí es muy complicado la selección, porque sabes que tienes en tus manos el trabajo de muchos actores que desean ese personaje. Ni quieres dejar fuera a nadie que tenga posibilidad de estar ni darle al director más trabajo del que toca.
Debemos hacer una selección leyendo lo que el director quiere, intentando llegar al máximo número de actores y posibilidades de encontrar a la persona ideal. Estamos en continua formación: quién está activo, quién hace cosas, qué imagen tienen…
«En un casting, primero hago una propuesta grande para saber el feedback del director y afinar»
¿Ese proceso va a determinar cómo va a ser la película?
¡Claro! No es únicamente lo que tú ves cuando lees un guion, sino saber interpretar los ojos del director, o lo que piensa. Por eso, después de la lectura hay que tener una conversación con ellos para saber qué buscan, qué les gustan.
Normalmente hago una propuesta grande, para saber cuál es su feed-back y seguidamente voy afinando, poco a poco, hasta llegar a la selección de prueba presencial y presentarlo al director.
¿Has cometido algún error grave?
Por el momento, no. Sí me ha sucedido luchar mucho por un actor en concreto, porque pienso que encaja perfectamente, pero que el director no lo ve de la misma forma. Es una lástima, porque son el director y la producción los que tienen la última palabra.
En algunos trabajos producción tiene más poder que nadie, porque sabe el camino que quiere seguir; en otras se le deja mucho peso al director y en unas terceras se confía totalmente en la dirección de casting.