Entrevista > Selena Cancino / Pianista y directora de coral (La Habana, Cuba, 19-abril-1976)
Nacer en La Habana le dio un plus extra en la amplísima formación musical de Selena Cancino. Empezó con el piano, su gran vocación, aunque poco después se inició también en la coral de la mano de Carmen Rosa López, “una profesora maravillosa que hizo que optara por hacer las dos especialidades”.
Tiempo más tarde, en una gira conoció nuestro país y se ‘abrazó’ a él de un modo definitivo. La mitad de su vida la ha pasado, de hecho, entre nosotros, y es la directora de la Coral Juvenil de Torrevieja desde su creación, en 2002, “un lugar que me lo ha dado todo; ¡le debo tanto!”.
Resalta las buenísimas voces que siempre han existido en nuestra localidad, reconocidas a nivel mundial. “Igualmente es una ciudad a la que le gusta el coro, en parte por la fuerte tradición de las habaneras”, sostiene.
«En Cuba está más valorada la música que en España, al igual que el deporte y el arte»
¿De qué forma llegas a España?
Después de graduarme en piano y dirección coral en el Instituto Superior de Arte de La Habana, con excelentes notas; venía mucho a España de gira, pues cantaba en un coro profesional. Me invitaron entonces, en el 2000, a hacer un curso en un coro en Torre del Mar (Málaga) y ya me establecí definitivamente en su país, en Alicante.
¿Dedicarse a la música es muy diferente en Cuba?
Sin duda, porque allí realizas en el mismo sitio y con los mismos compañeros todos los cursos, como una burbuja. Incluso aunque quieras dedicarte de un modo profesional sigues con el mismo grupo.
Tenía en aquella época ya grandes referentes, como Sonia McCormack, Alina Orraca o Digna Guerra, todas ellas un emblema de la musical coral cubana.
¿Se tienen las mismas facilidades?
En Cuba está más valorada la música, al igual que el deporte o la enseñanza. Allí dices que estás estudiando en el conservatorio, la carrera de violín o piano, y se asombran, mientras en España te preguntan si no haces nada más.
Aquí lo ven como algo menor -lejos de carreras principales-, aunque poco a poco la música va ganándose su lugar y este pensamiento va variando. También el arte en general.
«Trabajar con chicos jóvenes es difícil, porque cuando crecen van tomando otros rumbos»
¿Cómo te ofrecen dirigir la Escuela Coral?
Cuando vine con mi coro de Cuba estuvimos una semana en el certamen de Torrevieja y compartimos mucho con el Coro Maestro Casanova. Seguí después cantando con ellos y Pilar Páez me mostró el proyecto de la Escuela Coral, pensando en mí como directora juvenil desde el primer instante.
¿Cuál ha sido la evolución del centro?
Trabajar con chicos jóvenes es complicado, porque al crecer van tomando diferentes caminos. Esto hace que el coro, actualmente con 35 miembros, sea un poco volátil; tenemos niños desde cuatro años, que van pasando fases -ayudándose unos a otros- hasta alcanzar el coro mayor.
Precisamente, a este coro pertenecen chicas desde hace quince años, porque, sin duda, nuestra idea siempre ha sido fomentar el gusto por la tradición local, la pasión por la música, sobre todo las habaneras.
¿Qué otras dificultades habéis tenido?
En algunos momentos no hemos tenido el apoyo de las instituciones. Pero desde hace tiempo nos sentimos muy arropados; el deseo es que siga así, porque con la tradición que existe se le podría sacar un mayor partido.
El certamen de habaneras de Torrevieja es superreconocido en todo el mundo, quizás sin ser conscientes aquí. Se trata, además, de un concurso bien dotado económicamente; participan muchos coros y en apenas siete días se pueden apreciar muchos tipos de culturas.
«Estamos centrados en un proyecto muy atractivo: participar en un concurso internacional»
¿Cuáles son los conciertos más recordados?
Han sido muchas etapas y vivencias. Destacaría el de Cantonigròs (Barcelona), donde se celebraba un festival peculiar en el que asistían coros de todo el planeta, se compartían conocimientos y estaba muy bien organizado, y, por supuesto, el concierto que conmemoró nuestro vigésimo aniversario.
También vibramos durante el concurso de Ejea de los Caballeros (Zaragoza), con una actuación brillante, aunque sin lograr el premio final. Sin embargo, salimos todos muy contentos, al enfrentarnos a un evento de esa magnitud.
Retos más inmediatos.
Estamos trabajando ahora para un proyecto muy atractivo, pues hemos sido seleccionados para un concurso internacional. Vamos a estudiar la logística de llevar todo el coro, porque es complicado.
Por último, ¿qué más te ha brindado la coral?
Ufff, le agradeceré toda la vida a Pilar su confianza. Me ha dado la vida; como les llamo, son mi coro del alma, aunque se rían. Me ha aportado felicidad, grandes satisfacciones y un millón de aprendizajes, gracias a los chicos y también al trabajo de Conchita Boj, Mª Ángeles Germán y nuestra directora general, Nuria Maddaloni.