Entrevista > Octavio J. Peidró / Director de orquesta (Elda, 18-septiembre-1973)
El polifacético Octavio J. Peidró lleva a cabo, entre otras muchas funciones, la de director de orquesta, y en nuestras pasadas fiestas de Moros y Cristianos fue el encargado de dirigir el himno ‘Petrel’. Recordemos, en ese sentido, que fue el máximo responsable de la Asociación Musical Virgen del Remedio durante diez años.
Apasionado del teatro, trabaja actualmente en el guion de una obra musical que tendrá el respaldo de la Diputación de Alicante. “Únicamente nos falta la fecha de estreno, posiblemente a finales de año”, señala satisfecho, antes de anunciarnos que pasará un verano ajetreado dirigiendo la Orquesta Sinfónica Teatro Castelar por numerosos pueblos.
Peidró reside desde hace veinte años en Villarrobledo (Albacete), donde es profesor de literatura, otra de sus debilidades. No obstante, tiene claro que en un futuro “volveré a mi tierra, a la provincia de Alicante, cuando su hijo ingrese en la facultad”.
Tu infinita pasión por la música, ¿de dónde procede?
Se puede decir que de forma innata. Mis padres vieron, por mis comportamientos, que desde pequeño ya mostraba una enorme inclinación hacia la música. Por ejemplo, cuando íbamos a los desfiles de Moros y Cristianos únicamente me fijaba en las bandas musicales.
Poco después nos cambiamos de piso y uno de los vecinos, José Enguídanos Quiles, era entonces el director de la Banda Santa Cecilia. Él me introdujo en ella, tendría unos ocho años.
¿Comenzaste primero con el fagot?
No, me dieron lo que me apeteció tocar, que fue la trompeta, instrumento que estudié hasta el Conservatorio de Elda. Pero mi padre, viendo que flojeaba en los estudios, me sacó del centro, aunque en absoluto dejé la música.
Seguí tanto en la banda como formándome por mi propia cuenta y con apenas veinte años me dieron la oportunidad de ser director eventual, función que me gustó y pude poco después, con veintidós, ejercerla más seriamente en la Asociación Musical Virgen del Remedio de Petrer.
«Cuando era pequeño y veía los desfiles únicamente me fijaba en las bandas musicales»
¿Por qué renunciaste?
No es bueno que un director permanezca mucho tiempo en el cargo, porque se desgastan los componentes. Pensé que una década era demasiado, también porque las bandas -en los años 90- no tenían entonces la estructura actual.
En mi último año me preparé unas oposiciones en Castilla-La Mancha, las aprobé y tuve que marcharme al ser incompatible por la distancia geográfica.
¿Fuiste de nuevo al conservatorio?
Exacto, para finalizar el grado superior de fagot. Pronto llegué a ese nivel y en ese preciso instante superé las mencionadas oposiciones, en La Mancha. Tiempo más tarde, en octubre de 2007, acabando en el conservatorio, surgió el proyecto de dirigir la Orquesta Sinfónica Teatro Castelar.
La dirección de orquesta la estudié fuera del conservatorio, bajo la dirección del maestro Manuel Hernández-Silva.
«Comencé tocando la trompeta, pero tiempo después la dejé para centrarme en el fagot»
¿También has hecho teatro?
En mis años mozos mucho, como director y actor, sobre todo comedia. Llevo un buen tiempo desvinculado de los escenarios, aunque pronto voy a volver, además por la puerta grande, de la mano de la Diputación de Alicante y el ADDA, su auditorio.
Me han aprobado un presupuesto para un espectáculo musical que estoy escribiendo sobre la vida del dramaturgo alicantino Carlos Arniches.
¿Cuáles van a ser tus funciones en la obra?
La voy a dirigir y también actuaré. Contaremos con la orquesta de Elda, el orfeón crevillentino y el director de escena -y asimismo principal actor-será Juanma Cifuentes, popular por diversas series de televisión. Juanma, que tiene una voz preciosa, será uno de los cantantes protagonistas.
«El pueblo de Petrer, ¡se ha portado tan bien conmigo!»
Volvamos a la música. ¿Qué representó dirigir el himno ‘Petrel’?
¡Para mí fue una auténtica maravilla! Durante mis diez años como director de la banda de Petrer tuve mucha vinculación con las fuerzas vivas de la localidad, pero hacía más de dos décadas que no iba… Que me pidieran que dirigiera el himno fue una sorpresa grandísima.
Fue un choque emocional enorme regresar allí, después de tantos años. Me reencontré con tantos conocidos, echamos de menos a muchos de los fallecidos: ¡fue algo mágico, inolvidable!
El trato que tuvieron hacia mi persona fue inmejorable. A la Unión de Festejos, a la Comisión de Música, al ayuntamiento y a todo el pueblo de Petrer estoy tan agradecido por la acogida, que fue sencillamente exquisita. ¡Chapó para sus gentes, jamás lo olvidaré!
¿El año 2005 también fue especial?
Sí, claro, dirigí el himno ‘Idella’ en la Entrada de Bandas de Elda. Tenía 31 años y lo recuerdo ya vagamente, pero fue igualmente una sorpresa, no me lo esperaba para nada: la vida es así, te vienen las cosas cuando menos piensas en ellas.