Entrevista > Claudi Ferrer / Actor (Sueca, 27-mayo-1958)
Claudi Ferrer mantuvo el sueño de la actuación durante décadas, pues los complicados años de su juventud le hacían imposible dedicarse a ello. La casualidad o el destino le llevaron a los escenarios cerca de cumplir los cincuenta y desde entonces no se ha bajado, haciéndonos reír, vibrar y llorar.
Son muchas las obras en las que ha intervenido, como ‘Vincent van Gogh’ -haciendo el papel del pintor neerlandés-, ‘La carta’ y más recientemente, ‘Consciència’, compartiendo tablas con actores de la talla de Pep Sellés, Iolanda Muñoz, Marta Chiner, Carla Pascual y Vicent Pastor.
También le hemos visto en algunas escenas de la película ‘Vasil’, “donde hacía de compañero de ajedrez de Karra Errejalde”; ‘El lodo’, junto a Paz Vega, y en series locales como ‘Desenterrats’, rodada íntegramente en Alcoy, y la popular ‘L’Alqueria Blanca’, “en la que no se si tendré continuidad o no, porque se desconoce si la propia serie proseguirá”.
¿El Claudi niño ya soñaba con ser actor?
Ciertamente tuve una infancia dura y triste, debido a que mi padre falleció muy joven -con apenas 29 años- y mi madre tuvo que hacer decenas de oficios para alimentarnos, tanto a mi hermano como a mí. Estuve interno en el colegio Sant Vicent Ferrer de València, aunque pronto me puse a trabajar en lo que fuera para ayudar a mi madre.
Siempre me gustaba ver obras de teatro y cuando observaba alguna actuación, especialmente de Fallas, me atraía mucho todo lo relacionado con los sainetes. Hubiera formado parte de una comisión de fiestas únicamente para poder interpretar algún personaje.
Entonces, ¿cómo te introduces en el teatro?
Muchos años después, siendo ya padre, en una agrupación juvenil de Sueca a la que mis hijos pertenecían, hacían representaciones y me dijeron si quería formar parte. Me puse a hacer teatro, el público disfrutaba, les encantaba, y descubrí mi gran vocación. Anteriormente en la serie de Canal 9 ‘Benifotrem’ (1995) había tenido un pequeño papel.
A partir de ese momento se puede decir que no he parado: primero con el teatro amateur, antes de profesionalizar junto a Emili Chaqués la compañía ‘L’Últim Toc Teatre’.
«Me puse a hacer teatro, vi que la gente disfrutaba y descubrí mi verdadera vocación»
¿De qué obras estás más satisfecho?
Cada una tiene su atractivo, como por ejemplo nuestra primera, ‘La dona de negre’, adaptación de la novela de terror de Stephen Mallatratt con la que logramos numerosos reconocimientos y nos dio el paso a la profesionalidad.
También otras, la mayoría escritas por nosotros mismos, en este caso por Emili, que es un excelente guionista, como ‘Suggestió’, el monólogo ‘Federico’, dedicado al poeta granadino García Lorca, o ‘La carta’, basada en los relatos epistolares (reales) de un condenado a muerte durante el régimen franquista.
Cine o teatro, ¿qué eliges?
El cine me gusta muchísimo, porque lo que haces se puede volver a ver cada vez que se emite; pero la magia que tiene el teatro es espectacular: cada día es diferente, con distinto público… Estar sobre un escenario es una ilusión tremenda, ya desde las bambalinas, escuchando cómo entra la gente.
Sientes un hormigueo en el estómago, unos nervios que son bonitos, porque lo que tienes son ganas que comience la función. El teatro me apasiona, igualmente porque te da la posibilidad de contar muchísimas historias, de compartir con otros compañeros, de los que aprendo infinito.
«El cine me gusta mucho, pero el teatro es magia: cada día es diferente, distinto público…»
¿No paras de aprender?
¡Por supuesto que no! Me siento un privilegiado: veo a un actor trabajar y digo “¡guau!, esto lo tengo que aprender”. Te vas impregnando de todo lo que te rodea, porque todos te ofrecen cosas que te sirven para mejorar.
Uno de tus últimos éxitos ha sido ‘Consciència’.
Ha sido una suerte muy grande compartir escenario con un elenco así, porque fue de casualidad. Recuerdo los momentos que veía obras de teatro, cuando todavía no hacía grandes cosas, a muchos de ellos los miraba y me decía a mí mismo “ojalá pudiera algún día trabajar con ellos”. Hoy puedo hacerlo, con la gente que admiraba.
«En bambalinas sientes un hormigueo especial, porque deseas que la función comience ya»
¿Es difícil ser actor y actuar en tu lengua?
Sí, cuesta bastante más, porque la gran mayoría de los actores que trabajan en valenciano deben desempeñar otras ocupaciones, como doblaje o dando clases. No debería ser así, también consecuencia que los ayuntamientos tardan más en contratar las obras, por temas de burocracia. Se trata, además, de un trabajo inestable, en el que no sabes dónde estarás dentro de un mes, por ejemplo.
¿Qué es lo último que acabas de hacer?
Hace poco he hecho de figurante en ‘La invasión de los bárbaros’, dirigida por Vicent Monsonís, y también aparezco en una película sobre la vida de La Pastora, todavía sin título definitivo.