Entrevista > Paco Maciá Mas / Rei Jaume I de Moros y Cristianos (Crevillent, 21-septiembre-1948)
El compromiso de Paco Maciá Mas con nuestra fiesta está fuera de toda duda: fue junto a otros, de hecho, el creador de estas, allá por 1965, cuando contaba con apenas diecisiete años. Es asimismo hijo de Jerónimo Maciá Coves, primer presidente fundacional de la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos ‘San Francisco de Asís’.
Este próximo mes de octubre albergará la función de Rei Jaume I, cargo merecido por su longeva trayectoria en la comparsa mora Beduinos, de la que fue presidente entre 2001 y 2007. De igual modo fue capitán de su bando en 2011 de la mano de su esposa, Encarnación Candela Box, que ejerció de sultana “por sorpresa”.
Seguidamente, su vinculación festera continuó siendo muy activa, como vicepresidente de la asociación un total de ocho años. “Además me visto todos los años, excepto el pasado, que estaba en la residencia por un pequeño problema de salud y las tuve que ver a través del móvil”, lamenta.
El sentimiento festero, ¿desde cuándo lo tienes?
Arrancó precisamente con las mismas, en 1965, al formar parte de la junta que creamos los Beduinos. Se puede decir que soy tanto fundador de mi comparsa como de las propias fiestas. Desde entonces únicamente he fallado en dos ocasiones: el año que me fui a hacer el servicio militar, y el pasado al estar ingresado por cuestiones médicas.
¿Cómo eran antes?
Directamente no existían y decidimos, entre un amplio grupo de amigos, crearlas. Mi padre fue asimismo clave, al ser el primer dirigente de la junta gestora y, seguidamente, el presidente fundacional de la asociación de fiestas.
El sentimiento, por lo tanto, está muy dentro tanto de mí como de mi familia. Representan numerosos recuerdos, todos ellos bonitos. Son muchos años participando.
«Se puede decir que, junto a otros, fui fundador tanto de mi comparsa como de las propias fiestas»
Háblanos de la figura de tu padre, Jerónimo Maciá.
Una persona muy afable, familiar y autodidacta, aprendiendo por su cuenta la profesión de profesor de Mecánica. Estuvo durante años en el gobierno municipal como responsable de fiestas, y esas circunstancias provocaron que después le buscaran para dirigir la asociación -dos legislaturas-, en la que se involucró totalmente.
Era muy amigo de sus amigos, y muchos después le ayudaron en todo momento. Mientras con nosotros, sus hijos, era muy recto, hasta el punto que no nos daba entradas para las verbenas (ríe). Nos trataba como uno más y si queríamos el ticket lo teníamos que pagar, aunque a veces nos daba dinero para ello. Muchos de sus valores pienso que han llegado a mí.
¿De qué modo te ofrecieron el cargo de Rei Jaume?
Se puso en contacto conmigo el presidente de la asociación, Luis Manchón, para hacerme unas preguntas en la sede y, de repente, me soltó si quería ser Rei Jaume este año. Sinceramente no tengo valor para decir que no, pese a que le avancé el riesgo de faltar a las fiestas de 2023.
Para mí ostentar este cargo es un orgullo, tras ser Capitán del Bando Moro en 2011, y mis funciones -presenciales- se centrarán el día de las Embajadas, uno de los actos más bonitos de todas las fiestas.
«Mi padre, Jerónimo, era una persona muy recta, amigo de sus amigos y con muchos valores»
¿Has sentido apoyo por parte de tu comparsa, Beduinos?
Por supuesto. La junta directiva enseguida me llamó para indicarme que estaban orgullosos, que les gustaba la idea y que me iban a apoyar en todo momento. Somos una comparsa muy familiar, compuesta por algo más de 200 miembros, y no queremos más.
No soy partidario de las muy numerosas. Además, en la calle, los Beduinos somos una comparsa que parecemos más debido a que la gran mayoría nos vestimos y somos muy participativos.
¿Cómo te imaginas el día de la Entrada?
Nervioso, como todos los años, y con el deseo de aguantar todo el desfile, porque ya tenemos una edad. Dura una hora y media, al que se suma el tiempo de espera en la calle, Diana y demás: son muchas horas.
«Como Capitán Moro me iba a acompañar mi hija, pero finalmente lo hizo por sorpresa mi mujer»
¿Qué recuerdos tienes de tu capitanía mora?
De muchísima alegría, pues era un capitán decidido desde mucho tiempo atrás. Tenía que acompañarme mi hija Pepa, pero finalmente se echó atrás, y no tenía a nadie, hasta que en una cena de Navidad mi mujer me dio la sorpresa de postularse como mi sultana.
¿Algo más que quieras añadir?
Querría también agradecer el apoyo que tuvimos los primeros años, de grupos procedentes de Ibi, Alcoy y Castalla. Cada vez somos más y se ha convertido en una fiesta muy bonita.