Paco Esteve / Escritor
Paco Esteve (Agres, 2-octubre-1979) es un escritor nuestro, pese a llevar muchos años residiendo en la bonita Mallorca donde trabaja para el Gobierno balear. Autor de libros tan populares como ‘Si ha nevat’, nos confiesa que ya de pequeño jugaba a escribir, relatos que todavía conserva.
Le fascina, en este sentido, mezclar realidad y fantasía, “estar relatando algo normal e introducir elementos poéticos que abran un poco más nuestra mente y sentidos”. También conocer cómo era la realidad de sus antepasados, tan dispar a la nuestra “en la que todo es mucho más fácil”.
“Antes desconocías una cosa y no había manera de saber cómo era”, rememora, honrando la mentalidad y capacidad de adaptación de épocas pasadas. Asimismo, no valora la opción de escribir en castellano, aunque es bilingüe, porque el valenciano se acerca más a mis sentimientos, ideas y raíces”.
¿Siempre te gustó escribir?
Sí, y todavía conservo cuentos de cuando era pequeño, nueve o diez años. Recuerdo que comenzaba novelas, inacabadas, sobre piratas o unos chicos que huían de casa en el periodo de la Segunda Guerra Mundial, ¡con lo poco que sabría yo de Berlín durante ese conflicto bélico!
También hacíamos cuentos de miedo y es bonito releerlos muchos años más tarde. Dice Nietzsche que la madurez es “recuperar la seriedad con la que jugábamos cuando éramos niños”, y como de pequeño jugaba a escribir…
¿Dónde te formaste?
Aunque soy de Agres, estudiaba y pasaba la semana en Alicante. Hice seguidamente Filología Catalana en mi ciudad, pasando después a Barcelona, donde cursé Teoría de la Literatura; y Santiago de Compostela, como profesor.
En Galicia estuve un total de tres años, que me permitió seguir con mis estudios de la Teoría de la Literatura y conocer un poco más la realidad gallega.
«’Si ha nevat’ fue también un homenaje a Agres y a la memoria de nuestros antepasados»
¿Qué estás haciendo ahora?
Principalmente trabajo de corrector y traductor, llevando a cabo asesoramiento lingüístico en la Administración Pública de Mallorca. La mía es una de las labores que, en teoría, más va a afectar la llegada inminente de la Inteligencia Artificial.
Ciertamente todo ha avanzado muchísimo respecto a cuando comencé, hace veinte años. Ahora los correctores o traductores automáticos son casi asistentes de corrección, toman una frase y la redactan de otra forma, por ejemplo.
¿Tu primer libro fue ‘Qui no fa la festa’?
Exacto, escrito de un modo muy experimental, con un estilo muy poético. Tuve total libertad para explotar caminos: no cuenta una historia lineal, sino que trata de unos amigos que se encuentran en una masía -tras muchos años sin verse- para pasar unos días de vacaciones.
Recuerdan su pasado y evocan sus expectativas de futuro mediante realismo mágico y momentos fantasiosos, porque me encanta mezclar realidad y fantasía.
Como hiciste en ‘Si ha nevat’, tu obra más reconocida.
Sí, mi novela más leída y vendida. En este libro hubo mucho trabajo de documentación y divulgación histórica, además de los elementos mágicos que señalaba anteriormente. Fue, asimismo, como un homenaje a Agres y a la memoria de nuestros antepasados, a sus arduos trabajos. Ir a recoger nieve era durísimo y los pozos eran los congeladores de antaño.
Siempre les preguntaba a mis abuelos cómo era vivir en la masía, sin luz ni agua corriente, pasando frío y comiendo únicamente lo que tenían en casa. Este universo, esta mentalidad de mis familiares anteriores me fascina, con un componente mágico, pues creían en los milagros.
¿Cuál es tu metodología de trabajo?
Cada libro lo he escrito de un modo diferente. Mientras ‘Si ha nevat’ requirió de mucha documentación, en otros he optado más por la imaginación. Intento escribir mucho, tal y como surge, y después le voy dando forma mediante las reelaboraciones.
Es la forma en la que mejor me desenvuelvo. Consigo que el relato sea más fresco, espontáneo, mucho más que si lo tengo pautado; me aburre.
«Intento escribir mucho, como surge, y después le doy forma mediante las reelaboraciones»
Tu última novela es ‘Somiaria libèl·lules’.
Es de corte juvenil, sobre una chica que durante la adolescencia tiene problemas para definirse, con continuos conflictos con las amigas y los padres. No acaba de encontrarse en el mundo, hasta que descubre que tiene un poder sobrenatural, entrar en los sueños de otras personas.
Esto le permite interactuar, cambiar los sueños y modificar su percepción. Tiene un gran poder que debe saber domesticar, pues podría provocar graves desastres. Está funcionando muy bien y tuve la fortuna de ser galardonado en la primera edición del premio l’Alcúdia de Narrativa Juvenil.
¿Ya tienes en marcha el próximo libro?
Por supuesto. Será una novela más personal y autobiográfica, tratando mis años de juventud en Alicante, los noventa, mezclados con partes ficticias como hago habitualmente.