Paula Dus Moll / Creadora de contenido
Paula Dus Moll (València, 4-mayo-1990), maestra infantil de profesión, siempre tuvo una gran atracción por los viajes, herencia de sus padres, que “nos dejaban a mi hermana Cristina y a mí con mi abuela para conocer lugares tan increíbles como Brasil, Argentina o México”.
Se inició a los veinte años con un primer destino, Roma, “que me encantó”, descubriendo seguidamente otros rincones de Europa. Se cruzó entonces en su vida Cristian Delgado, aventurero empedernido -al que hemos entrevistado-, y le trastocó los esquemas, “buscando países más exóticos, como Malasia o Georgia”.
Guarda con especial cariño esa ruta por Georgia, país poco conocido, en el que también les sucedieron anécdotas desagradables, “sobre todo con un coche”. Acaba de regresar de Turquía, explorando la zona de Afyonkarahisar, en la parte asiática, y tiene claro cuál será su próximo destino en verano: Colombia.
«Me gustaba tanto viajar que, al acabar la carrera, me fui de ‘au pair’ a Irlanda dos años»
¿De dónde procede esta pasión por viajar?
De pequeña, de mis padres. De hecho, me gustaba tanto que, al finalizar la carrera, lo primero que hice fue irme de ‘au pair’ -cuidadora de niños- a Irlanda, isla preciosa. Estuve en Dublín casi dos años, mejorando el inglés, que me ha servido muchísimo en viajes posteriores.
Me encanta, además, hacer fotos, incluso yendo con mis amigas por València. En los viajes igual: llevaba la cámara y después compartíamos las imágenes en las redes sociales.
¿Conoces a Cristian también en un viaje?
No, fue por Instagram, ya que ambos compartimos la afición por los viajes. Fue en agosto de 2021 y en parte me cambió el ‘chip’, pues mis destinos sobre todo eran por Europa. Con él he conocido lugares tan increíbles como Malasia y Georgia, que cuenta con los mejores paisajes que jamás he visto.
«En Georgia fuimos un poco a la aventura y nos sorprendió muchísimo la gente y su comida»
¿Es el país que más te ha sorprendido?
Sin duda, pese a que no disponíamos de muchísima información, y menos en castellano. Fuimos un poco a la aventura, sin saber qué nos íbamos a encontrar, y nos sorprendió mucho -junto a las panorámicas- sus gentes y la gastronomía.
La comida nos fascinó tanto que, al volver a València, buscamos restaurantes donde sirven platos georgianos, como el delicioso khachapuri, que es pan con queso y huevo. Hemos descubierto y probado ya un par de locales.
¿Qué otros rincones exóticos conocisteis?
Principalmente la Iglesia de la Trinidad de Guergueti, majestuosa; la zona de Mestia y el singular Diamond Bridge, que es una cafetería construida en un diamante de cristal, en medio de un puente. Se encuentra en un cañón y alrededor hay una serie de rutas.
¿Malasia te gustó?
Mucho. Era mi primera vez por el sudeste asiático y me sorprendió muy gratamente, su cultura y especialmente las Islas Perhentian, cuyas preciosas playas son de película. Lo único negativo de Malasia es el calor y la humedad extrema, y las lluvias torrenciales.
«De Malasia me quedo principalmente con las islas, que tienen unas playas de película»
Te habrán pasado muchas anécdotas.
Sí, positivas y negativas. En Malta, por ejemplo, fui sola y enseguida conocí a un chico argentino; me acogió en su grupo y visité el país con ellos, estando acompañada constantemente. Fue una experiencia magnífica.
En Georgia, en cambio, decidimos alquilar un coche, en una empresa local -vimos diferentes referencias de otros españoles- y resultó que no paramos de tener problemas. Pronto apreciamos que al 4×4 que nos dieron, que era perfecto para los baches de las carreteras, algo le sucedía, pues apenas tenía potencia y vibraba al girar.
¿De qué modo acabó la historia?
Estábamos muy preocupados, y llegamos a pasar miedo, porque el coche no se podía controlar. Por teléfono le quisieron restar importancia, pero lo llevamos a un taller. A la rueda le faltaba una pieza, estaba suelta o rota y bailaba.
Lo arreglaron, soldándolo, y proseguimos camino, pero un rato después volvió la misma vibración. El temor era que estábamos en medio de la nada, en la montaña, a dos horas del siguiente pueblo. Poco a poco pudimos llegar al destino y, por fortuna, ¡de todo se aprende!
¿Cómo te ha ido por Turquía?
Genial. Junto a un grupo de creadores visitamos Afyonkarahisar, una zona espectacular que no es tan conocida como Estambul o la Capadocia. Está en Asia, y tuvimos que volar primero a Ankara, para después tomar un autobús. Al regreso, pude pasar medio día en Estambul, insuficiente para conocer los secretos de esa ciudad mágica. ¡Tendré que volver, por supuesto!
¿Cuál es tu próximo destino?
Colombia, donde iremos del 27 de julio al 23 de agosto. Queremos descubrir lo máximo del país, incluso Nuquí, en el océano Pacífico, que no es tan popular, porque anhelamos avistar ballenas. También estaremos en Cartagena de Indias y la isla de San Andrés.