Entrevista > Anna Bas / Directora del Conservatorio de Xàbia (Xàbia, 27-febrero-1982)
El conservatorio de nuestra localidad está considerado ‘pequeño’, pese a albergar a cerca de doscientos alumnos y contar con veintidós profesores. “Somos como una familia”, remarca su directora, Anna Bas, en el cargo desde hace ocho años, quien nos detallará la evolución del centro.
Le acompaña en esta labor su hermana Rosa, profesora de oboe y también jefa de estudios. Queremos que nos cuente cómo es su día a día, “tan feliz y ajetreado”, porque aparte de gestionar miles de aspectos, imparte clases de flauta.
Recién finalizado el Festival de Verano, que ha resultado un éxito rotundo, se congratula del enorme talento de los alumnos, y sobre todo de las ganas que muestran por mejorar día a día, al fijarse en la felicidad que “la música nos otorga”.
«Con apenas siete años comencé a tocar la flauta, instrumento que me fascinó al momento»
¿Cuáles son tus inicios musicales?
Mi padre toca en la banda municipal desde hace sesenta años y de jovencitas mi hermana y yo decidimos que queríamos estudiar música. Con apenas siete años comencé a tocar la flauta, instrumento que me encantó desde el primer momento.
Con el tiempo decidimos hacer de la música nuestra vida y proseguimos profesionalmente. Lo tenía tan claro que le dije a mi madre que era músico o me iba a limpiar piscinas con mi tío.
¿Dónde te formaste?
Estudié por libre, pues al no existir conservatorio próximo recibía las clases en Xàbia, pero debía hacer los exámenes en Alicante. El Superior, del que únicamente hice el último curso, fue en el Conservatorio de Castellón, donde terminé la carrera con diecinueve años.
Daba clases particulares periódicamente, de la mano de grandes profesores como Vicenç Prats, actual solista de la Ópera de París, y Tomás Estornell, ahora director del Conservatorio de Oliva.
«Los profesores llevamos muchos años trabajando juntos y existe una gran complicidad»
¿Cómo siguieron tus pasos?
Mientras finalizaba la carrera en Castellón, estudié el Grado Superior de Canto -que terminé en València con Ruth Revert-, al tiempo que trabajaba como profesora de flauta en diversas escuelas (Poble Nou, Benitatxell, Orba y Vall d’Ebo). Pero poco tiempo después, en 2002, sacaron las oposiciones para el Conservatorio de Xàbia.
Estaba a punto de irme a París junto a Prats y vi la oportunidad de lograr un trabajo que me agradaba en mi propio pueblo. Si aprobaba las oposiciones -estaba muy bien preparada- me quedaba, y si no, marchaba. En 2003 se hicieron las oposiciones y saqué mi actual plaza.
Y te incorporaste como profesora.
Exacto, de flauta, que es lo que soy también actualmente. Un año más tarde me ofrecieron entrar en el equipo directivo, como secretaria, pasando unos años después a jefa de estudios. He cumplido ahora mi octavo curso como directora, y he renovado para cuatro más.
Gran parte de la jornada estoy enganchada al teléfono o en alguna reunión, intentando aclarar aspectos con el ayuntamiento, algún profesor o la jefa de estudios. Mis mañanas son así, mientras por las tardes doy clases e intento estar con la familia.
«Nuestros profesores han sacado muchos músicos profesionales»
¿El conservatorio es una referencia en el municipio?
Sin duda. Tenemos excelentes profesores en todas las materias, somos una familia. Nuestros profesores han sacado muchos músicos profesionales: más de cien han acabado estudios con nosotros y más de veinte cuentan con un título superior.
El nuestro es un conservatorio pequeño, pero este año acabamos de matricular a 202 alumnos. El ambiente es muy bueno, porque somos una familia, insisto, y eso se nota respecto a otros conservatorios de Conselleria, donde las plantillas van cambiando constantemente. Son muchos años los que llevamos trabajando juntos, y pese a que a veces hay discrepancias, lógicas, existe una gran complicidad entre nosotros, que se transmite al alumnado.
Háblanos del talento de los alumnos.
¡Talento hay muchísimo! Y somos un grupo de profesores que conseguimos que tengan gusto para sacárselo, pues ven que nosotros vivimos de la música y somos felices. El único problema, hoy en día, es que los chicos están muy sobrepasados de extraescolares.
Recuerdo que cuando hacía música estaba centrada en ella; mientras mi hija, de siete años, ha entrado ahora en el conservatorio, pero también quiere hacer gimnasia artística, pintura…
«Hoy los jóvenes poseen un enorme talento, pero están muchas veces sobrepasados»
¿Cómo fue el Festival de Verano?
Desde el conservatorio estamos muy orgullosos, porque se habló mucho durante el curso del cambio que iba a haber -pues el festival antes funcionaba por inercia, con los mismos músicos- y el festival se desarrolló muy bien.
Además, antes era un certamen que no podíamos aprovechar desde nuestro centro, porque los alumnos venían de fuera y normalmente con estudios muy avanzados. Solo podías llevar a un alumno si destacaba mucho. Este año varió la dirección de ese curso y presentamos un proyecto propio, que complació mucho al ayuntamiento.