Entrevista > Inma Mora / Concejala de Festejos del Ayuntamiento de Elche (Elche, 1-febrero-1985)
Elche vive en agosto el máximo esplendor de sus fiestas patronales: el Misteri, las mascletàs, la Nit de l’Albà o la charanga son buena prueba de ello, y de que hay mucha gente detrás para poder llevarlo a cabo con éxito.
Para Inma Mora son sus segundas fiestas como concejala, y es una de las personas que más trabaja no solo ahora, sino durante muchos meses atrás, para coordinar la organización de todos los actos programados durante todo el año, como las fiestas en pedanías o en los diferentes barrios.
Vivir las fiestas desde dentro
Conoce bien desde dentro lo que son las fiestas de Elche. Fue Primera Dama Mayor de la ciudad, vicepresidenta de la Federación Gestora de Festejos Populares, y desde muy niña ha participado activamente en nuestras fiestas junto a su familia, algo que considera fundamental para entender mejor su trabajo.
«No es lo mismo participar en las fiestas que tener la responsabilidad de organizarlas»
Este es su segundo año como edil de Festejos, imagino que en esta ocasión con mucha más tranquilidad.
El otro día estaba comentando precisamente eso con nuestro alcalde, que este año estoy más tranquila. Ten en cuenta que el año pasado acabábamos de llegar al ayuntamiento, y quedaban muchas cosas por cerrar y contratos por firmar.
Al mismo tiempo queríamos dar nuestro toque a las fiestas, y todo fue a contrarreloj; pero afortunadamente todo resultó bien y los ilicitanos así lo demostraron. Pero sí, este año ya estoy mucho más tranquila, porque llevamos todo el año preparando estas y otras fiestas. Ya incluso estamos cerrando contratos para Navidad.
Usted conoce muy bien desde dentro lo que son las fiestas de Elche.
Claro. He sido vicepresidenta de la Federación Gestora de Festejos Populares; previamente en el 2007 fui Dama Mayor de las Fiestas de Elche; he sido miembro de la cofradía de la Verónica, y también he desfilado con los Moros y Cristianos. Es decir, que el mundo de las fiestas lo conozco desde dentro y desde fuera perfectamente. Mis padres siempre han sido muy participativos, y yo desde pequeña he crecido con la misma ilusión que ellos me inculcaron.
Nuestro alcalde supo ubicar muy bien a cada uno de nosotros en la concejalía que sabía que mejor íbamos a defender.
«Me siento satisfecha de haber puesto en marcha la barraca sin alcohol. Como enfermera he visto demasiados comas etílicos en adolescentes»
¿Desde el puesto que ocupa ahora se ven las cosas de otra manera?
Es muy diferente. No es lo mismo participar en las fiestas que tener la responsabilidad de organizarlas y de que todo salga bien. Las voy a disfrutar, claro que sí, pero ahora las cosas las veo de otra manera, porque mi principal preocupación es que todo salga bien y que se desarrolle con normalidad.
¿De qué novedades se siente más satisfecha?
Pues la verdad es que me siento muy satisfecha de haber puesto en marcha el año pasado la barraca sin alcohol. Una barraca dirigida al público más joven que quiere divertirse de una forma más sana, sin que tenga que ser casi obligatorio beber alcohol. Como sanitaria estoy cansada de ver cómo cada verano durante las fiestas ingresan en los hospitales a personas súper jóvenes por comas etílicos.
Este año, y tras el éxito del año pasado, la volvemos a instalar en el mismo lugar, en las inmediaciones del parque Jaume I, lugar en el que también hay unos días con jornada diurna para el público infantil, con fiesta y actuaciones para ellos.
«Hay costumbres que no se deben perder, porque nos ayudan a conocer mejor nuestra historia y nuestras tradiciones»
¿Su condición de enfermera, y la concejalía de Sanidad que también ostenta, le ha ayudado en cuanto a seguridad en estas fechas?
Ha sido fundamental. No solo se trata de organizar bien las fiestas, sino de estar preparado para cualquier circunstancia que pueda presentarse. Estoy acostumbrada a trabajar con protocolos y es crucial en materia de seguridad.
El año pasado puse en marcha una iniciativa que este año desde luego también pondremos en funcionamiento. Llevaba tiempo observando que la mayoría de los desfibriladores solo estaban en los edificios institucionales, que de poco sirven si ocurre algo fuera de sus horarios. Establecimos un convenio con una empresa que distribuyó diez desfibriladores para los miembros de Protección Civil, que estaban por los diferentes puntos donde se concentraba más gente con motivo de los actos.
Afortunadamente no hubo que utilizarlos, pero tenemos que estar preparados, y este año lo volveremos a poner en marcha.
¿Preservar las costumbres afianza nuestras raíces y nuestras tradiciones?
Son costumbres que no se deben perder, porque efectivamente nos ayudan a conocer mejor nuestra historia y nuestras tradiciones, como el sopar del cabasset, que une a los vecinos en torno a una mesa para degustar, además, platos muy de aquí, como el conejo con tomate o las cocas.
Se trata de costumbres de antaño, cuando la gente se sentaba a la puerta de su casa y compartía con sus vecinos. Eso ahora no se puede hacer porque la vida ha cambiado mucho; pero al menos nos quedan nuestras fiestas para revivirlas, como los concursos de arroces o la costra gigante, que mantienen vivas nuestras recetas, y tantos eventos que tienen que ver con nuestra cultura y nuestra gastronomía.