Entrevista > Mayra Urrea Solano / Profesora e investigadora (Corvera, Murcia, 3-marzo-1981)
Los estereotipos que se refieren a la mujer han mejorado en los últimos años, no cabe duda; pero falta mucho que recorrer, sostiene Mayra Urrea Solano, diplomada en Educación Social y licenciada en Psicopedagogía, quien ha participado en diversos libros y numerosas investigaciones al respecto.
Concesiones sin límite
Sobre los jóvenes, otra de sus especialidades, opina que el hecho que las familias, muchas veces desestructuradas, “sientan que no están a la altura, que no les prestan la atención suficiente, provoca que les hagan concesiones sin límite”.
La también profesora de la Universidad de Alicante remarca que la sociedad española sigue siendo machista, “y sexista, pese a los evidentes progresos”. Se aprecia de una forma cotidiana y en infinidad de aspectos, “especialmente en el ámbito empresarial”.
Sanvicentera de adopción, lleva desde los dieciocho años con nosotros y se muestra extremadamente orgullosa del reconocimiento recibido. Razones a su premio no faltan: cuenta con un máster en Secundaria, un doctorado en Investigación Educativa, colabora en otras instituciones docentes…
¿Sobre qué versan tus principales líneas de investigación?
En torno a la integración de la perspectiva de género en la docencia, puesto que imparto clase en la universidad. Intento mediante mis investigaciones -y sobre todo en mi práctica docente- concienciar al futuro profesorado de la necesidad de abordar este tipo de cuestiones en clase, porque, aunque hemos avanzado mucho, todavía queda muchísimo por hacer.
¿Cuál es la situación actual?
Entre los colectivos más jóvenes es bastante preocupante. Sin duda, considero que la educación es la clave para poder deconstruir todas las creencias estereotipadas que existen respecto a la mujer.
«Resulta esencial que formemos a los adolescentes en cuanto a igualdad de género»
Parece que todo les da igual.
Sí, porque se han perdido valores que son esenciales, como el respeto, la empatía, la solidaridad, el compromiso… Es muy preocupante entre los más jóvenes y es fundamental que les formemos en cuanto a igualdad de género, tanto a ellas como a ellos pues todos hemos sido educados en una sociedad machista.
No nos damos cuenta de todas esas creencias estereotipadas y comportamientos sexistas que tenemos, reproducimos y transmitimos a las próximas generaciones.
¿Por qué se han perdido esos valores?
Es complejo, porque no existe un único factor y ha sido un proceso muy lento, casi imperceptible. Si echamos la vista a décadas pasadas, sí somos capaces de percibir que nuestras generaciones anteriores no tenían los problemas que tenemos hoy en día. ¡Ni las ventajas o posibilidades que disponemos nosotros!
Uno de los factores determinantes, insisto, es la educación; quizás hemos descuidado aspectos fundamentales y el resultado es que las nuevas generaciones no dan importancia a casi nada.
«Hoy en día los jóvenes tienen muy baja tolerancia a la frustración y nos cuesta decirles que no»
Antes había consecuencias.
Exacto, mientras ahora -hagan lo que hagan- lo consiguen todo. También tienen una muy baja tolerancia a la frustración y es verdad que cuesta mucho decirles no a nuestros hijos, porque debido a lo ocupados que estamos no podemos dedicarles todo el tiempo que nos gustaría. Ellos tampoco están acostumbrados a que alguien les diga “no puede ser”.
¿Hasta qué punto seguimos siendo un país machista?
Es innegable que hemos avanzado, pero también que continuamos viviendo en una sociedad machista y sexista. No hay lugar a dudas, y lo vemos continuamente, en los medios de comunicación, en la calle, en las propias empresas y en ámbitos de poder, donde las diferencias todavía son mucho mayores.
«Hemos avanzado mucho, pero es innegable que continuamos siendo una sociedad machista y sexista»
¿De qué forma puede mejorar?
La clave vuelve a ser la educación, pues debemos ser capaces de hacerles ver a los más pequeños que una mujer está igual de preparada que un hombre para desempeñar cualquier tipo de trabajo, y que debe tener las mismas oportunidades.
Determinante también es que ellas se crean que pueden hacerlo, porque mucho machismo procede de las mismas mujeres, al ser educadas en una sociedad machista. Por ejemplo, hay muy pocas alumnas en ciertas áreas de conocimiento, como es el caso de la informática, al tiempo que, en otras, como ciencias de la salud, somos mayoría.
¿Te esperabas el reconocimiento brindado por tu municipio?
En absoluto. Supuso una alegría inmensa y me sorprendió, porque los que nos dedicamos a la docencia e investigación estamos muy acostumbrados a trabajar mucho, y en muy pocas ocasiones nos lo valoran.
Además, procede de una ciudad que me ha acogido, debido a que no soy oriunda de aquí, he nacido en Murcia, mi familia no vive en San Vicente, pese a que sí es verdad que llevo muchos años residiendo aquí, he hecho mis raíces… Se dio también visibilidad a lo que hacemos en la universidad, muchas veces al margen de la sociedad.