Entrevista > Shami Mendiratta / Artista (Rawalpindi, India Británica, 8-octubre-1939)
En 2015 la célebre filóloga santapolera Maribel López pasó a mejor vida, pero antes dejó constancia de cuál era su último sueño: instaurar un gran centro de talento joven dedicado al arte, la ciencia y la literatura. Para ello cedió gratuitamente al Ayuntamiento su emblemática finca Villa Adelaida.
Sin embargo con el paso de los años el proyecto se estancó, para frustración de su viudo Shami Mendiratta. Este artista -considerado el gran inductor del arte contemporáneo hindú en Occidente- lleva ya una década residiendo en Santa Pola y pidiendo a todas las corporaciones municipales que no olviden la última voluntad de su esposa.
Desde esta primavera por fin se están realizando obras de reforma sobre la casa, pero este octogenario teme no llegar a ver con vida el pretendido centro multidisciplinar.
«Conocí a Maribel porque viajó a India por el 60 aniversario del Dalai Lama»
¿Cómo conociste a Maribel?
En 1995 yo estaba sentado en un salón de un hotel de Nueva Delhi, cuando de repente una bella mujer bajita se acercó a mí. Yo me levanté y nos presentamos. Ella me dijo “sé que eres un artista importante, ¿te tomas un café conmigo?”. Me contó que estaba en India junto con su marido, el científico Hans Bremermann, porque habían sido invitados a un seminario internacional de paz para celebrar el sesenta cumpleaños del Dalai Lama. Nos hicimos amigos los tres inmediatamente.
Poco tiempo después su marido falleció por cáncer. Maribel me escribió por carta para invitarme a EEUU, donde vivía. Sin embargo yo no quería irme de India. Así que un buen día ella se decidió a buscarme. Así empezó todo. Yo no quería volver a casarme porque mis dos primeras esposas me abandonaron… a mí las mujeres siempre me dejan (risas). Sin embargo ella me acabó convenciendo a mis cincuenta y tantos años.
¿Por qué se os ocurrió la idea de reconvertir Villa Adelaida como un centro multidisciplinar?
Cuando yo llegué a España por primera vez solo conocía de este país a Picasso, Joan Miró y Don Quijote. Y lo primero que hizo Maribel fue llevarme a Villa Adelaida, donde hicimos reformas para crear un apartamento en el que vivir. La propia Maribel me propuso que pintara unos murales para decorar el interior de la casa. Para nosotros el arte es la ciencia de la literatura. No vemos diferencias entre estas tres disciplinas.
Sin embargo considerábamos que poner el típico museo acabaría dando un aspecto moribundo a la casa. Lo que de verdad traería actividad sería implantar un centro de conocimiento. Concebimos llamarle centro Hans-Maribel-Shami, en recuerdo también a su anterior marido.
«Me han ofrecido hasta 10 millones por Villa Adelaida, pero yo quiero respetar la voluntad de Maribel»
En su día se creó un consejo para impulsar el centro. ¿En qué punto está el proyecto ahora?
En realidad este consejo no ha tenido movimiento en estos ocho años. Básicamente han tapiado la piscina olímpica, han puesto un ascensor, han habilitado una oficina y una zona de exhibición. El progreso está siendo muy lento, y además lo han retorcido.
Siempre he dicho que es necesario buscar a una persona como director que tenga conocimiento en arte, ciencia y literatura… como Miguel Ángel. Es difícil encontrar este perfil, pero los hay.
¿Qué te parece la reforma actual?
Me parece muy bien que hayan conseguido los fondos de la Diputación, pero no entiendo el proyecto del arquitecto. Es un señor que ha construido en Cuba, y no tiene experiencia en obras como ésta. Estamos hablando de Villa Adelaida. Se suponía que iban a acabar los trabajos en mayo, y ahora me dicen que será en noviembre porque es cuando termina el plazo dado por la Diputación.
Creé una capilla habilitada para cuatro religiones: Cristianismo, islam, hinduismo y sijismo. No hay nada igual en España. Quiero recordar que en el convenio está escrito que el Ayuntamiento debe conservar esto tal cual.
«El Ayuntamiento debe buscar a un director para el centro y crear una sociedad de donantes»
Si no me equivoco en dicho convenio se estableció que, si a los tres años no había avances, podías rescindirlo y quedarte con la propiedad. ¿Te lo has planteado?
Claro que me lo he planteado. Los murales que yo pinté revalorizaron todavía más el inmueble, y he tenido ofertas de compra por hasta diez millones de euros. Sin embargo yo entiendo que esta casa es el alma de Maribel. Ella no tuvo hijos, perdió a su hermano cuando era joven y se quedó viuda dos veces. Tuvo una vida realmente complicada.
Yo sí tengo hijos, pero nunca he querido que Villa Adelaida sea para ellos. En el convenio también establecimos que yo legaría mis obras artísticas al centro en lugar de dárselas a mis herederos.
¿Qué pasos debería dar el Ayuntamiento?
Aparte de buscar al director, todos los centros culturales del mundo tienen una sociedad de amigos que aportan dinero libre de impuestos. Yo mismo todavía tengo mis contactos y podría conseguir algunos. Sin embargo cuento con 84 años, y cada vez dispongo de menos energía como para cargar con toda esta responsabilidad.
Aun así yo ayudaré en cuanto vea una voluntad política real por hacer cumplir la voluntad de Maribel. Incluso estoy dispuesto a poner un millón de euros de mi bolsillo. Los políticos no aplican el corazón, solo el cerebro. Ellos deben entender que este lugar es el corazón de mi esposa… y ahora también el mío. Sin embargo no sé cuánto tiempo me queda ya, y si llegaré a verlo realizar.