Venice Beach recuerda a esa cara bohemia de Los Ángeles (Estados Unidos). En esta vibrante población playera entrenaba culturismo Arnold Schwarzenegger, el archiconocido protagonista de los clásicos ‘Terminator’ y ‘Conan’, que luego se convirtió en gobernador de California. Se puso de moda el hacer músculos a pie de playa. Esa tendencia que se afianzó en los años setenta al otro lado del charco cada vez cobra más adeptos a orillas del Mediterráneo.
En el área metropolitana de València, concretamente en l’Horta Nord, existe un municipio que hace unos años apostó a nivel municipal por dotar de infraestructura deportiva a su paseo marítimo. Se trata de El Puig. Más concretamente la explanada de su paseo marítimo, que separa las urbanizaciones de Plasmar de la de Mar Plata. Con los años la actividad ha ido a más, así como la diversidad de deportes que allí se dan cita, sobre todo en horario vespertino.
El paseo une el final de Puzol (junto a la Marjal) con el náutico de Puebla de Farnals
Rampas para patinadores
El parque donde practicar monopatín, conocido popularmente como ‘skatepark’, se convirtió en una de las primeras inversiones llevadas a cabo por parte del Ayuntamiento de El Puig. Consistente en varias rampas alisadas para hacer trucos, poco tardaron en practicar este deporte los amantes del monopatín que ahí se dan cita cada tarde. Niños, jóvenes, adultos y de ambos sexos acuden cada tarde al lugar.
Con sus equipos de música mientras suenan tanto los grupos del ‘boom’ skater tipo Suicidal Tendencies o Lynyrd Skynyrd, como los grupos de rap actuales, los amantes de este deporte acuden con sus tablas, protecciones y ropa ancha para poner a prueba sus habilidades y charlar un rato los unos con los otros.
El ayuntamiento ha colocado una señalética con los números de teléfono de Policía Local, hospital y ambulatorio para llamar en caso de algún percance deportivo. En la misma también aparece una serie de recomendaciones de seguridad (uso de protecciones), además de un recordatorio en el que se apunta que además de monopatines, los patines y las bicicletas BMX, también pueden usar estas instalaciones.
Aparatos para tonificar
Justo al lado de las rampas para los monopatines, se extiende una serie de aparatos anclados al suelo para que los vecinos, turistas y gente de paso puedan practicar ejercicios de musculación. Se trata del clásico gimnasio municipal con una serie de aparatos básicos que permiten tonificar buena parte de los grupos musculares.
Así como los adolescentes, jóvenes y adultos en buen tono físico representan la principal parte de los usuarios del ‘skatepark’, los adultos de mayor edad acuden a la explanada donde se instalaron los aparatos de gimnasia. Con las vistas al mar en dirección este y vistas a las piruetas de los ‘skaters’ en dirección oeste, aquellos que desean ejercitar de manera suave su cuerpo pasan la tarde en este lugar.
Una señalética recuerda los números de teléfono de Policía Local, hospital y ambulatorio
El baile de los canguros
Las sesiones de aeróbic tradicionales han evolucionado en los gimnasios los últimos tiempos. De la clase clásica de aeróbic se han desligado una multitud de estilos con vistas a innovar y hacer más atractivas y lúdicas las sesiones de ‘cardio’. Así, desde los guantes de boxeo hasta estar subido sobre una bici estática, la innovación no cesa. Una de las nuevas tendencias se llama ‘kangoo jump’, o dicho en castellano, salto de canguro.
Los ‘kangoo jumps’ son botas diseñadas para saltar, equipadas con un sistema de amortiguación que reduce el impacto en las articulaciones hasta en un 80%, comparado con el ejercicio de impacto tradicional. Esto es especialmente beneficioso para aquellos que buscan una forma de ejercicio de bajo impacto debido a problemas de rodilla, cadera o espalda.
En esta explanada de El Puig se dan cita muchas mujeres que apuestan por este estilo. Combinado al aire libre y con música de fondo, las sesiones de ‘kangoo jump’ aparecen como un gran espectáculo para los paseantes del entorno.
Tenis y pádel, privado
Si antes señalábamos que desde la explanada deportiva de este El Puig Beach se disfrutaba de las rampas de patinaje mirando hacia el interior, y del suave oleaje cara al mar, hay que indicar que hacia el norte se distribuyen una variedad de pistas donde practicar otros deportes. Eso sí, aunque se encuentren adosadas a la explanada, conviene advertir que pertenecen a recintos privados dependientes de Plasmar.
Es el caso de una pista de cemento (pista dura) y varias de pádel que recientemente se han ido incorporando al lugar. El lujo de poder practicar estos deportes de raqueta y pala notando la brisa del mar resulta de lo más agradable para sus usuarios. Estos, además, gozan de una piscina adjunta donde bañarse y realizar unos largos.
Al otro lado de la explanada, en Mar Plata, se encuentra una piscina de mayores dimensiones. Construida hace décadas, en la misma hay varias calles e incluso algún trampolín de altura para ampliar los deportes acuáticos.
Varias rampas alisadas sirven a los deportistas del monopatín para practicar sus trucos
Los triatletas locales
Junto a la explanada aparcan en ocasiones varios vehículos, de donde sale un nutrido grupo de todas las edades de triatletas. Adultos, jóvenes y niños, de ambos sexos, ataviados con el clásico neopreno de los triatletas. Tras cambiarse emprenden la marcha de algunos kilómetros a pie para regresar al puesto de vigilancia junto a la explanada deportiva.
En ese lugar los triatletas tienen desplegado ya un carril sobre la arena para realizar su circuito de natación. Su prueba combinada es agotadora y estos deportistas acaban exhaustos. En su neopreno lucen un logotipo: Tridimonis. Se trata de un club (y escuela) de triatlón de El Puig.
“Actualmente somos más de ochenta familias socias del club, con un total de más de cien miembros, de todas las edades, con el objetivo de disfrutar de la práctica de este deporte en sus modalidades (duatlón, acuatlón y triatlón) en todas las distancias: (escolar, sprint, olímpico, media y larga distancia)”, señalan desde Tridimonis.
Paseos de todo tipo
Hay quienes consideran el paseo una suerte de deporte moderado. Tanto es así que muchos médicos recomiendan ya evitar la práctica deportiva para evitar lesiones y cambiar por las caminatas que nos aseguren unos 10.000 pasos al día. Esto ha disparado la venta de relojes inteligentes que mediante geolocalización nos cuentan la cantidad de pasos que hemos realizado (además del recorrido, la frecuencia de paso y el pulso cardíaco, entre otras muchas funciones).
Es por eso que cada vez son más las personas que optan por salir a pasear junto a la playa de El Puig. Su paseo, que une el final de Puzol (junto a la Marjal) con el náutico de Puebla de Farnals, supone varios kilómetros de distancia de agradable y muy variado tránsito.
Por el mismo discurren personas en soledad (con o sin cascos de música), parejas que salen a comentar la jornada laboral o incluso dueños de perros que aprovechan el paseo para ejercitar a sus canes junto al mar.
Con una serie de aparatos básicos se permite tonificar buena parte de los grupos musculares
Los amantes del surf
Los deportes acuáticos donde el deportista hace ejercicio ‘a lomos’ de una tabla ganan cada vez más adeptos en València. El surf, que se puso de moda en Hawái y otros puntos remotos del planeta que gozaban de gran oleaje todo el año, dio el salto a la costa oeste de Estados Unidos, y de ahí saltó a Europa a mediados del siglo pasado a la costa francesa. Desde Biarritz, llamado durante un tiempo ‘la ola de Europa’, el surf se extendió por el continente. A València llegó discretamente en los años ochenta.
Las olas de la costa valenciana no tienen la misma fuerza que las del Atlántico. Aun así, con el Mediterráneo embravecido, se puede practicar este deporte en condiciones aceptables. Los días de tormenta suelen ser sinónimo de aparición de surfistas a poco tardar. Así, los ‘spots’ (lugares surfeables) del Perelló, El Saler, El Puig y Puebla de Farnals lucen tablas sobre las olas.
Enfundados en neoprenos a fin de combatir el frío y el roce con las tablas, los surfistas gozan del mar embravecido del que huye la mayoría de bañistas españoles. El problema es que los puestos de socorristas suelen cerrar cuando el tiempo no acompaña, pese a ser horario de vigilancia (en verano hasta las 19:30 horas). En caso de contratiempo de algún surfista ningún socorrista podría acudir en su ayuda.
Windsurf y kitesurf
Menos dependiente del mar revuelto ni de un oleaje bravío son los practicantes del windsurf y del kitesurf. En este caso, los deportistas, con una logística mucho más aparatosa, deben acudir con vehículo a la playa para poder transportar sus múltiples aparatos de navegación: vela, mástil, tabla, botavara, arnés… En algunos casos como el kitesurf existen ya unas tablas autohinchables más fáciles de transportar.
Tras un ritual de montaje los windsurfistas se echan a la mar zigzagueando y esquivando a los bañistas por un carril imaginario seguro. Una vez han superado los espigones disfrutan con tranquilidad de su deporte, lejos de los bañistas, y al mismo tiempo también distanciados de las embarcaciones.
Los amantes del kitesurf, deporte que ha atravesado distintas normativas en las playas de València y su área metropolitana, suelen esperar la poca frecuencia de bañistas dado lo aparatoso de sus largos cables, que se estiran hasta la vela aérea que les empuja. En este caso, también hay modelos más fáciles de transportar, y que muchos montan y desmontan en el aparcamiento de esta playa de El Puig en pocos minutos.
Combinado al aire libre y con música de fondo, las sesiones de ‘kangoo jump’ son llamativas
Nadadores en aguas abiertas
Casi en el crepúsculo es cuando suelen dejarse ver los nadadores. Debido a que en las horas centrales, con el sol en lo alto, muchos windsurfistas aprovechan para salir a navegar, el cruce con los nadadores suele ser problemático. A ello se suma que en el ocaso las aguas del mar suelen estar más tranquilas, por lo que las condiciones de nado resultan mucho más favorables.
Pertrechados con sus gorros, gafas profesionales y su baliza de señalamiento, los nadadores de aguas abiertas aparecen en la orilla, incluso una vez terminado el horario de vigilancia de los socorristas. El mar plano, la ausencia de tablas entre las olas y, en definitiva, casi la soledad en la orilla y la arena, hacen de este escenario deportivo las condiciones ideales para los nadadores.
Vóley-playa
Cuando llega la época estival regresa el vóley-playa. Lamentablemente, fuera de los meses de verano, este deporte es menos practicado en las playas de València y de l’Horta. No obstante, con la subida de temperaturas y el alargamiento del día, grupos de amigos se citan en la arena para retarse a divertidos partidos de vóley-playa.
Este deporte, que empezó a coger fuerza en los años noventa en playas como la de Canet de Berenguer (con sus conocidas canchas de ‘Escuela de calor’), lentamente se ha ido extendiendo y así varias redes se colocan a la altura de Mar Plata para disfrute de vecinos y turistas.