La velocidad del sonido en el aire es de 344 metros por segundo. Mientras que en una atmósfera de gas helio, la velocidad aumenta a unos 925 metros por segundo. Casi el triple. Al ser más liviano, ofrece menor resistencia. Este escenario aplicado a las cuerdas vocales permite que las vibraciones sean más veloces.
Según explican los especialistas, no es recomendable abusar del gas helio en la garganta. No es peligroso si se utiliza en una cantidad mínima (muy mínima), pero en dosis exageradas, el helio produce asfixia e incluso la ruptura de tejidos pulmonares. Hay casos de fallecimientos por inhalación de helio, son muy raros y aislados, pero existen. El consejo es, en lo posible, no inhalarlo, ni siquiera para jugar.
También hay compuestos que, por el contrario, engordan la voz, la hacen más áspera y latosa. El más conocido es el humo del cigarrillo. Aunque el cambio no es tan inmediato que con el helio, hablar en la mitad de una pitada endurece las cuerdas vocales y modifica el tono. Pero hay un compuesto que produce un efecto aún más divertido, el Hexafluoruro de azufre. Al ser muy denso casi no permite que las cuerdas vocales vibren, entonces las voz suena definitivamente más grave. Como de ultratumba.
Atención: tampoco es recomendable abusar de este compuesto. Está bien para una broma pasajera, pero nada llevado a los límites de la exageración es sano. Cuando es la propia salud la que está en juego mejor quedarse a un lado y no caminar por los bordes.
Y como curiosidad… Dicen que la primera vez que se experimentó con gas helio en la cuerdas vocales fue por pura casualidad. Durante un número de circo, en la búsqueda de provocar un efecto gracioso, un payaso probó durante un ensayo distintas sustancias: aire, humo, líquidos varios. Y cuando llegó al gas helio todos se llevaron la sorpresa.