Entrevista > Salva Reina / Actor (Málaga, 9-abril-1978)
Le encanta su profesión. La interpretación nació en él ya muy pronto. Aunque tuvo unos primeros pasos académicos que parecían llevarle por otros derroteros profesionales, nunca desatendió el arte de la interpretación.
Así fue que en su juventud esos primeros pinitos en la escena terminaron por afianzarle como actor. Conversamos con este cómico malacitano, quien comparte un rato de este verano con AQUÍ Medios de Comunicación, para hablarnos de su trayectoria y sus últimos trabajos.
Un licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte que termina en los escenarios. ¿En qué momento diste un volantazo a tu vida?
Siempre he querido ser actor. Es una vocación que he tenido desde pequeño, pero la vida te va llevando por otros derroteros. Decisiones que tomas en la vida a veces se encaminan hacia tus sueños y otras no, pero al final me ha puesto hacia donde yo soñaba.
De adolescente recuerdo participar en una obra de teatro y al acabar decirme “Uf, yo quiero hacer esto toda mi vida”. Ya en Granada, estudiando en el antiguo Instituto Nacional de Educación Física (INEF), empecé a trabajar con una compañía de calle, y cuando regresé a Málaga, mi ciudad natal, tenía claro que quería dedicarme a esto. Una cosa ya me empezó a llevar a la otra y del teatro pasé a producciones audiovisuales, y aquí estoy.
¿Te arrepientes en algún momento de aquella decisión?
No. Bueno, al principio me arrepentí un poco en verano cuando veía que mis antiguos compañeros tenían dos meses de vacaciones (risas). Es broma, esto es una profesión muy vocacional.
Siempre me he sentido muy afortunado y feliz desde que estaba haciendo animaciones, en cumpleaños y comuniones, que pueden parecer de menor calibre, pero me sentía muy afortunado igualmente, como ahora cuando estoy rodando una película.
«Me siento muy afortunado de trabajar en esto desde los 19 hasta los 46 años que tengo ya»
¿Mantienes contacto con los compañeros de carrera?
Sí, sí. Estoy más o menos al día y colaboro con ellos. A veces hacemos cosas conjuntas. También les he visitado mucho en sus centros de deporte, en institutos, y montamos actividades.
Mucha tele y mucho cine. ¿Con qué te quedas?
Con tener mucho trabajo. Con eso me quedo. Lo que vaya saliendo. Y no perdemos el teatro tampoco, porque el directo para mí es fundamental también. Me siento muy afortunado, como te he dicho, de estar trabajando desde los 19 hasta los 46 que tengo ya, de lo que me gusta. Lo que me hace feliz es contar historias, actuar y subirme a un escenario.
¿Humor o drama?
Trabajar y contar historias. Para mí afrontar un personaje dramático o uno de comedia requiere el mismo esfuerzo, le doy el mismo rigor, sigo las mismas directrices de dirección. Lo bonito es contar historias. A ser posible diferentes unas de otras.
Me siento afortunado porque he hecho comedias locas y surrealistas, costumbristas, de psicópata… He hecho un amplio rango de papeles y espero seguir así.
«Los tiempos están complicados, y al final reírte y reírte acompañado es muy agradable»
El cine español, para que funcione en taquilla, ¿lo tiene difícil para salir del género comedia?
Al final la gente acoge las comedias con mucho cariño. Los tiempos están muy complicados y al final reírte y reírte acompañado es un momento muy agradable y algo que une mucho y ayuda a esas sinergias, esa palabra que tanto está de moda ahora: a abrirte en canal con quien vayas al cine.
Es algo muy demandado por eso. Es uno de los grandes placeres de la vida, reírse en compañía y también poder desconectar de lo que pasa hoy.
Tu última película es una comedia: ‘Tu madre o la mía: guerra de suegras’. ¿Qué recuerdos te llevas del rodaje?
Muy divertido. Con Chus y todo el elenco. Tiene situaciones muy locas. Teníamos que parar muchas veces para contener la risa. Fue un rodaje muy divertido y ameno.
¿Te has sentido reconocido en algún momento?
No especialmente. Siempre he tenido buena relación con mi suegra y mi familia política. Sí que a lo mejor, como es una de las bases de la comedia, el comulgar con cosas que no quieres. No sólo con aquellas de tu familia política, sino en general.
«No estamos en este mundo para agradar a todos, pero sí al menos para llevarse bien entre todos»
Que la directora de la película, Chus Gutiérrez, sea mujer, ¿les da una perspectiva diferente a estos clásicos conflictos de pareja?
Habría que preguntárselo a ella. Su visión es un referente en la historia de nuestro cine. Es un placer trabajar con ella. Seguro que su toque es muy especial.
¿Es una utopía satisfacer a la vez a tu pareja, madre y suegra?
(Risas) Bueno, una utopía no sé, pero no estamos en este mundo para agradar a todos, pero sí al menos para llevarse bien entre todos. De lo que habla esta película es que el amor todo lo puede, el cariño, tratando de hacer las cosas bien, respetando e intentando ser empático. La utopía está para conseguirla también.
Una pregunta políticamente atrevida para terminar: ¿crees que hubiera funcionado esta película con los suegros y el marido?
Claro, por qué no. Es cierto que se tira de tópicos con las suegras. Pero hay muchas comedias con los padres de ella. Los suegros parecen incluso que dan más impresión. Hay mucha leyenda urbana con las suegras, que al final son muy comprensivas y cercanas.