Entrevista > Patricia Ferrero / Ilusionista
Mentalistas o ilusionistas femeninas hay pocas: nos viene a la mente especialmente Anthony Blake, tan popular por sus apariciones televisivas. Destaca por ello el talento de Patricia Ferrero (Vila-real, Castellón, 31-julio-1994), quien nos confiesa que siempre lleva una baraja en el bolso, “dispuesta a realizar algún truco”.
Después de triunfar con ‘De bruixa a maga’, presenta ahora ‘Sense sentit’, un espectáculo en el que poder disfrutar de asombrosas predicciones, ilusiones y momentos de humor que desafían la lógica. “Una velada llena de risas donde nos preguntaremos los verdaderos poderes de la brujería”, nos avanza.
Asimismo, bajo el prisma de su representación, casi teatral, queremos que nos dé su opinión sobre la tendencia actual -especialmente en redes sociales- de mostrar los trucos, circunstancia totalmente inédita hasta ahora. “Se desvirtúa un poco la magia, cuando muchas veces es cómo se presentan los efectos”, asevera.
«Es feo que se muestren los trucos de magia por las redes sociales; la desvirtúan y se pierde la ilusión»
¿Cómo se hace una ilusionista?
Obviamente se trata de un trabajo diferente, al que se llega amando mucho la magia, siendo un poco cabezona con lo que quieres conseguir y practicando sin parar, porque es importante disfrutarlo.
¿Qué magos eran tus referentes?
Me llamó la atención la magia por primera vez con trece años, gracias al programa ‘Nada por aquí’ de Cuatro, con Jandro, Jorge Blas, Yunke, Inés Molina y Luis Piedrahita. Invitaban a otros magos, por ejemplo, Juan Tamariz, y hacían magia en la calle.
Seguidamente los Reyes Magos me trajeron el juego de ‘Magia Borrás’ y empecé a practicar, gustándome mucho. Al ver que me fascinaba, mis padres me llevaron a ver magia.
Precisamente un espectáculo de Yunke.
Sí. Él, junto a su hermana Elena, celebran desde hace quince años un festival de magia en mi localidad, Vila-real, y tener magia tan próxima durante una semana me ayudó, debido a que pude conocer otros profesionales.
Asistí, además, a diferentes congresos de magia y fui aprendiendo cada vez más de los demás, porque la mayoría de magos somos autodidactas, hasta que descubrimos que hay escuelas de magia.
«Al final únicamente sé hacer magia participativa y deseo que el espectador se lo pase bien»
¿También se aprende de los errores?
Obviamente, de ir repitiendo una y otra vez los trucos, sin frustrarse porque salgan mal mil veces; hay que seguir. En ese sentido, mi conejillo de indias siempre fue mi hermano Álex, que me acompañaba a todos los eventos y ha sido determinante en mi crecimiento.
¿Cómo nos va a sorprender ‘Sense sentit’?
El propio mentalismo, es decir, hacer magia sin ningún otro elemento que la mente, mediante el humor y la imposibilidad: que cinco espectadores por ejemplo piensen una cosa y sepa adivinar qué es. Igualmente, que sospechen que estoy haciendo un juego medio en broma y después descubran que he descubierto una palabra.
¿Sientes la incredulidad de otros muchos espectadores?
¡Por supuesto que entiendo esas dudas! La magia es una herramienta increíble y el mentalismo todavía más, porque simula que estás en el pensamiento de la otra persona. No dejan de ser efectos imposibles en los que jugamos a que tengan la duda de si tengo o no poderes.
No debemos tenerle miedo a esa ‘arma’, porque además el propio mago debe ser responsable de cómo la emplea para no hacer daño o causarle incomodidad al espectador.
«Conectar con los espectadores es básico; saber leer sus caras, si están disfrutando o se aburren»
¿Por ello precisas conectar con el público?
Sin duda. Debemos saber cómo funciona la gente -si sonríen o se mueven demasiado en el asiento- y estar muy segura sobre el escenario. En el caso de que haya menos aplausos, es que el juego no lo has hecho de la forma como lo esperaban; eso conlleva mucho al juego y error, pues un show siempre exige cambios.
Al final únicamente sé hacer magia; es como una representación teatral y deseo que el público disfrute. Debo saber leer muy bien, por lo tanto, las caras de la gente. Me gusta hacer una magia participativa, en la que suban al escenario.
¿Qué opinas sobre los que descubren los trucos?
A veces el problema no está en los que lo muestran, sino en los que lo buscan. Lo bonito es apreciar la manera de cómo se hace el efecto; ciertamente está mal descubrir los trucos, me sabe mal, porque es como perder la ilusión de la sorpresa, que se puede transformar en admiración de cómo se muestra.
¿Tienes algún otro proyecto?
He estado varios años como máxima responsable del Magic Museum by Yunke, donde ahora participo como invitada. No este año, pero estoy segura de que sí lo haré en los siguientes, porque Yunke es familia. De igual modo, llevar ‘Sense sentit’ por toda la Comunitat Valenciana y seguir asistiendo a congresos de magia.