Entrevista > Jerónimo Cornelles / Director y productor teatral (Miramar, Argentina, 21-julio-1976)
Jerónimo Cornelles es un obrero del teatro, como le gusta recalcar. Formado en el barrio de Russafa, tras muchos años en la profesión cuenta ahora con dos compañías propias, Bramant Teatre, junto a Maria Minyana y Teresa Crespo, y Alarcón & Cornelles, en la que comparte responsabilidades con Rafa Alarcón, excepcional actor.
De hecho, una de las grandes pasiones de Jero es crear, especialmente redactar en grupo, “aprendiendo unos de los otros, obteniendo herramientas y experiencias que se quedan para ti”. Define el éxito, en este sentido, “como poder hacer lo que quieres y con quien elijas; si después ganas dinero ya es la bomba”.
Son numerosos los premios que acumula, aunque determinante fue el logrado en 2008 con ‘Construyendo a Verónica’, al ser la primera compañía valenciana nominada a los Premios Max. “Nos dio una enorme visibilidad”, reconoce.
Eres un valenciano nacido en Argentina.
Sí, mi padre es argentino y mi madre de Teruel. Ambos, tras conocerse en Barcelona, decidieron viajar por la selva de Sudamérica, aventura que finalmente desecharon porque estaba embarazada de mí.
Nací en 1976, coincidiendo con el golpe de Estado de Jorge Rafael Videla, y mi madre decidió regresar a España. Me he criado en Russafa, de donde me siento; a Argentina he ido poco, pero espero regresar pronto.
«Como me llaman poco, escribo yo mismo las funciones que asimismo interpreto y dirijo»
¿Cuándo desarrollas el amor por la interpretación?
Tenía clarísimo que quería hacer teatro, también porque siempre me ha gustado todo lo artístico (fotografía, pintura…). Al no entrar en Arte Dramático -debo ser un actor muy malo- (ríe), empecé en Bellas Artes, al tiempo que estudiaba en la escuela teatral Escalante.
Durante ese primer curso me inicié como actor, de la mano de Rafa Calatayud, con quien hice mi primer montaje. Desde entonces no he parado y como me llaman poco, escribo mis propias obras en las que salgo y dirijo yo mismo.
Escribes, actúas, diriges, ¿dónde te sientes más a gusto?
Principalmente encima de un escenario, es lo que más me gusta. Igualmente me apasiona escribir, porque hago ficción, me encierro en mí, de una forma relajada, en casa… La dirección también me agrada, pero menos que las otras.
«Me siento muy realizado con todo lo que he hecho; soy un privilegiado y muy afortunado»
¿Lo de mal actor era de broma?
Podría ser, porque un actor, cuanto más experiencia y tablas, mejor. He tenido la suerte de poder hacer muchos papeles, desarrollados por mí; si no me llaman, no voy a quedarme en casa esperando. Que no acudan a mí puede ser porque no les gusto como actor o que me asocian a mis compañías y a un puesto de trabajo en concreto.
Pero me siento muy realizado con todo lo que he hecho; soy un privilegiado y muy afortunado. Prefiero trabajar junto a un amigo en lugar de con un artista, como decía Orson Welles en una de sus geniales frases.
¿Cómo es escribir junto a otros autores?
Para mí es como un proceso de compartir. Me gusta hacerlo con otros porque maquinamos, creamos una historia, y resulta más divertido confeccionarlo con alguien que solo, pues muchas veces no sabes hacia dónde va o si es mejor que a un personaje le pase una cosa u otra.
En grupo es mucho más dinámico. En esta profesión hay mucho divo, que se dan de artistas; opto antes por los artesanos, los que están pico y pala trabajando cada día, en cada función, y para mí la escritura es artesanía.
«En enero repondremos en la sala Escalante la obra juvenil ‘Princeses, cavallers i dracs’»
¿De entre tus obras destacarías ‘Desde el infierno’?
Es la primera que realicé junto a Rafa Alarcón y define muy bien quiénes somos y qué es esa compañía, es decir, dos amigos que trabajan juntos, que hacen lo que desean y que son afortunados por ello. Forma parte de la trilogía del miedo, junto a ‘Threesome’ y ‘La crítica’.
Pero hay un antes y un después de ‘Construyendo a Verónica’ (2008), por la nominación que tuvimos a los Premios Max, a nivel nacional. Hubo un cambio, me llamaron mucho más y nos dio una gran visibilidad.
¿Cuáles son tus proyectos más inmediatos?
Finalizamos recientemente la decimocuarta edición de ‘Russafa Escènica’, todo un éxito de asistencia, con veinte funciones de teatro, numerosas actividades y la participación de unos cien artistas. Hemos vuelto a transformar espacios no convencionales, llamados ‘viveros’ (cafeterías o bibliotecas, por ejemplo), en teatros, además de las diez piezas largas, los denominados ‘Bosques’, en diferentes salas de toda la ciudad.
Ya en enero estaré en la sala Escalante con la reposición de ‘Princeses, cavallers i dracs’, destinado a un público juvenil, y con Alarcón estamos preparando un nuevo proyecto del que apenas puedo avanzar nada. Únicamente que estrenaremos en mayo.