Entrevista > Manoli García / Actriz y directora de teatro (Orihuela, 12-marzo-1959)
El grupo de teatro Expresión celebra este año medio siglo de vida, y qué mejor ocasión que contactar con su directora, Manoli García Gómez, para hacer repaso y balance de esta longeva trayectoria y que nos avance las actividades que se van a realizar para conmemorar la efeméride.
También hará un merecido homenaje, uno más, al dramaturgo Atanasio Die Marín, alma mater de la compañía, gran maestro de tantos y tristemente fallecido en 2017. “El Teatro Circo de Orihuela lleva precisamente su nombre desde ese año”, se emociona Manoli, su viuda.
De sus inicios rememora cómo se trabajaba la libertad de expresión, “sin haber llegado todavía la transición democrática”. Ahora, Manoli prefiere destacar la labor pedagógica del grupo, capaz de ensayar en las propias calles de nuestra localidad para que todos los vecinos disfruten.
Has dedicado tu vida al teatro.
Sí, desde los quince años. Atanasio nos convocó para el grupo de teatro Anem: él, que llegaba con sus enseñanzas desde Madrid, buscaba nuevos actores para montar el musical ‘El médico a palos’.
Acudimos muchísimos, algunos procedentes del instituto. Poco después se produjo una escisión, creando en noviembre de 1974 el grupo de teatro Expresión TC2.
¿Qué significa que Expresión cumpla medio siglo?
Una satisfacción muy grande, porque tengo la oportunidad de darle continuidad al trabajo que hemos llevado a cabo, defendiendo el arte y la cultura a través del teatro en Orihuela, que es una plaza complicada.
«Defendemos el arte y la cultura a través del teatro en Orihuela, una plaza complicada»
¿Por qué es difícil?
Somos un pueblo al que le cuesta salir un poco de la Semana Santa y todo lo establecido durante siglos. Muchos dicen: “¡que vienen estos a hacer teatro!”, cuando en Orihuela siempre se han hecho funciones, pero comerciales.
Lo que proponía Atanasio era arriesgado, en un espacio vacío -generalmente- donde se ponía en valor la palabra, la pasión, las sensaciones y los sentimientos.
¿Cuáles han sido las obras más recordadas?
‘A puerta cerrada’, de Miguel Hernández, me impactó muchísimo, pues era ponerle voz, gesto y emoción a los versos del poeta local. Era habitual escucharlos en las canciones de Joan Manuel Serrat, pero no era común ni leerlos ni decirlos en voz alta.
Asimismo, ‘Uranio 235’, de Alfonso Sastre, otro autor maldito en esa época, a mediados de los setenta. Veníamos de mucha represión, con muchos miedos a expresar, e interpretamos esa obra bajo el nombre de ‘Poema’. Por cierto, en ella recibimos la visita de la censura.
«Lo que proponía Atanasio era arriesgado: poner en valor la palabra, la pasión, las sensaciones…»
¿Y más recientes?
Con el paso de los años hicimos obras adaptadas por el propio Atanasio, como es el caso de ‘El labrador de más aire’, originaria de Miguel Hernández.
También ‘La dolorica’, de Paco Escudero, o ‘Maquillaje, una razón para sobrevivir en Auschwitz’, una representación en honor a todos los que sufrieron en el Holocausto, para que nunca se olvide. Esta última sí la creó totalmente Die Marín.
¿Qué actividades se van a realizar por el cincuenta aniversario?
El 23 de noviembre en el Teatro Circo Atanasio Die reponemos ‘En el sur del olvido’, una obra que nuestro director creó y estrenamos en 1988. Ya en marzo mostraremos una exposición que se llamará ‘El teatro y los libros’, centrada en la animación lectora utilizando el teatro como vehículo de expresión y comunicación.
Un mes después, en abril, otra muestra, denominada ‘Teatro Expresión. 50 años’, haciendo un recorrido general de nuestra historia, mientras en julio -en el Museo de la Reconquista- le daremos protagonismo a ‘La armengola’, la heroína de nuestras fiestas. Acabaremos en octubre de 2025 con la función ‘Miguel Hernández y el teatro Expresión’. Además, tenemos previsto la edición de un libro recopilatorio y un documental con las aportaciones de todos los colaboradores.
«Pese a ser amateurs, le dedicamos muchas horas para que las obras sean atractivas y calen»
¿Vais a sorprender?
Seguro. Nos sentimos valorados, porque todo lo hacemos con mucho esmero y profesionalidad, pese a ser amateurs. Le dedicamos mucho tiempo al análisis de las obras para que sean sugerentes, atractivas y calen. En definitiva, para que el público pase un rato divertido.
Hay una fuerte comunión entre los espectadores y los actores que estamos en escena, pues no es únicamente el texto o el decirlo adecuadamente, sino también el diseño de luces, que ayuda a crear la atmósfera y el ambiente adecuado en cada una de las obras.
Después de tantos años, ¿qué sientes al actuar?
Antes de empezar, muchos nervios y adrenalina. Seguidamente, hay una unión muy fuerte entre los actores que salimos y te das cuenta de que seduces al público, que lo tienes atrapado y que te sigue en silencio. ¡Es sumamente emocionante!
Esperamos que toda la población participe en el cincuenta aniversario del teatro Expresión.