Entrevista > Pablo de los Reyes / Monologuista
Pablo de los Reyes, humorista de ya una amplia trayectoria, sorprende en ocasiones por su posado (serio), hasta que “decido hacer la broma, cuando menos se lo esperan”. Considera, en ese sentido, que los chistes o las gracias tienen que surgir, no forzarlas.
Siempre fue un buen alumno, rememora, pese a que era habitual que le echaran de clase por decir tonterías. “¡Me nace!”, reflexiona; todavía a día de hoy “me es difícil no soltar alguna parida cuando alguien empieza a hablar de un tema serio”.
Compaginó durante años su labor como profesor de inglés, aunque ahora se dedica plenamente al humor, con éxito. “Relato las cosas que me pasan en la vida, jugando con mi edad y si estoy soltero, casado o con novia”. Muchos, confiesa, se lo creen, sin aceptar que muchas veces exagera sobre algún aspecto ínfimo.
¿Por qué dices que el humor es el camino?
Es la solución a muchísimos problemas; como decía Gandhi: “no hay camino hacia la paz, sino que la paz es el camino”. Tomárselo con humor hace que situaciones complicadas sean mucho más llevaderas. Sin duda, el humor es un solucionador de problemas.
Hace que seamos más felices.
¡Claro! Hay muy pocos momentos en los que no estás pensando en ningún problema y uno de ellos es al reírte a carcajadas. Es un efecto placebo, tu estado mental pasa a estar en relajación. Otros instantes pueden ser al disputar un partido intenso de fútbol o pádel, por ejemplo.
¿Cómo recuerdas tus inicios?
Mi primer monólogo lo hice en inglés, a finales de siglo; seguidamente, en el 2000, acudí a un certamen en Rafelbunyol, con ese mismo texto, pero ya en castellano, y presenté un espectáculo dos años, para poder actuar todas las semanas, en un local de La Pobla de Farnals.
Me embarqué definitivamente en los monólogos, junto a Ruth Kaligrafic, y mandé un vídeo al Circuito Café Teatro, gestionado por Rafa Alarcón y María Minaya. Por fortuna me cogieron y se puede decir que mi primera actuación profesional fue en 2003.
«Me es difícil no decir alguna parida o broma cuando alguien empieza a hablar de algo serio»
¿Cuáles eran tus referentes en el humor?
Alfonso Arús, con el que colaboro a día de hoy, me gustaba mucho en ‘Al ataque’. También disfrutaba viendo ‘El informal’, con Florentino Fernández, Javier Capitán e Inma del Moral (sustituida después por Patricia Conde).
Era un tipo de humor que quizás no gustaría en la actualidad, porque estaría considerado falta de respeto. Ahora únicamente en los directos puedes hacer lo que quieras, entre comillas.
¿Necesitas conectar con el público?
Si no tienes conexión o feedback con los espectadores, estás muerto. En ocasiones hago el monólogo y no subo a nadie al escenario, mientras en otras -cuando el ambiente es más complicado- sí les hago partícipes.
No me gusta que el show lo haga el público, como hacen otros humoristas, al que les va muy bien por otra parte. Tengo un monólogo base al que no le dejo de agregar cosas, situaciones.
¿Qué es ‘Valencia comedy’?
Al comenzar el Circuito Café Teatro éramos solo tres monologuistas (Rafa Forner, Manu Badenes y yo) y no podíamos cubrirlo todo. Otros cómicos hacían Café Teatro, pero de repente se produjo un ‘boom’ y gente como Jesús Manzano o Álex Martínez, que hacían otro tipo de humor, empezaron con los monólogos.
Con la crisis, sobre 2008, surgieron muchos más, de debajo de las piedras, que reventaron el mercado porque aceptaban actuar por muy poco dinero, ofreciendo shows de muy bajo nivel. ‘Valencia comedy’ se creó como un sello, para diferenciar el humorista profesional con el amateur.
«En muy pocos momentos dejas de pensar en problemas; uno es al reírte a carcajadas»
¿Cómo fue colaborar con un grande como Buenafuente?
Fui a hacer un breve monólogo al programa ‘En el aire’ (La Sexta). A Andreu Buenafuente ya le veía en TV3, en ‘La cosa nostra’, en el que participaba Berto Romero y el Follonero. Fueron todos supermajos.
¿Te queda algo por hacer en la comedia?
El sueño de todo humorista es comandar un programa, como lo tenían Pepe Navarro o Xavier Sardà en su época, o David Broncano en la actualidad. Eso, aunque sería chulísimo, es sumamente difícil, así que me conformo con una sección.
Echo de menos actuar en locales tipo ‘Ópera’, donde disfrutabas siempre muchísimo. En los teatros, al ser más grandes, ya no es lo mismo.
¿Ha funcionado bien la gira estival?
Ha sido realmente fantástica. Hemos vuelto, por fin, a los niveles prepandemia. El verano pasado ya estuvo bien, pero este 2024 ha sido mejor, con muchas fiestas de pueblo y ambientaciones.
Además, me he especializado en casar a parejas, imparto la ceremonia, obviamente en un tono de humor.