Carolina Otero / Cantante y poeta
La vida de Carolina Otero (València, 5-julio-1977) siempre ha estado marcada por sus dos grandes pasiones, la música y la literatura. En ambas ha podido mostrar su inagotable talento, sumando paulatinamente una tercera, la docencia, “que tiene una parte maravillosa, la de poder emocionar a los alumnos”.
En su carrera musical, totalmente autodidacta, se aprecia una evidente influencia británica y norteamericana, especialmente el grunge o rock alternativo, como puede ser PJ Harvey y ‘Veruca Salt’, además de grupos más icónicos, véase ‘Nirvana’ o ‘Sonic Youth’.
Quiso emprender su propia banda homónima en 2009 y el pasado año lanzaron ‘Popalina’, su primer trabajo íntegramente en castellano. Tras finalizar la gira, Carolina presentó su nuevo libro.
¿Cómo era la Carolina de diez-doce años?
Muy pronto comencé a tocar la guitarra, junto a mis hermanas (Mariam y Susana), siempre de la mano de nuestro padre, músico amateur y con un excelente oído. Estudié asimismo en un colegio de monjas, aprendiendo allí mis primeros acordes, y el acceso a la música era constante, muchas veces en el coche.
Pero también te apasionaba la literatura.
Era una niña introvertida, quizás algo debilucha, y a una temprana edad me refugié en la escritura, realizando mis primeros poemas con diez u once años. Era mi escondite y las dos facetas se fueron desarrollando al mismo tiempo.
Recuerdo, por ejemplo, que en mi primer grupo -formado con apenas diecisiete años- cantaba canciones compuestas tiempo atrás. Precisamente entonces conocí a mi actual guitarrista, Dani Gurrea.
¿Qué estudiaste?
Comencé primero filología inglesa, porque era un idioma en el que me gustaba escribir y cantar. Pero ese mismo curso descubrí que me encantaba también la literatura hispánica y simultaneé las dos carreras.
Entre mis autores preferidos, los del Siglo de Oro (Garcilaso, Lope, Quevedo…) y la Generación del 27, con Federico García Lorca, Gerardo Diego y Vicente Aleixandre, entre otros, sin olvidarme del postismo, visible en Carlos Edmundo de Ory o Gloria Fuertes.
«Al principio era muy perfeccionista y quería coparlo todo: ahora he aprendido a decir no»
En la música te inicias profesionalmente, en 2004.
Podía compaginarlo, fluyendo de una cosa para otra. En ocasiones ha coincidido trabajar con el grupo, sacar temas o discos, siguiendo entonces una parcela más introspectiva, que es la escritura.
¿Tu vida no es demasiado estresante?
Puede ser, porque además soy profesora de literatura en Secundaria. Al principio era perfeccionista, lo copaba todo y no quería perderme nada, pero con los años he aprendido a decir no -porque te comes a ti mismo- y a seleccionar. Creo que lo he conseguido: no hago todos los teloneajes que me ofrecen ni colaboro en todos los libros. Nadie es imprescindible.
Al final ¿música y literatura han ido de la mano?
Son dos disciplinas artísticas que forman parte de mí y que me hacen la vida más feliz, me ofrecen un lugar en el que estar, son para mí un modo de vida. No hay un día que no escuche música, ni tampoco lea algo, aunque sea un poema breve.
«El pasado año lanzamos el disco ‘Popalina’, mi primer trabajo íntegramente en castellano»
Eres también profesora…
Sí, de lengua y literatura en un centro de secundaria de Sedaví, con alumnos de la ESO y Bachiller. Ser docente tiene una parte preciosa: llegar, por ejemplo, con un texto a clase y que se emocionen: ¡es una pasada!; o escuchar sus inquietudes en debates. Te mantiene con los pies en la tierra y el alma se rejuvenece.
Sin embargo, la sociedad nos tiene a los profesores en muy mala estima, se piensa que tenemos muchísimas vacaciones. Nadie sabe el tiempo que empleo los domingos corrigiendo, programando o preparando clases; y los conflictos -a veces, duros- que me llevo a casa.
Hablemos de Carolina Otero & The Someone Else.
Venía de ‘Lülla’, con canciones propias, y en 2009 tuve la necesidad de sacar adelante mi proyecto personal, con temas propios, así que fundé la banda, pensando que cambiarían mucho los músicos (de ahí ‘The Someone Else’). Pero no fue así: cuajó y la formación se mantuvo en el tiempo.
El pasado año lanzamos ‘Popalina’, de No Aloha Records, en formato vinilo. Quise que la portada recordara al logo de la ‘Super Pop’, con el deseo que fuera una reivindicación del pop, siempre bajo mi mirada, tanto en melodías como en letras. Fue muy bien recibido.
¿Has presentado ya tu nuevo libro?
Sí, al final de la gira, en el festival ‘Xiriapop’ celebrado en Carballo (A Coruña). Me llevé el libro nuevo, ‘La canción de la chica Cheiw’, que acababa de publicarse. Además, en noviembre también voy a llevar a cabo un proyecto de poesía escénica gracias a la residencia artística que me ha ofrecido el gobierno de Andorra.