Tras dos años de negociaciones, el Ayuntamiento de Alicante ya tiene definida cómo será su Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Cabe recodar que la normativa europea obliga a que todas las ciudades que superen los 50.000 habitantes habiliten un área, en su casco urbano, con una normativa especial que posibilite reducir la emisión de gases contaminantes.
En principio esta medida debía haber entrado en vigor a 1 de enero de 2024, pero en el caso de nuestra ciudad el gobierno municipal del PP en minoría no logró un acuerdo con la oposición para aprobar la ordenanza correspondiente. Por ello el Ministerio de Transición Ecológica nos concedió una prórroga de un año. Ahora por fin se ha conseguido firmar un acuerdo con Vox, que en principio asegura su aprobación en el pleno municipal antes de 2025.
Casco Antiguo
“En realidad los supuestos para obtener autorización de circulación no van a cambiar. Seguirán vigentes las mismas normas” nos señala Juan Carrillo, concejal de Movilidad urbana.
Esto es así dado que solo se limitará el acceso de vehículos al Casco Antiguo, algo que de hecho ya viene ocurriendo desde 2011. Entonces se decidió prohibir la circulación por estas calles salvo a residentes, propietarios de garajes o trabajadores. Las sanciones a los conductores que incumplan estas normas también se mantienen con las mismas cuantías.
Así pues, las principales diferencias que percibirán los conductores alicantinos a partir de la entrada de esta ZBE serán más bien de carácter técnico y burocrático.
“La nueva ordenanza establece un mes para familiarizar a los usuarios con los nuevos trámites administrativos. Por ejemplo, si hay los residentes o trabajadores que necesiten registrarse en la plataforma para ser autorizados a circular de forma permanente o temporal. Una vez inscritos los vehículos autorizados, las lecturas de matrículas serán automáticas sin necesidad de realizar nuevas solicitudes” nos explica Carrillo.
El centro y la Gran Vía quedan estipulados como «zonas de estudio» sin restricciones de tráfico
Zonas de estudio
Técnicamente esta nueva ZBE se expande por tres anillos dentro del casco urbano alicantino. Como indicábamos el primero abarcará el Casco Antiguo, mientras que el segundo se ubicará en el centro tradicional y el tercero en la Gran Vía.
No obstante en los anillos II y III no se aplicará ningún tipo de restricción a la circulación de vehículos. El Ayuntamiento ha anunciado que simplemente se convertirán en “zonas de estudio”, donde se recopilarán datos sobre el tráfico para en el futuro poder tomar decisiones que disminuyan la polución atmosférica.
Por el momento se descarta aplicar aquí también las mismas medidas que en el Casco Antiguo, al menos a corto plazo. “La filosofía de la norma es no establecer restricciones ni sancionar, a no ser que las condiciones en cuanto a contaminación hiciesen tener que adoptar medidas temporales de carácter extraordinario”, nos manifiesta el edil de Movilidad urbana.
«Próximamente se realizará una actuación en la avenida Aguilera para calmar el tráfico» J. Carrillo (Movilidad urbana)
Calidad del aire aceptable
Lo cierto es que Alicante es una ciudad que puede presumir en cierta medida de su calidad del aire, si nos comparamos con la media nacional. Un reciente estudio, publicado por Ecologistas en Acción, señaló que la nuestra era una de las únicas cuatro (junto con Elche, Vitoria y Las Palmas) entre las principales veinte urbes españolas que cumplen actualmente los niveles de dióxido de nitrógeno exigidos por la Unión Europea para 2030.
“Todos los indicadores establecen la calidad del aire en Alicante como buena durante todo el año. Solo desciende en ocasiones contadas, pero relacionadas con las calimas de aire sahariano y no por causas de la contaminación procedente de los vehículos” nos comenta Carrillo.
No obstante, en el mismo informe realizado por esta ONG también se advierte de que todas las ciudades españolas analizadas, incluyendo Alicante, están emitiendo niveles de partículas finas (llamadas también microgramos) a la atmósfera por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud. Por ello recomienda a los ayuntamientos impulsar medidas más ambiciosas contra la contaminación.
Desde el Ayuntamiento se ofrecen bonificaciones fiscales para vehículos poco contaminantes
Más prioridad al peatón
Desde el equipo de gobierno municipal nos indican que en los próximos años se pretende apostar por realizar diversas transformaciones urbanísticas, en varios puntos de la ciudad, que den mayor prioridad a los peatones frente a los coches.
“Generando nuevos itinerarios peatonales, mejorando la accesibilidad, cambiando el paisaje urbano y ampliando aceras en los barrios del territorio Edusi, situado entre los dos castillos, se han reducido las emisiones de CO2 en más de 96 toneladas al año” nos asegura Carrillo.
Algunas de las obras más recientes en esta línea han sido la peatonalización de la avenida de la Constitución, o la inclusión de carriles-bici cubriendo todo el eje que forman las avenidas Gadea, Soto y Marvá.
Según nos indica el edil, la siguiente actuación proyectada será sobre la avenida Aguilera. “Se establecerá un carril bus en ambos sentidos para mejorar su eficiencia, así como un itinerario peatonal para mejorar la conexión a pie con el mercado de Benalúa y la Ciudad de la Justicia. Los carriles para el vehículo privado se reducirán, estableciendo de facto esta arteria en una prolongación de la avenida de Maisonnave” nos explica.
Sintonía con Elche
Igualmente el Ayuntamiento de Alicante se encuentra en conversaciones con su homónimo de Elche con el fin de impulsar medidas conjuntas que fomenten el transporte sostenible.
“Queremos implantar un bonobús único utilizable en ambas ciudades. También estamos hablando sobre la mejora de las conexiones ciclopeatonales, como la de la Vía Parque y de Urbanova con Arenales del Sol” nos señala el concejal Juan Carrillo.
Además, cabe recordar que se ofrecen bonificaciones fiscales de hasta el 75% en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) para vehículos eléctricos o que no superen los 160 gramos de emisión de CO2 por kilómetro.