Entrevista > Copérnico García / Investigador y divulgador (Alcoy, 25-enero-1980)
Las psicofonías, la existencia de espíritus o la comunicación con el más allá tiene infinidad de detractores, aunque también son miles los fieles creyentes, como se aprecia en las cifras de audiencia que cosecha temporada tras temporada el programa ‘Cuarto Milenio’ de Iker Jiménez, periodista especializado en parapsicología.
Igualmente, brillante es nuestro Copérnico García, quien ya de pequeño vivió situaciones sumamente extrañas en su propia casa, como la levitación de unos cubiertos, “tipo poltergeist”, que le llevó tiempo más tarde a investigar los sucesos extraños acontecidos en Alcoy y alrededores.
“Lo importante es captar una evidencia objetiva, que se pueda ver y demostrar. Para ello llevamos diferentes aparatos, como cámaras trampas”, remarca Copérnico, habitual en las redes sociales y partícipe asimismo en diversas conferencias, como las celebradas en Segovia y Motril (Granada).
«A los cuatro años vi levitar unos cubiertos en la mesa, junto a mis padres, en un episodio poltergeist»
Tu nombre ya indica que tus padres eran inquietos.
Efectivamente, pero es por una connotación religiosa: Copérnico no tiene santo y en mi casa -excepto mi madre- nunca hemos sido muy devotos. Mi abuelo, además, ya se llamaba así, al igual que mi padre, un conocido pintor de la zona que llegó a compartir trazas artísticas con Camilo Sesto.
¿Cuál es tu formación?
Principalmente autodidacta y con inquietud desde pequeño, por medio de unas vivencias extrañas que me impulsaron a buscar qué había ahí. Por lo paranormal se interesan dos tipos de personas: los que han vivido algo anormal -sin dar explicación- y los que no se lo creen, pero desean buscar ese misterio.
¿Qué te pasó exactamente?
Vi literalmente levitar unos cubiertos en la mesa, junto a mis padres, con cuatro años; lo recuerdo perfectamente. Fue un episodio que podríamos calificar de poltergeist y el germen de todo. Pasé mucho miedo, como ahora en ciertos momentos.
Poco después, con diez años, me compraba libros de parapsicología, de magia y temas fronterizos que se llaman. Muchos los conservo por duplicado, pues mi madre me los escondía y debía ir a adquirirlos de nuevo.
«Iker es un gran referente, le admiro mucho; enorme divulgador y gran apasionado del misterio»
¿Eres el Iker Jiménez de Alcoy?
Muchos me denominan así, y con orgullo. Otros dicen que tengo su estilo y es un piropo, también porque Iker ha sido una fuerte influencia. Es un gran referente, al que admiro mucho: enorme divulgador y apasionado del misterio, pasión que comparto. Tengo el placer de haberlo conocido en persona.
¿Te pasaron otros sucesos extraños?
Sí, cuando tenía trece-catorce años, me trasladé a vivir con mi padre -con el que tengo una gran afinidad- a una masía semiabandonada, en Agres. Allí pasaban muchas cosas raras y fue entonces cuando comencé a grabar mis primeras psicofonías, con un viejo radiocasete.
Había una antigua bodega donde se producían golpes. También, mientras conciliaba el sueño, escuchaba una respiración, dificultosa. Dormía con mi padre, le sentía respirar, ¡pero también a alguien más!
¿Qué sucedió en Alcoy en enero de 1977?
Recabando historias, que me fascinan, di con esta. Mi familia disponía de un chalet cerca de donde pasaron los hechos y mi madre me comentaba que, atravesando un túnel, cerca del Preventorio de Alcoy, se produjo un crimen.
Descubrí el caso de la muerte de Enrique Davia, quien subió a la zona en su coche, acompañado de una chica, que debía ser su amante y, a la vez, hija de un alto mando militar. Llegaron con su Renault 8, aparcaron en un mirador y, de pronto, se percataron de que alguien se acercaba al vehículo.
«Trabajo en un caso local, un domicilio donde salen disparados los enchufes, los cuadros se mueven…»
¿Cómo lo mataron?
Enrique bajó del coche, según versión de la chica -María Antonia O.V.- y comenzó a hablar con la otra persona, que a su vez iba encapuchado y armado con una escopeta. Era totalmente de noche, y en un instante de la conversación le intentó quitar el pasamontaña para saber la identidad del asaltante.
Le dijo entonces: “Manolo, ¿por dinero haces esto?”. Enrique se dio la vuelta, dirigiéndose hacia el coche, mientras el agresor le disparó, sin causarle todavía la muerte. Buscó huir y fue cuando le asestó otro tiro, ya fulminante.
¿Se pudo detener a Manolo?
Nunca, pese a la revisión de 50.000 DNI de toda la región. También se intervinieron unas 1.800 escopetas para tratar de localizar algún nexo con lo ocurrido. María Antonia señaló que el agresor se fue en un Renault 6.
¿Qué tema estás tratando ahora?
Un caso de los más potentes que he vivido, en una casa alcoyana donde ya me reportaron sucesos poltergeist hace casi veinte años. Desde octubre de 2023 les pasa algo similar, con enchufes que salen disparados, sillas que se vuelcan solas o cuadros que se mueven. ¡Lo he visto con mis propios ojos!