Entrevista > Antonio Soriano Castillo / Director deportivo de cadetes del Club Ciclista Crevillent (Crevillent, 9-junio-1977)
Las competiciones de mountain bike son especialmente duras, como apreciamos en los pasados Juegos Olímpicos de París, donde un campeón como Tom Pidcock -del equipo Ineos- acabó desfondado en la exigente prueba.
De ello nos hablará Antonio Soriano Castillo, que este año estuvo a prueba como director deportivo de cadetes del Club Ciclista Crevillent. “La federación exige que, junto a ellos, debe haber una persona con titulación”, señala.
Nos indicará cómo son los entrenamientos, altamente exigentes, y aquello que practican, principalmente la asistencia y los posibles cambios de neumáticos, “en los boxes, las zonas asignadas”. Sin duda, la bicicleta de montaña “casi es un deporte diferente al de carretera”.
¿De qué modo te incorporas al ciclismo?
Lo hice tras tocar muchos otros deportes. Primero practiqué motociclismo y gimnasio de pesas, pero con el paso de los años te das cuenta de que las motos son muy caras y es inasumible con una vida ‘normal’.
El problema con el culturismo fueron las lesiones, y decidí hacer deportes más aeróbicos, como squash, pádel o carrera a pie. Son igualmente agresivos, provocan muchas lesiones, y probé entonces la bici, que me gustó mucho.
Te haces después director deportivo.
Sí, por mi hijo Álvaro, que lleva en la escuela del Club Ciclista Crevillent algo más de cinco años. Es adolescente -a punto de cumplir quince- y cuando pasó al equipo de cadetes requería que alguien se hiciera responsable del mismo. La entidad no disponía de directores para esa edad.
Me saqué la titulación de director deportivo, algo necesario, y la temporada que acaba de finalizar he estado en prácticas.
«Durante las carreras, que son durísimas, mis corredores revientan varias veces, pero se recuperan»
¿Qué funciones llevas a cabo?
Son muy parecidas a las que hace un coach, porque nosotros nos focalizamos en la montaña. Lo que hago es asesorar, trasladarlos a las zonas de competición -que el año que viene se extiende a toda España- y asistirles. Llevo toda la logística, con la ayuda habitual de algún padre.
¿Cuál es el nivel de tus corredores?
En general en la provincia de Alicante es muy alto. De hecho, de los cuatro corredores que se lleva la selección valenciana para los campeonatos estatales, tres son del club (pese a ser de la mayoría del primer año).
Mi opinión, sin embargo, es que deberían haber sido cuatro, porque nuestro nivel es altísimo. La campaña que viene vamos a dar el salto a la Copa de España, pues considero que lo pueden hacer sumamente bien y optar a todo.
«Cada chico tiene su preparador personal, porque la competición en montaña es muy individual»
¿Cómo son los entrenamientos?
Hacemos muy poco de carretera y cada corredor entrena solo, por su cuenta. Todos disponen de su preparador personal, que les dirige, y vienen a nosotros con la lección aprendida, porque la competición de montaña es muy individual, no en equipo.
El club está haciendo una buena labor, sacando desde el ciclismo base una buena cantera. Asimismo, es un bien muy importante para esos chicos que quieren iniciarse en la bici: les da la oportunidad de competir desde pequeños, con la asistencia que merecen. Pese a que somos un club muy modesto, se les proporciona un muy buen soporte: no les falta de nada y tienen lo mismo que un equipo profesional, pero más humilde.
¿Y las competiciones?
Son durísimas. Suelen ser tres o cuatro vueltas a un circuito de unos cuatro-cinco kilómetros, con una duración de una hora, que van a tope, al 95% todo el rato. No tienen descanso, como también se aprecia en los profesionales.
Llegan a reventar entre tres y cuatro veces por carrera, pero se recuperan en la misma con las bebidas y pautas de comida, ¡algo asombroso!
«¿Tendríamos el espectáculo que hay hoy en día en los profesionales sin la ayuda del doping?»
¿También existe doping en tu disciplina?
¡Claro! Considero que, para un deporte que se practica a modo de afición, como es el caso de un campeonato provincial, es impensable que haya doping, pero existe. A nivel internacional, cuando un corredor está veintiún días a ese nivel, el cuerpo no aguanta sin ayuda.
Según leí, el doping empezó con el fútbol, en 1947, y fue la Juventus el que lo introdujo. No fue el ciclismo, aunque en nuestro deporte se ha perfeccionado.
A partir del caso Festina, en 1998.
Se trata de un debate muy extenso. ¿Tendríamos el espectáculo de hoy en día en los profesionales sin esa ayuda? A nivel local o provincial, es una aberración; no se debería permitir, porque el premio es un trofeo.
Por tanto, ¿es lícito gastarte tres o cuatro mil euros en una temporada para llevarte un premio de doscientos euros en total? ¿Qué buscan, el reconocimiento con trampas? Si es el ego, acaba saliendo muy caro.